Es fuente nutricional y saludable como otras rojas o blancas, dice Vida y Salud

La sabrosa carne de cerdo que desde la antigüedad no la comen muchas personas por los mitos y temores de que aporta un alto contenido de grasas y colesterol a la dieta y puede trasmitir enfermedades a los humanos, es inverosímil, ya que el puerco es importante fuente nutricional, pues su carne aporta proteínas al organismo y resulta tan saludable como otras  ya sean rojas o blancas.
   
A quién no gustan las costillas de cerdo, los chorizos o les fascina el tocino, o el lomo de este animal en salsa agridulce, el tradicional lechón o el jamón ibérico? Preguntan expertos de Vida y Salud, porque han escuchado versiones que ponen la reputación  de la carne de puerco  en tela de juicio, sobre todo cuando se habla de los efectos que tiene en la salud.

Y es que a la fecha existen todavía muchos prejuicios relacionados con comer carne de cerdo, a pesar de ser la de mayor consumo a nivel mundial.
 
Entre los mitos o temores en torno a esta sabrosa carne están: que aporta un alto contenido de grasas y colesterol a la dieta y que en muchos casos  transmite enfermedades a los humanos, como la triquinosis. Pero esto no es así. Por el contrario, el cerdo puede ser importante fuente nutricional que aporta proteínas al organismo y resulta tan saludable como otras carnes, rojas o blancas, confirman nutriólogos.

Sobre las grasas, afirman, hay que considerar que los métodos de crianza y conservación de los cerdos han variado con el tiempo, y se ha logrado disminuir el valor calórico de su carne.

También se ha probado que algunos cortes específicos de estos animales aportan menos colesterol que las carnes rojas; las piezas más magras proporcionan entre 60 y 80 miligramos por cada 100 gramos, una cantidad inferior que las carnes de cordero o las vacunas.

Confirman esto último porque la carne de cerdo es rica en grasas monoinsaturadas y un tipo de ácido oleico característico del aceite de oliva, cuyo consumo contribuye a reducir los niveles de colesterol total en la sangre a expensas del llamado colesterol malo o LDL, y a aumentar los niveles del denominado colesterol bueno o HDL.

Junto con las aves sin piel o el conejo, el cerdo es una buena alternativa de consumo de carne que no implica una ingesta elevada de grasa, ni incide de modo negativo en los niveles de colesterol en la sangre.

Mas esto no se aplica para los embutidos elaborados a base de cerdo, como el jamón, los chorizos y los patés, que sí son altos en colesterol y en grasas saturadas.

Y lo relacionado con la triquinosis, si bien es cierto que la carne de cerdo es la principal fuente de contagio de esta enfermedad, en realidad este parásito también puede ser transmitido a las personas a través de otro tipo de carnes.

Aseguran dietistas que para evitar el contagio de la triquinosis u otras enfermedades, la recomendación es comer la carne de cerdo bien cocida y conservada, a fin de eliminar los parásitos y las bacterias.

Otros organismos que se pueden encontrar en la carne de cerdo y en otras carnes y aves, son la Escherichia coli, la Salmonella, el Staphylococcus aureus y la Listeria monocitogenes.

La mejor ayuda médica para los consumidores de carne de puerco es que al comprarla, busquen cortes que tengan poca grasa en el exterior y que presenten una carne firme de color gris rosáceo. Y para que tenga mejor sabor y sea más tierna, debe contener una pequeña proporción de grasa veteada en la carne.

Al elegir una receta favorita hay que olvidar todos los mitos en torno a la carne de cerdo, pues si es un corte magro, puede proporcionar varios beneficios nutricionales en vez de perjuicios.

Publicado en SALUD

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