En cantidades excesivas es peligrosa y adictiva, advierten  investigadores

Puebla, Pue.- El azúcar, durante muchos años presente en la dieta diaria, se considere actualmente como uno de los peores ingredientes en la vida moderna, debido a los efectos dañinos que aporta al organismo y que contribuye a la aparición de varias y graves enfermedades.

Investigaciones recientes confirman que en cantidades excesivas es  peligrosa  y adictiva, porque alimenta  a las células enfermas, les ayuda a crecer y  a multiplicarse rápidamente, lo que respalda la teoría de que la mayoría  de casos de cáncer son una enfermedad metabólica y no un problema genético.

Ahora, advierten investigadores del grupo médico del doctor Mercola, es la causa principal de muertes prevenibles. Y acaba con más vidas que los accidentes automovilísticos. Aunque las muertes se triplicaron en el grupo poblacional que tenía entre 50 a 69 años de edad, el grupo que tuvo un mayor impacto fue el que estaba en sus 40s. 

Reiteran que si bien es cierto que cada determinado tiempo aparece nuevo enemigo de la salud y que ahora parece ser el azúcar, los riesgos que se corren al consumir grandes cantidades de endulzantes, son demasiados como para pasarlos por alto. Y aunque  persiste la costumbre del consumo constante del azúcar en diversos alimentos y bebidas, la cantidad real que el cuerpo necesita, es mínima

El azúcar abarca una gran variedad de endulzantes que se pueden dividir en monosacáridos (como la glucosa, la fructosa y la galactosa) y endulzantes complejos (como la sucralosa, lactosa, maltosa, etc.). El azúcar que más se usa es la sucralosa,  carbohidrato que se encuentra de forma natural en diversas plantas, principalmente en la caña de azúcar; está compuesta por dos tipos de endulzantes simples: fructosa y glucosa

Entre los problemas que ocasiona el azúcar añadida, señalan los investigadores, están: afecta los dientes y no aporta nutrientes esenciales. Los endulzantes añadidos, como la sucralosa o el jarabe de maíz de alta fructosa, contienen un alto porcentaje de calorías vacías, por lo que no aportan nutrientes esenciales de ningún tipo.

El azúcar añadida puede dañar  el hígado. Cuando entra en el sistema digestivo se descompone en glucosa y fructosa. La glucosa es vital para las células de todos los organismos y si no se agrega a la dieta, el cuerpo puede producirla de forma natural y en la cantidad que requiere.

Se debe tomar en cuenta que las personas que llevan una vida sana y se mantienen activos físicamente, pueden tolerar mejor el azúcar que quienes llevan una dieta occidental y rica en carbohidratos y calorías.

Añaden que sobrecargar el hígado con fructosa puede causar la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

Cuando la fructosa se convierte en grasa en el hígado también genera colesterol negativo. Sin embargo, parte de esa grasa se queda y provoca hígado graso. Este se ha convertido en un problema muy serio en los países occidentales y se asocia con enfermedades metabólicas de todo tipo.

El azúcar puede causar resistencia a la insulina, la antesala del síndrome metabólico y la diabetes.

La insulina es una hormona vital para el funcionamiento del cuerpo, porque  permite que la glucosa o azúcar en la sangre entre en las células de la sangre y fomenta la quema de glucosa en lugar de grasa. El exceso de glucosa en la sangre genera una  reacción física que se manifiesta en complicaciones de la diabetes, como ceguera o amputaciones.
 
La resistencia a la insulina puede convertirse en diabetes tipo 2.Cuando las células se vuelven resistentes a la insulina, las células beta del páncreas trabajan más. Esto es crucial porque los niveles elevados de glucosa en sangre pueden generar daños graves e irreversibles.
 
Puede provocar el azúcar  cáncer que se ha convertido en uno de los padecimientos que más muertes ha causado en el mundo, y se caracteriza por el crecimiento descontrolado y la multiplicación de las células. La insulina es una de las hormonas clave en la regulación de este crecimiento. A causa de esto, muchos científicos creen que los niveles de insulina altos y constantes causados por el consumo de azúcar, contribuyen a la aparición del cáncer.
 
Desde luego que el consumo de productos con azúcar no van a definir que una persona sufra cáncer o no, pero si es un factor que no se debe pasar por alto.

Por sus efectos en la hormonas y el cerebro, el azúcar tiene efectos únicos que promueven la obesidad. Aun cuando se sabe que las calorías son negativas, lo cierto es que no todas son creadas igual y por lo tanto, no todas causan daños. Cada alimento tiene efectos particulares en cerebros y en las hormonas que controlan el consumo de alimentos.
 
El principal problema es que esta necesidad se convierte en un círculo vicioso del que es difícil salir. Entre más azúcar se consume, más aletargado está el cuerpo y más necesidad se tienen de consumir azúcar.

Mercola  e investigadores aseguran que el azúcar es altamente adictiva debido a la liberación de dopamina que produce. Al igual que las drogas, el azúcar promueve la generación de dopamina en el centro del placer del cerebro. Los alimentos endulzados artificialmente tienen ingredientes que no se encuentran en los alimentos naturales y que el cuerpo no puede controlar. 
 
Quienes viven con adicción al azúcar deben buscar atención médica y nutrimental para modificar los hábitos que les hacen daño. En algunos casos también es necesaria la atención psicológica para tener un tratamiento completo.

Es uno de los factores determinantes en la obesidad en niños y adultos. La forma en que el azúcar afecta a las hormonas y al cerebro, es la receta ideal de la obesidad. debido a que disminuye la saciedad y ocasiona que los adictos a ella pierdan el control sobre su alimentación.
 
De acuerdo con estudios realizados, el sector que se ve más afectado por el consumo de azúcar son los niños.
 
Provoca niveles más altos de colesterol y problemas del corazón que la grasa. Por décadas se ha creído que las grasas saturadas son la principal causa de problemas del corazón. Sin embargo, nuevos estudios han demostrado que es el azúcar, y no la grasa, la que ocasiona que las venas se tapen y disminuyan el riego sanguíneo.
 
La Asociación Americana del Corazón recomienda que las mujeres no deben consumir más de 24 gramos de azúcar añadida por día. Esto equivale a 6 cucharaditas o 100 calorías (menos de lo que contiene una lata de refresco). El problema es que la cantidad que toma el promedio de mujeres occidentales es de 18 cucharaditas de azúcar diariamente.
 
 
 

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