A mis amigos que han partido y que compartimos el mismo sueño, ver un Chiautla de  progreso.   

Ha pasado el siglo XX y después, hemos asistido ya a dos décadas del siglo XXI,  pareciera que muy poco nos interesa lo que sucede ya no en nuestro mundo, en nuestro entorno. Y ese mundo y nuestro entorno ha cambiado y, sin embargo, pareciera que nosotros, los que habitamos ese mundo o lo más particular, un municipio, para ser claros, permanecemos en una tremenda pasividad y apatía ante cambios que se dan ante nuestros ojos; somos una sociedad atrapada por un terrible consumismo y convertido en los principales generadores del daño, sí, a nuestro planeta, en nuestro municipio  que, por supuesto por ignorancia, por apatía no asumimos nuestra culpa. Somos una sociedad o pueblo en nuestro caso, que vivimos las consecuencias de todo lo que hemos construido, daños que consciente o inconscientemente provocamos en la vida diaria.

Hemos padecido una serie de eventos como terremotos, incendios, inundaciones, que son fenómenos naturales pero que también tiene que ver la mano del hombre; de nuestros errores de nuestras ambiciones, nosotros los que habitamos este planeta Tierra, Un planeta que nuestros ancestros no solo respetaron sino también cuidaron.

Así pues, como sociedad en comunidad nos hemos desviado, la violencia otro lastre que padecemos, se ha incrustado hasta lo más profundo. Las familias, muchas de ellas han olvidado los principios morales que en su seno fueron inculcados  por nuestros padres, que sin embargo y si darnos cuenta han quedado en el olvido y, sus consecuencias las estamos padeciendo.

La vecindad en los pueblos que antaño construyó y fortaleció a las familias, no existe más, el egoísmo y la apatía se instituyó  para debilitar y hasta desaparecer la solidaridad y la cercanía con los vecinos. Y nuestros pueblos con los pasos de los años se han transformado bajo dichos escenarios. La población crece y consigo una serie de servicios son demandaos a los gobiernos. Servicios que la propia ley- Ley Orgánica Municipal- les responsabiliza para otorgarlos.

En un municipio los ciudadanos no pueden solventar necesidades  que como colectividad son necesarios, son los servicios públicos que deben ser otorgados por sus respectivos ayuntamientos, hoy ya reconocidos por la constitución como gobiernos, es decir, los únicos responsables de conducir los destinos del municipio que mediante normas municipales reglamentan y regulan una serie de acciones y actividades de los gobernados, por supuesto, sin descuidar lo que la ley les obliga llevar a cabo, como son los servicios de agua potable, drenaje y alcantarillado, recolección de basura, arreglo de  calles y caminos, y los relacionados a la seguridad pública, entre otros; servicios que deben ser atendidos en forma puntual, pero sobre todo saber manejar con responsabilidad el recurso financiero para cubrirlos.

Desgraciadamente los ayuntamientos han sido vistos como el lugar- el mejor - donde ciertos integrantes en cada administración  se han enriquecido amparados con el cargo público, cayendo en actos de corrupción que los gobiernos municipales, estales y federal padecen. Y este mal, de la corrupción en un municipio ha traído grandes consecuencias: crecimiento de los niveles de pobreza, obras de mala calidad e innecesarias, mala atención a los ciudadanos, aparición de la inseguridad, etc., etc.. Males que no son ajenos al municipio más pobre, ni el más apartado.

El profesor Gilberto Bosques Saldívar, natural del municipio de Chiautla, cuando se le pregunto que opinión tenía del concepto revolución – lo digo porque hoy la propuesta de muchos ayuntamientos, es el cambio-, y mencionó lo siguiente: “ para que una revolución exista, debe de haber cambios radicales en sus instituciones, en beneficio del pueblo”. Este prócer lo dijo con conocimiento de causa, consagró parte se su vida a la revolución y al constitucionalismo. Salud!!!

Barrio de Tlanichiautla, ciudad de Chiautla de Tapia, 30 de septiembre de 2021

*Miembro fundador de Alianza Ciudadana de Chiautla de Tapia, A. C.

Publicado en CULTURA