Columna | Desde el portal
La orden ejecutiva del presidente Donald Trump de accionar en contra de los cárteles de la droga en México y Venezuela, aunque se dice que es secreta, es parte de la campaña terrorista del vecino país para intervenir militarmente las naciones incómodas o por las que hay interés en someterlas y disponer de sus recursos para sus fines expansionistas.
No sería la primera vez que lo hagan. Una larga historia de intervenciones militares en países en vías de desarrollo y de enfrentamiento con potencias en la lucha geopolítica así lo demuestran. Sus agencias especializadas en la desestabilización (CIA, DEA, FBI) a través del Departamento de Estado o de Seguridad Nacional, así lo demuestran.
Y en la campaña intervienen los titulares de tales secretarías o departamentos que han arremetido en contra de México y que actúan en la persecución de migrantes establecidos en los estados del sur de Estados Unidos, todo tipo de medidas: comerciales, diplomáticas o comerciales están accionando en el mismo sentido.
Y aunque la presidenta Sheinbaum afirma que está lejos la invasión o la presencia militar, lo cierto es que cada vez está más cerca: buques y aviones de guerra, militares acantonados en la frontera, hostilidad migratoria, imposiciones arancelarias -aunque es lo mínimo-, están accionando con el mismo propósito: apoderarse de parte o la totalidad de nuestro territorio.
TURBULENCIAS
Colaboración, no subordinación
Los Estados Unidos no tienen amigos, tienen intereses, es una frase repetida a lo largo de la historia y habría que recordársela a la presidenta Claudia Sheinbaum cuando afirma que con Trump hay el acuerdo de colaboración, coordinación, no subordinación, y que la defensa de nuestra soberanía es firme e innegociable. Y sin duda que su postura corresponde a una actitud política, diplomática y civilizada, pero alejada a la realidad: Trump ve en los cárteles de la droga, denominados terroristas en febrero pasado, un creciente enemigo que amenaza su territorio. Y en base a ello puede actuar, como ya lo ha adelantado…El principal problema de México es que si se desplazan más militares a las carreteras del país, suben los asaltos y los secuestros, sin que los custodios puedan hacer algo. Tenemos al Ejército, la Marina, la Guardia Nacional desplazados por el vasto territorio nacional, y la inseguridad crece, no hay visos de que llegue la paz y la tranquilidad al país, al contrario, la percepción de inestabilidad y violencia aumenta y nuestras fuerzas armadas no pueden con el paquete. Esto es una extraordinaria oportunidad de la vecina potencia para justificar su intervención en México, mientras no cese la violencia y el tráfico de drogas y la creciente migración…Las advertencias y las amenazas de Trump van en serio, dado su perfil expansionista de apoderarse de territorios cercanos o lejanos, o bien los adquiere con sus inmensos recursos, o se apodera de ellos por la acción militar…La nación se encuentra en un grave riesgo y no pasará mucho tiempo en que veamos la realidad: no habrá militares estadunidenses en México como afirma la presidenta Sheinbaum, o éstos ya se encuentran cerca de nuestras fronteras y sólo basta la orden ejecutiva final, abierta o encubierta para conocer la realidad…Inclinados por la buena vida, ya en forma abierta los morenistas viajan al extranjero sin ningún recato, pues saben que en nuestro país prevalece el doble discurso: se dice una cosa y se hace otra. Es la doble moral. Cortesías a costosos espectáculos son igual que a los ostentosos viajes que sólo pueden hacerse con recursos millonarios que sólo se pueden obtener de las arcas o de los muy avezados empresarios…
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