Crisis políticas poblanas de 1963 a 2018

Jueves, 13 Diciembre 2018 21:50 Escrito por Raúl Torres Salmerón

Columna | SIN LÍMITES

Renuncias de gobernadores, interinos y problemas que enfrentaron

A partir de este día, Puebla y su gobierno panista a cargo de Martha Erika Alonso de Moreno Valle inician su trabajo en medio de una crisis política que puede agravarse, al desdeñar tomar protesta en el Congreso del Estado y hacerlo frente al Presidente del Tribunal Superior de Justicia.

Las recurrentes crisis políticas poblanas desde mediados del siglo pasado, están registradas en la historia y en el recuerdo de los viejos poblanos.

Una vez más estamos al principio de una seria crisis, quizá la más grave de los últimos 30 años. En el fondo es lo mismo: Las fuerzas de la izquierda en contra de los activos de la derecha. Ahora es el enfrentamiento entre la izquierda que tiene sus manos el Congreso del Estado y los principales Ayuntamientos en contra de una gobernadora del PAN.

El inicio de esta crisis que puede perjudicar a cientos de miles de poblanos, ha sido propiciada por el ex mandatario panista Rafael Moreno Valle Rosas, al colocar en la Casa Puebla a su esposa.

SEIS GOBERNADORES EN DOCE AÑOS

En la historia del siglo pasado, el general Antonio Nava Castillo, arbitrario y prepotente, electo gobernador en 1963, tras 20 meses y 20 días solicitó licencia por conflictos con universitarios, conocido popularmente como “el problema de la leche”. En esa época la universidad se dividió entre Carolinos y Fúas, es decir, la izquierda contra la derecha.

Lo sustituyó en 1965 Aarón Merino Fernández conocido como el modernizador de Puebla con la instalación de las empresas Hylsa y Volkswagen y el entubamiento del río San Francisco. En este interinato sucedieron los famosos hechos de Canoa. El 14 de septiembre de 1968, en San Miguel Canoa una multitud enloquecida por el fanatismo religioso anticomunista provocó heridas y muertes a labriegos y trabajadores de la UAP. Los agraviados fueron Pascual Romero Pérez, Odilón Sánchez Islas, Lucas García García, Ramón Gutiérrez Calvario, Jesús Carrillo Sánchez, Julián González Báez, Roberto Rojano Aguirre, Miguel Flores Cruz, los tres últimos nunca recibieron justicia.

Otro general, Rafael Moreno Valle fue electo para el periodo 1969 a 1975, abuelo de Moreno Valle Rosas, quien no terminó su periodo, pues gobernó tres años con 21 días debido a los conflictos y matanzas contra campesinos y su alejamiento con la sociedad, lo cual hizo que oficialmente pidiera licencia por “enfermedad”.

Lo sustituyó interinamente del 23 de marzo al 14 de abril de 1972, el entonces Presidente del Tribunal Superior de Justicia, Mario Mellado García. El Congreso nombró gobernador sustituto a Gonzalo Bautista O’Farril, a la sazón alcalde de Puebla Capital, quien gobernó un año 15 días y fue obligado a renunciar por conflictos universitarios. Nuevamente los Fúas y Carolinos pelearon, hubo represión gubernamental y escándalos. En 1972, los expulsados de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), fundaron la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).

Ocupó su lugar Guillermo Morales Blumenkron, un viejo radiodifusor, quien concluyó ese sexenio en medio de problemas. El doctor Alfredo Toxqui Fernández de Lara (1975-1981) fue candidato del PRI al gobierno. Su lema de campaña reflejaba la situación en Puebla: “Cancelemos odios y rencores”. Logró concluir su sexenio, cosa inusitada en la Puebla de esa época, luego de seis gobernadores en 12 años.

GOBERNADORES DE LA ÉPOCA MODERNA

Vale la pena señalar que Alfredo Toxqui y los posteriores gobernadores, Guillermo Jiménez Morales, Mariano Piña Olaya, Manuel Bartlett Díaz, Melquiades Morales Flores, Mario Marín Torres y Rafael Moreno Valle Rosas, afrontaron crisis políticas graves. El ahora ex gobernador José Antonio Gali Fayad, aunque no tuvo crisis políticas serias, le tocó enfrentar el tremendo problema de la inseguridad. La siguiente gobernadora, Martha Erika Alonso de inicio ya tiene serios problemas con MORENA, además de la inseguridad.

Toxqui logró pacificar al estado aunque también tuvo sus crisis, la más formidable fue un paro del comercio en pleno 10 de mayo, organizado por el entonces líder empresarial Eduardo García Suárez. Aguantó embates universitarios y empresariales. Llegó la calma y se dio el lujo de impulsar la cultura popular y hasta editar discos con canciones poblanas.

Como gobernador, Guillermo Jiménez Morales (1981-1987) enfrentó una matanza de 25 campesinos invasores de tierras en la zona de Pantepec a cargo de guardias blancas de latifundistas. Sostuvo contra viento y marea la elección de Jorge Murad del PRI contra Ricardo Villa Escalera del PAN a la alcaldía de Puebla, donde se registraron nutridas manifestaciones. También peleó con empresarios adueñados de la Junta de Mejoramiento Moral Cívico y Material del Municipio de Puebla y hubo balaceras en la universidad.

