Domingo, 21 Abril 2019 17:49

La palabra amenazada

“Si se pasan, ya saben lo que sucede”-. Le llegó su turno a la libertad de expresión, al derecho a la información, a la riqueza de la pluralidad. Le llegó a través de una advertencia, rayana en la amenaza, emitida por el poder al que se accede por la fuerza de la democracia solo para desmantelarla.

Es la admonición al crítico. Al opositor. Al disidente.

Implica el llamado a la turba de bots y fanáticos al linchamiento; el desamparo al crítico en un territorio que cada día es recorrido por la muerte (6 periodistas ejecutados desde la llegada de la 4T); el amago de la persecución.

Es, por supuesto, un llamado a la autocensura.

En los tiempos del neo-pensamiento único, disentir es imposible. Pensar y expresarlo se vuelve, para el autoritario, no sólo inadmisible: es también peligroso.

El poder siempre ha rehuido a la rebeldía cívica que es la crítica. George Orwell lo caracterizaba en 1984 bajo la temible “Policía del Pensamiento”: la auscultación de la vida privada, de los sueños, para encontrar al disidente y encerrarlo.

Ese temor está fundado: los grandes cambios de la humanidad se han dado a fuerza de golpes de ideas.  Del federalista a los artículos de Marat, las revoluciones americana y francesa se inflamaron con argumentos, debates, propuestas de un cambio hacia una vida mejor. Fueron aquellos artículos igual de poderosos que los fusiles porque no mataban: contagiaban.

La historia de la resistencia mexicana se incuba en los medios disidentes. El Diario del Hogar, el Monitor Republicano, el Hijo del Ahuizote o Regeneración son los testimonios de la perseverancia y el valor ante la represión porfirista. El germen de la revolución se incuba en una declaración de prensa -a Creelman- y en un libro -la Sucesión Presidencial-. El México de las alternancias no se podría entender sin la gallardía de plumas contenidas en Política, Proceso, Reforma: en decenas de diarios locales o en la explosión informativa de la radio mexicana en los noventas.

Pero la misma lección que inspira al demócrata alerta al autócrata.

Uno de los primeros decretos bolcheviques fue la supresión de toda la prensa. Goebbels también lo hizo y culminó en la pira fanática de la Plaza de la Ópera de Berlín: las llamas consumiendo los libros proscritos.

De Castro a Chávez y de Fujimori a Erdogan, la historia se repite: quien aspira a todo el poder quiere una opinión unánime. La uniformidad es clave para que penetre el nuevo discurso público y lo inocule en una sociedad somnolienta por la esperanza, sí, pero también por el aturdimiento.

La generación del consenso solo puede darse, así, mediante la docilidad. En un huracán de slogans y simbolismos, el gobernante pretende que se desmovilice la crítica, el análisis, la opinión. El gusto por el monólogo y por los mítines a modo expresan la debilidad hacia el halago y el aplauso.

La ovación, sin embargo, es siempre peligrosa: ensordece.

Por eso la incomodidad o la molestia ante el abucheo o el cuestionamiento de un periodista.

El cambio no es sinónimo de mejora. Criticar implica contrastar ideas, argumentos, caminos. Los medios no son ornamentas de la sociedad: son sus pilares. La libertad se funda en la posibilidad de ser diferente. Ahí está lo mejor de lo que somos.

Ojalá lo defendamos. O ya saben lo que sucede.

Twitter | @fvazquezrig

Publicado en COLUMNAS

La opacidad imperará en investigación periodística y debates en próximas elecciones

Limitar el derecho de información a los ciudadanos se prevé con la declaración reciente de Televisa, de suprimir a partir del próximo año programas nocturnos de investigación periodística y de debate, según dice, por motivos comerciales.

Como se aproximan elecciones en 2017 y 2018, se pretende crear una especie de opacidad en la información política y de toda índole, expuso en entrevista el notario público y maestro en Derecho Constitucional, Miguel Ángel Tejeda Ortega.

Señala que los programas de los martes y jueves en la noche, “Chapultepec 18”, “Si me dices, no vengo”, “El peladito”, y el de los miércoles con entrevistas que hace Adela Micha, son los que, ha anunciado la citada televisora, serán suprimidos desde el próximo mes.
 
La problemática actual por la situación política del país, la cuestión de la democracia en el PAN,  del PRD y el declive del PRI; debates entre funcionarios y representantes de partidos por  la influencia  previsible del presidente electo Donald Trump relativa al Tratado de Libre Comercio si se va a renegociar, son los principales temas que se han venido analizando y van a ser suprimidos.

Tejeda Ortega comenta que TV Azteca podría actuar en la misma forma que Televisa, por lo cual la opacidad dará lugar a un desconocimiento de los ciudadanos para tomar decisiones en las próximas elecciones, y la situación en México será parecida a la de Cuba, donde información y publicidad en los medios provienen sólo del gobierno, en beneficio de éste  no de los gobernados.

Las redes sociales y los medios liberales serán entonces las fuentes de información que orientarán a la Opinión Pública especialmente en temporadas de elecciones, de cumplir las televisoras su plan, haciendo eco a los rumores de que está en quiebra la primera empresa y entrará en peores situaciones  económicas a partir de que Trump inicie el ejercicio del poder en el vecino país del Norte.

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