Obstáculos para los logros son rutina, menosprecio de buenas decisiones o choteo de amigos

Puebla, Pue.- Para el progreso personal, familiar, profesional o social con el logro de valiosas decisiones que tienen mujeres y hombres desde la juventud o en distintas etapas de la vida, el ejemplo y los sabios consejos de expertos, así como la constancia y la tenacidad, son la mejor ayuda para triunfar.

Esta reflexión, necesaria ante la inestabilidad social que hay en Puebla y en muchas partes del país, fue expuesta en entrevista periodística por el escritor poblano Humberto Javier Herrera Meza.

Comentó al mismo tiempo que el fracaso en la consecución de metas  para el desarrollo personal especialmente, son la rutina, el menosprecio de las buenas decisiones y, en muchos casos, hasta el choteo de amigos o personas cercanas que conducen al abandono de los anhelos.

En plan de recomendación dijo que  debemos revisar los buenos propósitos no sólo cada principio de nuevo año, sino cuando nos sugieran o nos propongamos trabajar por alcanzar mejores metas, como lo han hecho y lo muestran sabios consejeros de superación personal.
 
 Propone que observemos una gota de agua  que cae constantemente sobre una loza: comprobaremos al cabo de algunos años que esa insignificante gota de agua ha logrado perforar la piedra. De igual manera nuestra constancia y persistencia en la búsqueda de un ideal, de un sueño o de un laudable propósito, se convierten en exultante realidad mantenemos firmes y constantes en su persecución y conquista.

Alimenta nuestra voluntad de ser constantes en nuestras buenas decisiones, reiteró Herrera Meza, el ejemplo, entre muchos otros, de Thomas Alva Edison (1841-1938) gran inventor norteamericano que entre sus grandes logros se cuenta el foco. De él es la frase: “Yo no fracasé, solo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla” -nosotros le llamamos foco-. Sus innumerables intentos de inventar el foco no fueron considerados por él como un fracaso, sino como descubrimientos o experiencias que lo llevaron a ensayar el vacío en el foco y la “resistencia” adecuada para que la electricidad no fundiera el filamento que produjo la luz.
 
Otro caso imitable, agregó,  es el de un influyente escritor del siglo doce llamado Pedro Lombardo (¿1100?-1160) que se hizo muy famoso con su libro “De las Sentencias”. Se cuenta que no le iba bien en sus estudios; que se desanimó de proseguirlos y estuvo a punto de abandonarlos. Antes de decidirlo observó cómo un lagarto intentaba subir una muralla. El inexperto animal se caía una y otra vez antes de escalar el muro; con sorpresa para Pedro, después de innumerables caídas y reiterados intentos logró llegar a lo alto de la muralla. Pedro Lombardo se dijo a sí mismo: “¿Por qué no hago yo lo mismo?”. Decidió seguir estudiando con más ahínco y logró convertirse en uno de los escritores que mayor influencia tuvo en los teólogos posteriores.

Concluyó afirmando que es muy valioso emprender el camino hacia la consecución de un gran ideal: una carrera, un negocio, una familia exitosa, la santidad; pero es muchísimo más valioso persistir en la formal decisión de caminar paso a paso, ´´contra viento y marea´´, para ir cristalizando ese ideal, pues la constancia y la tenacidad son la sal de todas las virtudes.

Publicado en NACIONAL