Mariano Piña Olaya (1987-1993) dejó encomendado el gobierno a su asesor Alberto Jiménez Morales, ex líder nacional de la Confederación Nacional Campesina. Se dedicó a los negocios y a disfrutar de su puesto de gobernador, pero en el Distrito Federal; Piña encaró manifestaciones de cacerolas vacías comandadas por Ana Teresa Aranda. Enfrentó manifestaciones de la entonces poderosa agrupación 28 de Octubre de vendedores ambulantes. Se le revirtió la expropiación de terreno en la zona Atlixcáyotl y soportó manifestaciones de mujeres vestidas de negro. Su último informe prefirió enviarlo al Congreso.

Manuel Bartlett Díaz (1993-1999) también tuvo problemas. Antes de tomar posesión enfrentó a Antorcha Campesina y luego, ante acusaciones de medios nacionales e internacionales, aclaró que no tenía ligas con el narcotráfico. Enfrentó a los consejeros “imparciales” del IFE, encabezados por el panista Santiago Creel. Entregó el municipio de Huejotzingo al PAN para que ese partido se sentara en gobernación para acordar una reforma electoral. Hubo marchas contra la construcción del agua potable procedente de Nealtican. Desafió al entonces presidente priista Ernesto Zedillo al lanzarse como pre candidato presidencial del PRI. El asunto de la “caída del sistema” de 1988 lo persiguió siempre.

Quien menos crisis de gobernabilidad tuvo fue Melquiades Morales Flores (1999-2005). Contuvo el escándalo de su secretario particular Víctor Manuel Giorgana, acusado de tráfico de influencias por liberar a un industrial regiomontano de la cárcel. Hubo momentos críticos cuando unas enfermeras del Hospital del Niño Poblano se cortaron las venas por no dejarlas sindicalizar y cuando se dio a conocer por el diario Intolerancia, una grabación entre el senador Germán Sierra y Ernesto Echeguren sobre la sucesión del gobierno estatal. Su virtud fue ser prudente y tolerante.

A menos de un año de tomar posesión, Mario Marín Torres (2005-2011), enfrentó un linchamiento mediático por la detención de la periodista y escritora Lydia Cacho y su traslado de Cancún a Puebla. En conversaciones telefónicas con el empresario Kamel Nacif, publicadas por La Jornada, se pusieron de moda las frases “mi góber precioso” “papá” y “mi héroe”. El asunto de Cacho provocó una investigación de la SCJN que lo exoneró y hubo amenazas de juicio político por parte de la Cámara de Diputados y la desaparición de poderes por parte del Senado de la República.

Posteriormente Rafael Moreno Valle Rosas (2011-2017), panista, terminó con la era priísta poblana. Con grandes presupuestos construyó obras faraónicas. Se dedicó a dividir la sociedad poblana con formas de tirano, encarceló a sus opositores, sus jefes policiacos fomentaron el robo de huachicol, un niño murió en una represión policiaca en una manifestación por la desaparición del Registro Civil en las juntas auxiliares y reformó las leyes a su antojo.

Colocó como sucesor para un ciclo de menos de dos años a un carismático poblano, José Antonio Gali Fayad (2017-2018), quien realmente por su estilo de gobernar sin odios ni rencores, logró devolver la confianza a la sociedad poblana. Lástima que solamente tuvo un periodo de gobierno de menos de dos años.

MORENA CONTRA EL PAN

El candidato de MORENA en 2018 fue Luis Miguel Barbosa Huerta, con el respaldo de la fuerza del actual presidente Andrés Manuel López Obrador. Enfrentó a la esposa de Moreno Valle, Martha Erika Alonso del PAN, pero la elección fue muy cerrada, llena de violencia, robo de urnas, boletas y balaceras.

Pese a lo cerrado de la elección y las denuncias de fraude electoral, las autoridades electorales estatales respaldaron el triunfo de Alonso. Barbosa recurrió al  tribunal federal, que resolvió siete días del término del gobierno de Gali. Después de la elección presidencial de AMLO, el Congreso del estado y la mayoría de ayuntamientos importantes quedaron en manos de MORENA.

Horas antes de la decisión, el pasado sábado, todo indicaba que se anularían los comicios y se convocaría a elecciones extraordinarias.

Pero, el asunto de la disminución de salarios de dentro del Poder Judicial, provocó problemas con los poderes Ejecutivo y Legislativo. Hubo solidaridad del  TEPJF con el Poder Judicial y en maratónica sesión y cerrada votación de 4 a 3, respaldaron el triunfo de la panista Alonso.

Lo anterior ha provocado en pocos días una polarización tremenda entre las fuerzas políticas y la sociedad poblana, como hace más de medio siglo.

Debemos tener cuidado. La historia se repite. No la entendemos y menos aprendemos.

En fin, como dicen los versos del venezolano Germán Fleitas:

A veces reina en mí tal desconcierto,
que no siento ni entiendo lo que escribo.
O creo hallarme vivo estando muerto,
o tengo el alma muerta estando vivo…

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