Caracas.- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sostuvo este miércoles una llamada telefónica con el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, en medio de una profunda escalada de tensiones diplomáticas con Estados Unidos tras una serie de medidas y declaraciones emitidas por la administración de Donald Trump. 

En el diálogo, Maduro alertó a Guterres sobre lo que calificó como una “escalada de amenazas” por parte de Washington, especialmente tras el reciente anuncio de un bloqueo total a los buques petroleros sancionados que entran y salen de Venezuela, una medida diseñada por la Casa Blanca para aumentar la presión sobre el régimen chavista. 

El mandatario venezolano denunció que Trump ha hecho declaraciones que, a juicio de Caracas, vulneran la soberanía nacional, incluyendo afirmaciones en las que, según la cancillería venezolana, el presidente estadounidense sugirió que el petróleo, las riquezas naturales y el territorio venezolano le pertenecen a Estados Unidos. Maduro pidió que tales expresiones sean rechazadas categóricamente por el sistema de Naciones Unidas, pues constituyen una amenaza al derecho internacional y la paz.

Postura de la ONU

Por su parte, Guterres reafirmó el compromiso de la ONU con el respeto al Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas, instando a todas las partes a actuar con moderación y evitar una confrontación que pueda desestabilizar aún más la región. En el comunicado emitido por la Secretaría General se subrayó la importancia de reducir tensiones y privilegiar el diálogo como vía para la resolución pacífica de conflictos. 

El secretario general también anunció que dará seguimiento al desarrollo de los acontecimientos en el Consejo de Seguridad, reflejando la creciente preocupación internacional por el deterioro de las relaciones entre Caracas y Washington. 

Contexto de la tensión

La conversación ocurre en el marco de un duro enfrentamiento diplomático entre Venezuela y Estados Unidos, que incluye no solo el bloqueo naval a buques petroleros, sino también la reciente declaración del gobierno estadounidense de considerar al gobierno venezolano como una organización terrorista, así como el incremento de operaciones militares y patrullajes en el mar Caribe. 

Estos acontecimientos han desatado reacciones en la comunidad internacional. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, hizo un llamado a la ONU para evitar derramamiento de sangre y defendió el papel de la diplomacia para desescalar el conflicto. 

Implicaciones regionales

Analistas advierten que las declaraciones cruzadas entre Caracas y Washington, junto con las medidas unilaterales, podrían tener serias implicaciones para la paz y estabilidad en América Latina y el Caribe, especialmente si no se logra abrir canales de negociación sostenibles. La intervención de la ONU se ve ahora como un intento de poner freno a una crisis que muchos comparan con una de las tensiones más altas en las relaciones hemisféricas de los últimos años.