La tragedia de los partidos políticos

Miércoles, 19 Febrero 2020 19:43 Escrito por Gabriel Sánchez Andraca

Columna | P U L S O    P O L I T I C O

             En México, todos los partidos políticos están viviendo una verdadera tragedia. Han dejado de ser lo que eran y sus afiliados han perdido la confianza y los están abandonando.

              El mismo Instituto Nacional Electoral, que carece de credibilidad ante una inmensa mayoría de los ciudadanos, acaba de dar a conocer los datos resultado de una revisión de los padrones de cada partido y afirma, que más de 9 millones de personas han abandonado su militancia política: dicen que el PRI, el PRD, el PAN y todos los demás, excepción del Verde, han perdido la confianza de sus militantes y los han abandonado dejándolo casi en la ruina.

             Los partidos en México han perdido ideología, carecen de infraestructura o la tienen muy reducida; no tienen organización, no tienen disciplina y ahora, casi se quedan sin militantes. Y en esta tragedia está incluido Morena, el nuevo partido en el poder, que todavía no toma conciencia de su importancia y de su gran responsabilidad, en momentos difíciles para el país, cuyo nuevo gobierno está enfrascado en un verdadero cambio de régimen, sin corrupción, sin impunidad, austero, eficaz y actuando siempre con sentido patriótico.

           Eso no lo puede hacer un hombre solo, por más carismático y popular que sea, requiere del apoyo de un partido bien organizado, bien estructurado y unido, para que las acciones gubernamentales, sean aceptadas por las mayorías y se vuelvan realidades tangibles.

            Manuel López Obrador, es un hombre de buena fe, que lucha diariamente para acabar con los corruptos, con los que propician la impunidad, para acabar con la desigualdad que parece una maldición en este país, desde los tiempos de la colonia española y se toma con los grupos conservadores, como él los llama, que tratan de obstaculizar su gobierno por todos los medios.

             Y su partido Morena,  no ha sido capaz siquiera de conformarse como un buen partido político. Carece de una línea ideológica común, de estructura y organización y sus militantes se andan peleando por las directivas nacional y estatales del partido que no acaba de serlo.

             El respaldo popular que tiene el Presidente, se lo ha ganado él por sus propio esfuerzo y por sus propios méritos y no por el respaldo de un partido político que anda perdido en el espacio, como todos los demás.

              Según los resultados del estudio que se acaba de terminar, el PRI, es el que más ha perdido y los cuadros dirigentes que le quedan, andan escondidos sin saber qué hacer. El PRD, se desplomó en las últimas elecciones federales y el PAN solo ha quedado con los militantes necesarios para mantener su registro, pero es el que más aspavientos hace para hacer sentir su presencia. Es el que más critica, el que más se opone a las medidas del nuevo gobierno, algo que nunca hizo a nivel nacional, cuando un gobierno surgido de ese partido conservador, inició la violencia y la inseguridad que ahora padecemos; cuando ese mismo gobierno, compró el inservible y costosísimo avión presidencial y el que entregó gran parte de nuestro territorio, a las empresas mineras extranjeras, principalmente canadienses, para la explotación minera, entre otras barbaridades.

              Ahora resulta, que el partido que salió ganando adeptos es el Verde, un partido cuya propiedad es de una sola familia y cuya propuesta más conocida, es acabar con gran parte de las tradiciones nacionales, con el pretexto de protección a los animales.

              Ya acabó con gran parte de los circos, al prohibirse a éstos, el tener animales domesticados y ahora quiere acabar con las corridas de toros, tradición que nos llegó de España y que en México, más que en ninguno de los países Latinoamericanos, prendió y se convirtió en una de las tradiciones más arraigadas en estados del centro del país; con las fiestas charras, que no pueden faltar en ninguna de nuestras ferias regionales y con las peleas de gallos, que al igual que lo anterior, forman parte de nuestras costumbres y tradiciones.

             No toman en cuenta el perjuicio que se originaría con la supresión de esas tradiciones, en amplios sectores económicos de la sociedad.

              Las corridas de toros, requieren de animales especiales, de una raza de la que hay criaderos en varias partes del país y con la que acabarán los protectores de animales, una vez que se prohiban las corridas; también se acabarán las granjas donde se producen y se cuidan y crían los gallos de pelea. Acabarían con la “charrería”, el deporte más mexicano que hay y que si bien se practica en casi todo el país, los estados de Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Querétaro, Aguas Calientes, Tlaxcala y Puebla, todos ellos estados conservadores, son los más afectos a ello y los que resultarían mayormente afectados.

            Hay que ver las películas de la época de oro del cine nacional, para darse cuenta de lo que desaparecería de México, de seguir los postulados del Partido Verde Ecologista de Mexicano.

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