•  La mayoría de las personas con EM son diagnosticadas entre las edades de 20 y 40 años.
•  En el mundo existen 2,3 millones de personas con Esclerosis Múltiple y se estima que en México hay más de 20 mil personas con este padecimiento.

Ciudad de México, a 17 de julio del 2018. La Esclerosis Múltiple (EM) es un trastorno neurológico que causa daño a la mielina generando una interrupción en la capacidad de los nervios para conducir impulsos eléctricos hacia y desde el cerebro.  Los sitios donde se pierde la mielina (placas o lesiones) aparecen como áreas endurecidas (cicatrices), éstas surgen en diferentes momentos y áreas del cerebro y la médula espinal.

La EM es una enfermedad progresiva del sistema nervioso central que no es contagiosa o infecciosa, pero actualmente no hay cura para ella.

¿Qué causa la Esclerosis Múltiple?

En la EM, el sistema inmunitario confunde la mielina con un cuerpo extraño y lo ataca. Actualmente no se sabe qué desencadena el sistema inmune para atacar a la mielina, pero se cree que es una combinación de factores genéticos y ambientales.

Aunque no se cree que sea una enfermedad hereditaria, el riesgo de contraer EM es mayor en los familiares de una persona con la enfermedad que en la población general, especialmente en el caso de los hermanos, padres e hijos.
 
¿Cuáles son los síntomas de la Esclerosis Múltiple?

Los síntomas dependen de las áreas del sistema nervioso central que hayan sido afectadas. Todas las personas con EM tienen diferentes síntomas que pueden cambiar en gravedad y duración. Los más comunes son fatiga, dolor, problemas en la vejiga y el intestino; disfunción sexual, problemas de movimiento y coordinación; problemas visuales, cognitivos y cambios emocionales.

El manejo de los síntomas suele ser una combinación de tratamientos farmacológicos, en la medida de lo posible, combinados con terapias físicas, como fisioterapia o terapia ocupacional. Además, se deben realizar adaptaciones al estilo de vida del paciente.

El tipo de Esclerosis Múltiple genera que algunas personas se sientan saludables durante muchos años después del diagnóstico, mientras que otras pueden verse gravemente debilitadas muy rápidamente. La mayoría de las personas encajan en algún lugar entre estos dos extremos dependiendo del tipo de enfermedad que tengan.

•  Esclerosis Múltiple recurrente-remitente (EMRR): En esta forma de EM se producen períodos de recaídas o brotes seguidos de etapas de estabilización de duración variable (días o meses). Por lo general, los brotes consisten en la aparición de síntomas neurológicos debido a una nueva lesión en el sistema nervioso central. Tras la recaída puede haber una remisión parcial de los síntomas e incluso una recuperación total, y la enfermedad puede permanecer inactiva durante meses o años. Es el tipo más frecuente afectando inicialmente alrededor del 85% de las personas con EM.

• Esclerosis Múltiple secundaria progresiva (EMSP): En esta forma de EM después de las recaídas y remisiones se desarrolla una incapacidad progresiva en el curso de la enfermedad, frecuentemente con recaídas superpuestas y sin períodos definidos de remisión. Entre un 30 y un 50% de los pacientes que sufren inicialmente la forma recurrente-remitente de la EM, desarrollan la forma secundaria progresiva.

• Esclerosis Múltiple progresiva primaria (EMPP): Esta forma de EM se caracteriza por la ausencia de brotes definidos, con un comienzo lento y un empeoramiento constante de los síntomas y de la discapacidad. Existe una acumulación de discapacidad que puede estabilizarse en algún momento o continuar durante meses y años. Aproximadamente el 10% de las personas con EM son diagnosticados con esta forma progresiva primaria.

¿Existe cura para la EM?

A pesar de que no existe una cura para esta enfermedad, hay tratamientos médicos que pueden hacer más lento el proceso y ayudar a prevenir o reducir el número de recaídas y remisiones que ocurren en la Esclerosis Múltiple. El tratamiento en los primeros años desde el diagnóstico permitirá aprovechar la ventana terapéutica en la que es posible modificar el curso futuro de la enfermedad ya que la mayoría de las terapias médicas funcionan mejor en los pacientes cuando se administran de forma temprana.

Actualmente existen nuevas terapias que están enfocadas a controlar eficazmente la actividad de la enfermedad y su progresión; lo cual ayuda al paciente con la posibilidad de frenar la discapacidad y de mejorar su calidad de vida.

Publicado en SALUD