Miércoles, 15 Junio 2022 00:48

Tercer Informe de Labores FCC

•    El éxito de la Facultad de Ciencias de la Computación se refleja en su vinculación con la industria: Rectora Lilia Cedillo.

PUEBLA, Pue. - El éxito y los logros de la Facultad de Ciencias de Computación no sólo son académicos, sino también en el ámbito tecnológico, cultural y, sobre todo, en la vinculación con la industria, reconoció la Rectora Lilia Cedillo Ramírez, tras escuchar el Tercer Informe de Labores, gestión 2019-2023, de la directora de esta unidad, María del Consuelo Molina García.

“Ustedes nos han mostrado cómo han sido capaces de acreditar sus programas, de ir creciendo en lo académico y de fortalecer la conexión que debe haber con la industria, para apoyar la inserción de los estudiantes en el mercado laboral. Por eso celebro estos sólidos vínculos”, afirmó.

La Rectora Lilia Cedillo felicitó a la directora de esta unidad, Consuelo Molina García, así como a su equipo de trabajo, a sus docentes y administrativos, pues señaló que es motivo de orgullo ver los reconocimientos que han obtenido sus estudiantes, resultado del apoyo y acompañamiento de este personal.

Celebró que la pandemia no fuera un obstáculo para que se creciera en lo académico, para fortalecer los lazos solidarios y para que se desarrollaran los valores que como seres humanos se deben cultivar. Por todo ello, hizo patente su apoyo para que el crecimiento de esta facultad sea constante.

Por su parte, la maestra Consuelo Molina informó que a pesar de los grandes retos que impuso la pandemia, así como la pérdida de compañeros docentes y administrativos, la Facultad de Ciencias de la Computación supo enfrentar con entereza y colaboración los objetivos que tienen como unidad académica. Señaló que este trabajo se refleja en la acreditación de los programas de sus tres licenciaturas.

Consuelo Molina añadió que la creciente demanda en las licenciaturas que se imparten respalda el prestigio de esta unidad académica. En el último año se ofertaron más de 400 cursos y talleres para complementar el plan semestral de todos los programas educativos, un trabajo que, dijo, va de la mano con el acompañamiento que realizan los más de 100 tutores.

En materia de vinculación habló de los convenios que mantienen con empresas como IBM, Meta, Talent Land, EC-Council Global Services y Capgemini, entre otras, los cuales permiten a sus estudiantes realizar prácticas profesionales y servicio social.

Asimismo, la directora de la Facultad de Ciencias de la Computación informó sobre las acciones en materia de acompañamiento universitario, promoción y bienestar emocional, así como la creación de la Unidad de Igualdad de Género. Señaló además que los estudiantes poco a poco retoman las estancias de movilidad internacional, específicamente a los países de España, Brasil y Canadá para otoño de este año.

En cuanto a proyectos de ciencia, destacó la participación de alumnos en el Programa Haciendo Ciencia en la BUAP; de igual forma, habló de un incremento de 51 por ciento en eficiencia terminal y titulación, en el último año.

En investigación y posgrado, refirió que la Maestría en Ciencias de la Computación ya está dentro del Padrón Nacional de Posgrados de Calidad, del Conacyt, mientras que el Doctorado en Ingeniería del Lenguaje y del Conocimiento está en la etapa de desarrollo para pertenecer a este padrón.

Dio a conocer que la planta docente está conformada por 122 profesores y profesoras asignadas a los seis programas educativos. Felicitó el incremento del número de ellos en el SNI, pues en el último año pasaron de ser 15 a 24. La directora de esta facultad también resaltó la integración de 14 cuerpos académicos: seis consolidados, cuatro en consolidación y cuatro más en formación.

Finalmente, la maestra Consuelo Molina también informó sobre otros avances en materia de infraestructura, difusión y divulgación, entre otras actividades que han convertido a esta facultad en un referente de su área.

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•    Esta unidad académica se distingue por la calidad de sus programas educativos, reconocidos por CONAIC y CIEES.

A finales de septiembre de 1995, el Consejo Universitario de la BUAP aprobó el proyecto de transformación del Colegio de Computación en Facultad de Ciencias de la Computación (FCC), unidad académica que a sus 25 años se ha convertido en un referente nacional, con una comunidad universitaria que ha trabajado en el desarrollo de diversos sistemas en beneficio de la sociedad.

María del Consuelo Molina García, directora de la FCC, dio a conocer que actualmente cuentan con seis programas educativos: las licenciaturas en Ciencias de la Computación, Ingeniería en Ciencias de la Computación e Ingeniería en Tecnologías de la Información; las maestrías en Ciencias de la Computación y en Ingeniería en Sistemas Embebidos, así como el Doctorado en Ingeniería del Lenguaje y del Conocimiento.

