Durante décadas en su estado existió un total hermetismo hasta para mencionarlo, bueno hasta se llegó al extremo que, cuando se le reconoció muchos años después en su estado natal, Puebla, por parte del Congreso del Estado, éste le iba a entregar una medalla y dado que no se presentó – él no era afecto a reconocimientos ni aplausos-, se designó a una persona distinguida, para que se trasladara a entregar personalmente dicha presea hasta su domicilio. El reconocimiento nunca fue entregado, es decir, nunca llego la persona a su domicilio en la calle de Pilares de la Colonia del Valle de la hoy, ciudad de México, no obstante que don Gilberto murió, dicen en mi pueblo, pisando los 103 años. Yo creo que, ni enterado estaba y menos que le interesara recibir una presea de un gobierno que no le era afín. Algo poco conocido fue que en elecciones fraudulentas perdió la candidatura a gobernador del estado ante Maximino Ávila Camacho que, por cierto, en campaña el profesor sufrió un atentado en Esperanza, Puebla. De esta amarga experiencia retornó a la capital, ya que era diputado federal y después dejó el país para atender una encomienda solicitada por su amigo el general Lázaro Cárdenas del Río, que lo designó vicecónsul en París, Francia en el año de 1939.

Me parece que los trabajos desarrollados por Teresa de Sierra y Graciela de Garay, desvelan esas facetas importantes en la vida del profesor Gilberto Bosques. Testimonios de décadas olvidadas y El oficio del gran negociador son documentos importantísimos que deben conocer los mexicanos. En junio de 2003 el nombre de Bosques se le otorga a una arteria de la capital de austriaca, Viena. Y así se siguen sumando reconocimientos de países como Alemania, España y Francia. Todo ello despierta interés en escritores y periodistas, muchos de ellos tienen la oportunidad de mantener charlas cuando Gilberto Bosques rondaba los cien años, siempre les fue hospitalario al recibirlos personalmente en su casa, con mayor razón a aquellos que venían de Europa.

Parecía que lo que faltaba para una figura como la de Bosques se le hiciera justicia, era que apareciera en los Libros de Historia de Puebla y, efectivamente en una sesión solemne del Congreso del Estado de Puebla celebrada el 20 de octubre de 2022, se puso como punto de acuerdo, y contó con su aprobación, con lo cual, sería turnado el acuerdo al ejecutivo del estado para para su incorporación a los libros de historia digitales. Este tema ya se trató con los dos últimos secretarios de la Secretaría de Educación, pero dado el tiempo transcurrido, parece que no existe ningún trámite. Probablemente ahora que asuma la gubernatura del estado Alejandro Armenta, que representa la izquierda, afín a las ideas del profesor Gilberto Bosques, es probable que lo que aprobó el congreso, aparezca por fin en el escritorio del secretario de educación que él designe, y ya se le considere como un asunto que requiere celeridad. Sin duda eso va a suceder, eso espera el pueblo de Chiautla, municipio que vio nacer a este distinguido e ignorado personaje.

La titular de la Secretaría de Educación en su momento, solicitó que el texto a incorporar lo redactara su servidor. Sin duda para mí era un privilegio, pero creo no ser el indicado, sin embargo, acepté la designación. Para ello consulté a la familia Bosques y enterarles del caso y una vez redactado se los di a conocer, obteniendo la respuesta siguiente el día15 de noviembre de 2023: “He leído tu escrito referente a la vida y desempeño de mi papá y me parece que está bien documentado. Te agradezco tu labor y tu cariño. Cuentas con mi autorización. Atentamente, Laura Bosques y Manjarrez.”
 
Cholula de Rivadavia, Puebla, 3 de septiembre de 2024.

Publicado en CULTURA

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