Domingo, 08 Octubre 2023 16:36

Que callen las armas, terrorismo y guerra

Ciudad del Vaticano. - En las palabras de Francisco después del Ángelus dominical, su dolor por lo que está sucediendo en Israel. Su oración es por las familias de las víctimas y por quienes están viviendo horas de terror y angustia. "¡Que haya paz en Israel y Palestina!", su llamamiento, porque "toda guerra es una derrota". Dirigiendo su pensamiento a todos los países en conflicto, recordó a la "tan martirizada" Ucrania “que cada día sufre tanto".

    “La guerra es una derrota: ¡toda guerra es una derrota! ¡Recemos por la paz en Israel y Palestina!”

Después de la oración mariana de este segundo domingo de octubre, el Papa Francisco expresó su aprensión y el dolor con el que sigue lo que está sucediendo en Israel donde, dice, "la violencia ha estallado aún más ferozmente, causando centenares de muertos y heridos.

    “Expreso mi cercanía a las familias de las víctimas, rezo por ellas y por todos los que están viviendo horas de terror y angustia. ¡Que los ataques y las armas se detengan, por favor! , y se comprenda que el terrorismo y la guerra no conducen a ninguna solución, sino sólo a la muerte y al sufrimiento de tantos inocentes.”

Invoquemos la paz en los numerosos países marcados por los conflictos.

Tras el Ángelus, el Pontífice recordó también que este mes de octubre está dedicado no sólo a las misiones, sino también al rezo del Rosario. Precisamente a María nos pide que nos dirijamos, sin cesar:

    “No nos cansemos de invocar, por intercesión de María, el don de la paz sobre los numerosos países del mundo marcados por guerras y conflictos; y sigamos recordando a la querida Ucrania, que cada día tanto sufre, tan martirizada”

Al menos 350 víctimas israelíes

Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) informaron que el número de israelíes muertos hasta el momento en el ataque lanzado ayer por Hamás ha ascendido al menos a 350. El portavoz Daniel Hagar, citado por la BBC, que informó de la cifra, recordó que la prioridad ahora es liberar las comunidades donde aún se combate y controlar las brechas en la valla con la franja de Gaza. "Nuestros combatientes siguen atacando objetivos en nuestros territorios ocupados, hemos conseguido reemplazar a los combatientes en el campo de batalla con nuevos combatientes y hemos logrado proporcionar suministros a los que siguen combatiendo". Así lo afirmó, citado por fuentes locales, el portavoz de las Brigadas al Qassam, ala militar de Hamás, Abu Obaida. La policía israelí, mientras tanto, está a la caza de un vehículo que se está dirigiendo hacia el nordeste desde Gaza y que se cree que lleva a bordo milicianos armados de Hamás. El ala militar de Hamás, las Brigadas al Qassam, han hecho saber que los rehenes israelíes están retenidos en los túneles de la organización en la franja y en "casas seguras ". El ejército también realizó disparos de advertencia contra "un grupo de sospechosos en la zona" golpeada anteriormente en Har Dov, cerca de la frontera con Líbano. Así lo afirmó el portavoz militar israelí.
La aprensión de los peregrinos en Tierra Santa

Los peregrinos que se encuentran estos días en Tierra Santa experimentan toda la aprensión de esta escalada de violencia. Un párroco del Véneto, el padre Mirko Dalla Torre, se encuentra en la región junto con 35 fieles de la comunidad de Sernaglia della Battaglia (Treviso). "Aquí hay cierta confusión, oímos las sirenas y vimos los cohetes y el fuego antiaéreo. No ha sido agradable. Ahora estamos en el hotel. Estamos todos bien", es su testimonio desde Jerusalén, recogido por la web de L'Azione, el semanario de la diócesis de Vittorio Veneto. "Aún así pudimos visitar el Santo Sepulcro. Estuvimos en el Muro de los Lamentos y nos mandaron dos veces a un túnel porque Hamás estaba atacando Jerusalén. Existía la posibilidad de que cayeran misiles sobre el templo. Oímos disparos y entonces el guía nos hizo salir porque era demasiado peligroso quedarse. No se puede visitar la Explanada del Templo. En el Templo había un gran grupo de jóvenes que coreaban contra Hamás.

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A pesar de la esterilidad que a veces marca nuestra existencia, Dios tiene paciencia y nos ofrece la posibilidad de cambiar y progresar en el camino del bien. Lo dijo el Papa este mediodía en su Ángelus dominical, al hablar de la misericordia de Dios y nuestra conversión, podemos confiar mucho en su misericordia, pero sin abusar de ella

Ciudad del Vaticano.- Tomando la parábola del Evangelio de hoy, que habla de la higuera estéril, el Papa afirma que el dueño de la higuera representa a Dios Padre y el viñador es la imagen de Jesús, mientras que la higuera es el símbolo de la humanidad indiferente y árida. Jesús intercede ante el Padre por la humanidad y le pide que espere y le dé más tiempo, para que en él broten los frutos del amor y de la justicia. Podemos confiar mucho en la misericordia de Dios, pero sin abusar de ella. No debemos justificar la pereza espiritual, dijo Francisco, sino aumentar nuestro compromiso de responder prontamente a esta misericordia con sinceridad de corazón.

“En el tiempo de Cuaresma, el Señor nos invita a la conversión. Cada uno de nosotros debe sentirse interpelado por esta llamada, corrigiendo algo en su vida, en su manera de pensar, actuar y vivir las relaciones con el prójimo. Al mismo tiempo, debemos imitar la paciencia de Dios, que confía en la capacidad de todos para "levantarse" y reanudar su camino.  Dios es Padre y no apaga la llama débil, sino que acompaña y cuida a los débiles para que se fortalezcan y aporten su contribución de amor a la comunidad”.
El egoísmo de la humanidad contrasta con el amor del Viñador

Luego Francisco dijo en su alocución previa al Ángelus, que la higuera que el dueño de la parábola quiere erradicar representa una existencia estéril, incapaz de dar, de hacer el bien. Es el símbolo del que vive para sí mismo, lleno y tranquilo, tumbado en su propia comodidad, incapaz de volver los ojos y el corazón a los que están a su lado y que están en estado de sufrimiento, pobreza, incomodidad. Esta actitud de egoísmo y esterilidad espiritual contrasta con el gran amor del viñador por la higuera: tiene paciencia, sabe esperar, le dedica su tiempo y su trabajo. Prometió a su señor que cuidaría especialmente de ese árbol infeliz.

Esta semejanza manifiesta la misericordia de Dios, que nos deja un tiempo de conversión. A pesar de la esterilidad que a veces marca nuestra existencia, Dios tiene paciencia y nos ofrece la posibilidad de cambiar y progresar en el camino del bien. Pero el retraso implorado y concedido a la espera de que el árbol dé finalmente sus frutos indica también la urgencia de la conversión, añade el Papa y dijo:  El viñador dice al dueño: "Déjalo de nuevo este año". La posibilidad de conversión no es ilimitada; por lo tanto, es necesario aprovecharla inmediatamente; de lo contrario, se perdería para siempre.

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