Por otro lado, tenemos a un PRI, que se apresta para elegir a su nueva dirigencia nacional pero con los mismos sistemas de antes, es decir, una cúpula todo poderosa que decide en la cumbre a un candidato de unidad y todos cierran filas en torno suyo.

               Ayer platicamos con los dirigentes nacional y local de la Corriente Crítica del PRI, Genaro Morales y Eric Salgado y nos expresaron su apoyo por el ex gobernador (ya solicitó licencia) de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas.

                Antier en la noche, otro de los aspirantes, con 46 años de militancia en el PRI, ex rector de la UNAM y ex titular de la Secretaría de Salud del gobierno de Peña Nieto, renunció a su aspiración de dirigir nacionalmente a su partido y al mismo partido y dio sus razones, Sigue en lo mismo, imposiciones por todas partes, acatamiento de lo que decide la cúpula, por gobernadores, dirigentes estatales, dirigentes municipales y dirigentes de los sectores del priísmo que mueven a la militancia en el mismo sentido.

             También habló del padrón de la militancia, que está exageradamente inflado, dijo.

              Pues bien, nuestros amigos de la Corriente Crítica, estuvieron en mucho de acuerdo con don José Narro, pero dieron una explicación del porqué ellos apoyan al tal “Alito”, así le dicen en las filas priístas al futuro dirigente.

             El doctor Narro, pierde de vista, según su parecer, que las cosas no pueden cambiar de la noche a la mañana. El PRI tiene costumbres buenas y malas arraigadas de muchos años atrás y están de acuerdo en que deben ir cambiando, pero no se puede hacer eso de golpe porque se crearían muchos problemas. El Partido Revolucionario Institucional, tiene que evolucionar, si quiere continuar actuando dentro de la política nacional y en algunos casos tiene que haber cambios drásticos, pero sin poner en peligro la existencia misma del partido.

             La razón por la que decidieron pronunciarse por el ex gobernador de Campeche, Moreno Cárdenas, es porque él los tuvo en cuenta a ellos, algo no muy usual en el partido tricolor. Habló con la corriente crítica, los invitó a unirse a su proyecto y eso fue en dos ocasiones.

          Acostumbrados a no recibir atenciones de las cúpulas del PRI, sino solo para hacer bulto en los mítines; que les buscaran para establecer un diálogo, que escuchara sus opiniones, sus propuestas, les pareció inusual en un partido para el que en los últimos años, la militancia de a pié no cuenta para nada, sino solo para hacer bulto.

             Hubo otro llamado, el de la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, para que se le unieran a ella, pues también aspira al puesto, “pero ya la conocemos muy bien. Ella invita a los marineros a hacer un viaje y a la mitad del océano , pasa una lancha rápida y ella se sube y deja a la mitad en pleno mar abierto, a los marinos a los que invitó”.

              Y el otro aspirante Ulises Ruiz, ex gobernador de Oaxaca, no se interesó por platicar con ellos. Y tienen razón. El PRI que surgió en la etapa neoliberal, fue  un PRI que perdió su ideología, que olvidó la historia de México, que olvidó la realidad del país y cuya militancia era vista hasta con desprecio, menos en la época electoral. 

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