"Cerremos filas para alcanzar las más altas aspiraciones políticas plasmadas en nuestra Ley Suprema, para lograr una convivencia pacífica y civilizada, fincada en la fraternidad, la igualdad y el respeto a los demás": EPN

El Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, encabezó la conmemoración del Centenario de la Promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

En el evento afirmó que "nuestra carta Magna incorpora los valores de soberanía, libertad y justicia, de democracia e igualdad que nos han inspirado, que nos han orientado y nos han unido a través del tiempo”.

    “Ahí están también las aspiraciones más profundas y permanentes del pueblo mexicano: la justicia social, el derecho a la educación y la equidad en las relaciones laborales.

    Sigamos avanzando con base en los valores y las aspiraciones contenidos en nuestro proyecto de nación”: EPN

La esencia de la Constitución Mexicana trasciende épocas.

    “Se ha fortalecido para responder a las necesidades de nuestro tiempo; se ha renovado, para aprovechar mejor las oportunidades. Entre cambio y permanencia, entre modernidad y tradición, está la fortaleza de nuestro dinámico proceso constitucional”: EPN

Tiempos de unidad

Este Centenario de la Constitución ocurre en una coyuntura difícil. Los paradigmas sociales, económicos y políticos a nivel internacional, están cambiando aceleradamente.

    "Hoy nuestra Nación, como pocas veces en su historia reciente, está a prueba. Vivimos momentos cruciales en que se han conjuntado desafíos del exterior, con retos del interior.

    Son tiempos de decisiones que no sólo van a determinar nuestro presente, sino también el futuro de nuestros hijos y el de las próximas generaciones. Son tiempos que llaman a la unidad: unidad en lo esencial, unidad como sociedad y como nación, unidad para encontrar juntos soluciones a las exigencias de nuestro tiempo”: EPN

El Primer Mandatario destacó que “México exige de nosotros unidad, no alrededor de una persona o un gobierno, sino unidad en torno a los valores de la Constitución, los valores de nuestra Ley Fundamental: soberanía, libertad y justicia; democracia e igualdad”.

    “Todos estos son los valores fundamentales y persistentes que le dan sustento y vitalidad a nuestra unidad nacional. Unidad nacional para construir a partir de los ideales que nos legaron los fundadores de nuestra nación; unidad nacional para cumplir la promesa de un mejor futuro que nos hicieron los insurgentes, liberales y revolucionarios”: EPN

El Titular del Ejecutivo Federal hizo un llamado para "que no haya distracciones ni extravíos. No perdamos impulso buscando salidas falsas o soluciones simplistas. No olvidemos las duras lecciones del pasado: en la vida de las naciones, no hay caminos cortos ni rutas fáciles”.

    “Honremos la obra de los Constituyentes y escribamos juntos una página que sea recordada, como nosotros recordamos la de ellos; una página de unidad y orgullo nacional, una página de valor y dignidad”: EPN

Publicado en NACIONAL

"El ex Primer Ministro del Estado de Israel fue un líder en todo el sentido de la palabra. Amó a su país y le sirvió con pasión. Y también fue un idealista que, por haber vivido la guerra, se atrevió a soñar e impulsar un futuro de paz en Oriente Medio": EPN

La historia suele recordar a los grandes personajes por su legado material o ideológico, pero han sido muy pocos quienes además trascienden por su liderazgo moral. Sin duda, se trata de una cualidad muy necesaria en estos tiempos, cuando nuestra capacidad técnica no siempre va a la par de la sabiduría requerida para dar un rumbo certero a nuestros esfuerzos como humanidad.

Shimon Peres, amigo cercano de México, es una de esas grandes figuras universales que han inspirado y tocado la vida de millones de personas, por encima de credos religiosos, orígenes étnicos o preferencias políticas.

Es por ello que hoy, Jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo nos hemos dado cita en Jerusalén, para unirnos en un duelo que nos obliga a reflexionar sobre el futuro de paz y prosperidad que aspiramos a construir como comunidad internacional.

El ex Primer Ministro del Estado de Israel fue un líder en todo el sentido de la palabra. Amó a su país y le sirvió con pasión. Y también fue un idealista que, por haber vivido la guerra, se atrevió a soñar e impulsar un futuro de paz en Oriente Medio.

En su discurso al asumir la Presidencia de Israel, en 2007, Peres le hizo una petición a su pueblo: “Permítanme seguir siendo un optimista. Permítanme mantener la capacidad de soñar”. Ése fue su sello a lo largo de más de siete décadas de vida política: creer en un mejor futuro. Siempre supo que el pesimista ya está derrotado y que la adversidad no es una excusa para la inacción, sino una invitación a ser audaz.

Luchó incansablemente en favor de la reconciliación entre israelíes y árabes, especialmente con el pueblo palestino, bajo la premisa de que la paz no se gana derrotando a un enemigo, sino que se gana construyendo junto a un aliado.

Peres sabía que ese camino era arduo, que requería paciencia y valentía, pero estuvo dispuesto a andarlo; dispuesto a asumir los costos políticos. Gracias a esta convicción, en 1994 fue reconocido con el Premio Nobel de la Paz, junto con el entonces Primer Ministro de Israel, Issac Rabin, y el líder palestino Yasir Arafat.

El ex Presidente del Estado de Israel fue un gran aliado de México, siempre dispuesto a privilegiar puntos de encuentro y vías de colaboración. Visitó nuestro país en seis oportunidades y desde distintas responsabilidades, contribuyendo en todo momento a fortalecer y proyectar la amistad que une a nuestros pueblos.

Personalmente, tuve el privilegio de conocerlo e intercambiar ideas con él en cinco ocasiones. Cada una de ellas, fue una oportunidad para dialogar y conocer la visión ―siempre lúcida y franca― de uno de los arquitectos de la historia contemporánea, de un integrante de la generación de los padres fundadores de Israel.

Hoy, el pueblo de México se une al duelo de sus familiares y amigos, al de todo Israel y al del pueblo judío en todo el mundo, para quienes Shimon Peres representa una inspiradora figura de unidad, liderazgo y sabiduría.

De manera especial, quiero expresar mi solidaridad con la comunidad judía en México, integrada por más de 50 mil mujeres y hombres, que todos los días contribuyen a construir un mejor país con su talento, patriotismo, ética de trabajo y capacidad de innovación.

Peres nos deja un legado vigente y, hoy más que nunca, necesario: por encima de ideologías o preferencias partidistas, la función de la política es buscar acuerdos para generar soluciones.

Estoy convencido de que la mejor forma de honrar al gran hombre que fue Shimon Peres, es poniendo en práctica la reflexión que nos compartió al despedirse de la presidencia de su país en 2014: “Aún quedan esclavos que liberar, vidas que salvar, justicia que defender; aún queda un mundo que mejorar”.

Descanse en paz, Shimon Peres, líder israelí, hombre universal y amigo de México.

Texto publicado en El Universal

Publicado en NACIONAL

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