Sus programas de Ingeniería y de Licenciatura en Ciencias de la Computación han sido evaluados por el Consejo Nacional de Acreditación en Informática y Computación (CONAIC), y la Ingeniería en Tecnologías de la Información por el Comité Interinstitucional para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES), organismos que los han reconocido como programas académicos de calidad. La Maestría en Ciencias de la Computación pertenece al Programa Nacional de Posgrados de Calidad del Conacyt.

Además, la Licenciatura y la Ingeniería en Ciencias de la Computación pertenecen al Padrón de Programas de Licenciaturas de Alto Rendimiento Académico-EGEL, en el estándar de rendimiento académico 1; la licenciatura lo refrenda por cuarta ocasión y la ingeniería por quinto año consecutivo. En Primavera 2020 se integró la Ingeniería en Tecnologías de la Información a este estándar.

Dicho padrón se integra por programas y campus de las instituciones de educación superior que registran una proporción mayor al 80 por ciento de sus egresados con resultados satisfactorios o sobresalientes en el Examen General para el Egreso de la Licenciatura (EGEL).

La matrícula actual en licenciatura es de 2 mil 698 alumnos, mientras que en posgrado es de 62 estudiantes, de los cuales 51 son beneficiados con algún tipo de beca. La planta académica está formada por 130 docentes, de los cuales 89 son tiempo completo, 12 medio tiempo, 26 hora clase y tres técnicos académicos. Cabe resaltar que 60 docentes tienen grado de doctor, 61 de maestría, ocho son licenciados y uno es técnico.

Asimismo, 17 docentes forman parte del Sistema Nacional de Investigadores, 69 son perfil PRODEP y 14 están en el Padrón de Investigadores BUAP. De los 11 Cuerpos Académicos que existen, seis son Consolidados, cuatro están en Consolidación y uno en Formación.

A 47 años del inicio de la computación en la Universidad

La historia de esta disciplina dentro de la Universidad se remonta a enero de 1973, cuando inició actividades el Colegio de Computación, pionero en el país, que pertenecía a la entonces Escuela de Ciencias Físico Matemáticas.

Los primeros maestros de la especialidad fueron Francisco Muñoz Rodríguez, quien impartió Fortran I, Víctor Vergara Nava, que dio Ensamblador I, y Tomás Brody, quien enseñó Historia de la Computación (agregada por Harold V. McIntosh de último momento).

El 23 de abril de 1976 se inauguró el Centro de Cálculo y se corrió la nómina de la Universidad en Fortran, programa que funcionaba en el Instituto Nacional de Energía Nuclear, y que fue adaptado por Isidro Romero, mientras que la instalación de la IBM-1130 estuvo a cargo del doctor McIntosh.

José Luis Meza León fue nombrado director del Centro de Cálculo y con la llegada a la Universidad del doctor McIntosh y su equipo se creó el Departamento de Aplicación de Microcomputadoras.

Es en la década de los 80 cuando el Colegio de Computación creció masivamente. En 1985 se contaba con una matrícula cercana a los 2 mil estudiantes. Entre 1994 y 1995 surgió el interés de separar el Colegio de Computación de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas. A 25 años de su fundación se continúa trabajando para estar a la vanguardia, así como asegurar una calidad académica para las nuevas generaciones.

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• Participan investigadores de universidades públicas y privadas, así como de México, Colombia y Francia

Con la participación de representantes de las universidades autónomas de Aguascalientes, Estado de México y Yucatán, la Universidad de Veracruz y el Instituto Tecnológico Superior de Tierra Blanca, así como de la Iberoamericana, UPAEP, Tec Milenio, Universidad de la Guajira, de Colombia, y la Université de Pau et des Pays de l'Adour, de Francia, se llevó a cabo el Congreso Nacional de Tecnologías en la Educación (CONTE), en su octava edición, organizado por la Facultad de Ciencias de la Computación.

          El objetivo de este foro es la colaboración e intercambio de saberes entre los profesionales de la docencia y estudiantes, a partir de modelos, metodologías y técnicas que permiten el desarrollo y aplicación de plataformas tecnológicas, para la formación de profesionales capaces de dar respuesta a la necesidad de innovación educativa en entornos digitales.

          “Laboratorio de Innovación Tecno-Educativa” fue la primera conferencia magistral, impartida por la maestra Marisol Aguilar Mier, de la Universidad Iberoamericana Puebla, quien expuso su proyecto, resultado del trabajo colaborativo. LITE es un espacio de aprendizaje flexible que tiene la misión de impulsar, explorar y difundir metodologías del aprendizaje, a través de redefinir y redimensionar acciones y prácticas entre docentes y estudiantes.

