● Se estima que en México cada habitante consume al año un promedio de seis pilas primarias no recargables.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales publica en su página Web la Guía para el Consumo y Manejo Sustentable de Pilas con el objetivo de reducir el impacto y riesgo asociados a los residuos de este producto, principalmente el mercurio y el cadmio, dos metales pesados que pueden provocar daños al ambiente y a la salud.

De acuerdo con Información de la Asociación Latinoamericana de Pilas y Baterías, A.C. (ALPIBA), en México cada habitante consume en promedio seis pilas primarias no recargables al año. Es importante señalar que en el año 2001 se suspendió en nuestro país la producción de pilas, razón por la cual el 100% de ellas son importadas y cuentan con tecnología de última generación.

El marco legal vigente considera que las pilas como residuos pueden ser de dos tipos, según la tecnología con la que fueron fabricadas: residuos peligrosos o residuos de manejo especial, ambos sujetos a un plan de manejo, cuyas especificaciones se establecen en la NOM-052-SEMARNAT-2005.

El documento señala que la disposición final de los residuos de pilas se debe efectuar en sitios autorizados en los que existan las condiciones necesarias para prevenir la contaminación del suelo. Así mismo, especifica las facultades y competencias de las autoridades federal, estatal y municipal en manejo de los residuos de pilas según lo dispuesto en la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR).

De igual forma, enlista una serie de acciones a realizar por parte del consumidor final, entre ellas comprar pilas en el mercado formal y no consumirlas sin marcas o especificaciones; adquirir pilas recargables y, de preferencia, con tecnología que no se convierta en un residuo peligroso; no depositarlas en tiraderos a cielo abierto, lotes baldíos y cuerpos de agua; no quemarlas ni desarmarlas.

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