         Por lo tanto, LITE es un salón de clases configurado en seis zonas: creación, interactividad, exploración, desarrollo, colaboración y presentación, que Mier define como “paisajes de aprendizaje”, ya que privilegian las habilidades y estilos de aprendizaje. Estos módulos no son estáticos y pueden modificarse según las necesidades del grupo y las propuestas del docente.

           Otra de las conferencias magistrales, “Principios de la universidad 4.0”, fue impartida de manera virtual por el doctor Ernesto Expósito, de la Université de Pau et des Pays de l'Adour, quien resumió la evolución de la tecnología y cómo se ha incluido en la vida diaria de las personas. Actualmente, dijo, estamos viviendo una transición entre cómo se empezaron a utilizar las herramientas de la tecnología de la información y cómo las estamos utilizando hoy, para cerrar esa brecha que hay para la inteligencia artificial; es decir, nos encontramos en la industria 3.0.

           En el congreso, que tiene lugar del 23 al 25 de octubre, se han realizado ponencias magistrales, impartidas por investigadores de la BUAP, el INAOE, la IBERO y la Université de Pau et des Pays de l'Adour, de Francia, así como de estudiosos provenientes de otras universidades nacionales y de Colombia, talleres y una exposición de posters que resumen trabajos de investigación.

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Logran esta presea luego de vencer al grupo de Kazajistán, en la categoría de kumite por equipos.

Cristopher Quecholac Guerrero y José Emanuel Carbarin Sánchez, estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Computación de la BUAP, integraron, entre otros, el grupo mexicano que obtuvo medalla de bronce en la categoría de kumite por equipos durante el Noveno Campeonato Mundial de Karate do Shito-ryu, realizado en Tokio, Japón, el mes pasado.

          Luego de vencer tres peleas a dos al grupo de Kazajistán, el equipo mexicano, del cual formaron parte los alumnos de la BUAP, ganó el tercer lugar de su categoría en esta competencia en la cual participaron deportistas de más de 14 países, entre estos China, India, Venezuela, Estados Unidos y Japón.

           Quecholac Guerrero, además, ganó el primer lugar en la categoría kumite -67 kg, en la reciente Universiada Regional 2019, que tuvo lugar en Xalapa, Veracruz, del 22 de marzo al 1 de abril, con lo cual obtuvo su pase para competir en la Universiada Nacional que se realizará en la Universidad Autónoma de Yucatán, del 30 de abril al 17 de mayo.

           Para ser seleccionados para el Noveno Campeonato Mundial de Karate do Shito-ryu, Cristopher y Emanuel pasaron por un largo proceso de ranking, que tuvo una duración aproximada de dos años, durante el cual participaron en distintas competencias que les permitieron sumar puntos y estar entre los primeros lugares de la clasificación.

          Cristopher Quecholac Guerrero lleva casi 13 años practicando karate, comenzó a los ocho años y asegura que este camino “ha sido un esfuerzo constante no solo mío, sino también de mi familia y mis entrenadores”. En 2018 obtuvo el oro en la Copa Mabuni y la plata en la Copa Choda; ese mismo año ganó la medalla de bronce en la Universiada Nacional. En 2017 se hizo acreedor de la plata en la Serie R3, así también en la Olimpiada Nacional 2014.

           José Emanuel tiene casi 15 años entrenando, también empezó a los ocho años y para él la disciplina ha sido el factor principal para continuar en este arte marcial, el cual le interesó por la cultura japonesa.

           A lo largo de su vida como karateca ha sido medallista de oro en las copas Choda y Mabuni, en 2017 y 2018; obtuvo el bronce en el Selectivo Panamericano 2016 y también en la Olimpiada Nacional 2012; además, a los 13 años ganó el oro en la Olimpiada Nacional 2009.

           Para ambos chicos el karate es más que un deporte: es un estilo de vida que les ha enseñado lo que es el trabajo en equipo, el esfuerzo constante, la disciplina y la convivencia con sus compañeros de entrenamiento, a quienes ya consideran parte de sus familias.

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Con “Kuali”, un videojuego diseñado para dispositivos móviles para preservar la cultura náhuatl y concientizar sobre el cuidado de especies mexicanas, estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Computación (FCC) de la BUAP obtuvieron medalla de plata en Infomatrix Latinoamérica / Proyecto Multimedia.

          En esta competencia, que se llevó a cabo en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), del 31 de marzo al 3 de abril, el desarrollo de los alumnos de la Máxima Casa de Estudios en Puebla fue de los mejores entre 300 proyectos participantes, los cuales fueron los seleccionados para participar en esta fase continental.

          Annette Olivares Arroyo, Giovanny Sánchez Pérez y Guillermo Escalante Ramírez son los creadores de este videojuego diseñado en un ambiente 3D, inspirado en la cultura mexicana y caracterizado por personajes animales, específicamente especies en peligro de extinción. El objetivo de “Kuali” es que el jugador conozca la cultura mexicana a través de leyendas, tradiciones, lengua y uso de un personaje animal.

          El desarrollo del videojuego está pensado para usuarios de todas las edades, con el fin de que chicos y grandes pasen horas de diversión, aventuras y magia, al tiempo de familiarizarse con una cultura madre.

          Actualmente “Kuali” cuenta con el desarrollo base, dos niveles, modo historia, modo de juego rápido, un criadero de animales y un visor que permite al usuario conocer a detalle lugares históricos, así como datos importantes, lo que le facilita adentrarse en los primeros niveles de juego, guardar puntaje y acceder con dispositivos móviles Android y pc Windows.

          Con este proyecto los jóvenes obtuvieron el tercer lugar de la categoría Aplicaciones Avanzadas de la Feria de Proyectos (FePro) 2018, de la Facultad de Ciencias de la Computación de la BUAP, y con ello su acreditación a esta final continental.

          El equipo de universitarios participó en la categoría de Software y Videojuegos, en la que “Kuali” fue evaluado por profesionales en el área, de empresas como Intel, IBM y Ubisoft, así como por investigadores de las universidades Autónoma de Guadalajara y de Guadalajara.

          Además de “Kuali”, durante esta competencia también participó el proyecto “FisioterApp”, aplicación móvil cuyo fin es acercar a pacientes y profesionales del área de rehabilitación, la cual fue creada por los estudiantes de la FCC Herbert Joadan Romero Villareal, Víctor Manuel Hernández Ramírez, David Avelino Serrano y Ricardo Altamirano Cabrera.

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• Servirá como una plataforma física para la aplicación de conocimientos

BUAP. 6 de abril de 2017. Volkswagen de México donó a la Facultad de Ciencias de la Computación de la BUAP un robot industrial de seis ejes, el cual será empleado en la aplicación de diferentes herramientas computacionales, lo que contribuirá al aprendizaje y práctica de los estudiantes de esta unidad académica.

Fabricado por la empresa alemana KUKA AG, dicho robot está adaptado para usarse en los sectores industrial y productivo, en los que puede realizar trabajos rudos en ambientes hostiles, ya que cuenta con un sistema de gama alta en cuanto a carga. Es capaz de trabajar con objetos que pesan de una a dos toneladas.

Gustavo Rubín Linares, coordinador de las áreas de Arquitectura de Computadoras y Laboratorios de Robótica Móvil de la FCC, informó que el robot permitirá que los estudiantes lleven a cabo la aplicación de lenguajes de programación de alto y bajo nivel, así como paradigmas, programación distribuida y sistemas de multiprocesamiento, entre otras acciones.

“Este tipo de mecanismos servirá como una plataforma física en la cual los universitarios podrán aplicar sus conocimientos, ya que en muchas situaciones se requería de equipos de cómputo sofisticados y los resultados sólo se mostraban a nivel de interfaz gráfica o de simulación. Con la ayuda del robot será posible implementar, por ejemplo, algoritmos de inteligencia artificial y observar físicamente el desempeño del robot, e incluso resolver problemas o verificar propuestas de solución de forma física”, señaló.

Afirmó que una característica es que su software es muy amigable, puede ser manejado por usuarios que no cuentan con demasiada experiencia en este tipo de programación, además de que permite el desarrollo de nuevas aplicaciones y estrategias de control, basadas en conjuntos de sensores para que el robot tome decisiones, verifique su calibración y su grado de precisión, por ejemplo.

En el sector industrial, este tipo de robots tiene un gran número de aplicaciones, que van desde cargar objetos de alto tonelaje, pintar, realizar procesos de producción en serie y apilamiento, entre muchas más acciones.

Su apariencia no es la de un clásico robot humanoide; más bien, tiene la estructura de un brazo mecánico con seis ejes de rotación que le permite realizar diferentes movimientos de 360 grados; mide alrededor de cuatro metros de diámetro, pesa una tonelada y media y se le pueden integrar diferentes aditamentos para su funcionamiento.

Utiliza motores de corriente alterna de muy alta potencia y para su instalación necesita de una línea propia de alimentación de energía, así como características especiales del suelo, como por ejemplo, que tenga concreto reforzado para que aguante el peso mismo del robot y la fuerza de sus movimientos.

En la FCC se está trabajando en la adecuación del espacio físico, donde se instalará el robot, el cual será certificado por un técnico especialista. Se espera que comience a funcionar en la segunda mitad del año. De igual forma, se contará con un equipo de cómputo de base y un sistema de comunicación para el control y manejo del robot.

Rubín Linares subrayó que para la FCC es muy importante contar con una herramienta de este tipo, ya que amplía el alcance de las materias y los estudiantes e investigadores podrán aplicar sus conocimientos en un robot que es ocupado por muchas compañías, debido a su gran impacto a nivel mundial en el sector industrial.

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