Era la tarde del día siguiente, por la calle “profesor Manuel González Romero” a un costado del Portal Héroes del 3 de Mayo, se aparece un grupo de jóvenes todos de apariencia de estudiantes, son ellos  lo que habían entablado plática con el hombre barbado, venían acompañados de dos jovencitas. Miren ya está ahí, se los dije, ése es – dijo una de los dos jóvenes, sí es él, vamos a saludarlo para que lo conozcan – dijo el otro-, bueno, no perdemos nada – contesto una-.  Señor ya estamos aquí, podemos continuar con nuestra charla, claro que sí – contestó -, pero díganme quienes son estas jovencitas, señor son las muchachas que le mencionamos ayer, se acuerda, claro, las que esperaban para ir al concierto, pero bueno , siéntense, como se llaman ustedes por cierto – se dirigió al grupo-, ellas son Luisa y Gabina, estudian la Normal, quieren ser maestras, y  ustedes, no sé aun sus nombres, yo soy  Martín y él es Sebastián – se presentaron-, mucho gusto espero no aburrir con mi plática del Concejo de Notables que es importante que conozcan, eso les dijimos a nuestras amigas y se animaron a acompañarnos, porque nos interesa ese tema y es posible que nos sirva para comentarlo en nuestras escuelas, eso es nuevo para nosotros, no lo conocemos - dijo Sebastián-, el hombre barbado se tomó una pause para luego dirigiéndose a ellos-, se los platico y también podemos hablar de su escuela muchachas.

El Concejo de Notables no es otra cosa que volver a aplicar un gobierno como lo llevaban a cabo nuestros ancestros, los aztecas, incluso los mixtecos, Es un gobierno de estructura horizontal, donde el concejo llevado a los tiempos modernos, hablamos ya del siglo XXI, cuando los rezagos y las malas condiciones de los pueblos ya eran insoportables, solo la clase política se benefició de esa forma de gobernar, se enriquecieron que lastimaba mucho a esa condición de vida que vivían muchos ciudadanos y lo peor fue que por ejemplo, la salud, la educación, el campo estaban en situaciones muy críticas y todo eso lo estaban padeciendo ya muchas familias, y todo en vez de corregirse se agravaba cada vez más, conforme se veían pasar los gobiernos, bueno, los datos estadísticos del propio gobierno federal hablaban por si solos. No había duda, estaba claro que tenía que haber una solución para este grave problema, que ya era hora de enfrentarlo.

El Concejo de Notables muchachos, no es otra cosa que un gobierno sea presidido por gente honorable ante los ojos de la ciudadanía, así lo hacían los Aztecas – en Tenochtitlan los cargos públicos los ocupaban aquellos que gozaban de reconocimiento  popular por acciones realizadas en beneficio de la sociedad -  y gente con esas características tenía Villagrande aquí, y otros estaban radicados fuera. Miembros de la asociación civil ya jubilados, que les platique ayer iniciaron este proyecto aprovechando el naciente partido político denominado “NoPase” que significaba, Notables Paso seguro, fue un partido político regional que abrigo muchas esperanzas para postular  personas reconocidas en el pueblo que gozaban de respeto y apreciadas y, esto también había sucedido hace muchos años una vez concluida la revolución de 1910, cuando el Partido Nacional Cooperativista  postuló a cargos de elección popular a personajes que después brillaron en la historia del país  y, precisamente en este partido político participó un destacado prócer de la revolución , el profesor Gilberto Bosques, nacido aquí en Villagrande. Y volviendo al partido  “NoPase “, se sumaron profesionistas también jubilados y activos que vivían en Villagrande, el grupo lo destacaban, maestros, abogados, contadores gente que conocía el campo y el comercio, así como otros que se dijeron dispuestos a colaborar. Esta respuesta no podía ser ignorada y desechada por el grupo iniciador, que pronto se regresaron al pueblo para poner en marcha y hacer realidad el Consejo. Se cumplieron los requisitos electorales y la planilla fue registrada sin ningún problema, y ya en campaña la gente los recibía con gran algarabía a sus principales integrantes, no hubo eslóganes esperanzadores ni promesas, en cada visita a las comunidades se les invitaba a sumarse a resolver los problemas más apremiantes , y que ellos no tenían necesidad de un sueldo ya que gozaban de una pensión que les permitía vivir con holgura y por ello también les interesaba de quienes quisieran participar en la tarea histórica, que fueran de preferencia personas que gozaran de ingresos parecidos, los municipios no pueden darse el lujo de pagar burocracias con sueldos elevados y que dicho recurso debería ser destinado a los servicios públicos, a la educación, la salud y al campo principalmente para un pueblo como Villaqrande donde la gente se quejaba de tener malos servicios y que muchas obras de infraestructura habían descompuesto al pueblo y desaparecido vestigios históricos y, en ello se destinaron mucho dinero.

Disculpe señor bar.. bado lo espetó Luisa, no te preocupes contestó, dime, ¿y eso lo permitía la ley?, bueno – contestó -, es  una buena pregunta, te quiero decir que la ley que norma a los gobiernos de los pueblos, señala la constitución de consejos ciudadanos y la propia Constitución aprueba elegir a representantes populares en las elecciones, por una vía ancestral, la de usos y costumbres, pero eso, no se da en nuestro estado. Por tal razón los integrantes del Concejo respetaron la ley electoral, pero una vez que fueron declarados vencedores, se convocó al pueblo y con su aprobación, escuchen bien esto, con su aprobación aceptaron la propuesta de gobernar diferente, cómo, a través de un Concejo, ¿y cómo funcionó el Concejo sin que contraviniera a la ley, sí los gobiernos de los pueblos se rigen conforme a leyes, siempre ha sido así? – intervino Martín, estudiante universitario-, me da gusto que se interesen de mi plática muchachos, bueno continuo, en la primera mesa de trabajo una vez reconocido a las cabezas del Concejo, se presentó el “Reglamento que norma la Participación del Pueblo”, éste importante documento daba respuesta a la forma de como el pueblo podía ser parte de las acciones del gobierno, ustedes me preguntaran qué cómo era, bueno, se reconoció como Concejales principales a los presidentes auxiliares, con una nueva atribución para ellos, ahora formarían parte de Concejo con voz y voto en cada una de las sesiones, en todos los asuntos del pueblo de Villagrande, es decir, dejarían de ser que lo nunca fueron, ni juntas y menos auxiliares; de igual modo el pueblo, ciudadanos radicados y los que se encontraban fuera, prestaron sus servicios profesionales o en su caso tareas que ya tenían experiencia, y lo ponían todo al servicio de sectores del pueblo. A estas personas se les denominó Tutores concejales, ellos no cobraban honorarios, el Concejo les dotaba de todo el material que requerían como transporte o gastos que se generaban para cubrir sus actividades…..Continuara.

Cholula de Rivadavia, Puebla, julio 2023

*Texto de Novela del autor. Cualquier parecido a la historia de algún municipio, es mera coincidencia.

Publicado en CULTURA

A la profesora Dolores Cardoso Vázquez

Ser testigo de hechos relevantes, conocer los personajes y tener su amistad; después, gozar del privilegio de contarlo, por ser hechos importantes. De todo ello me atrevo compartir:

Soy  egresado de la Escuela Secundaria “Mariano Antonio Tapia”, alumno del profesor Manuel González Romero, mis estudios los realicé en el Instituto Politécnico Nacional y en el Instituto de Administración Pública, A.C. y mi carrera laboral fue en el sector público.  

Al pasar los años y ya radicando en la ciudad de Cholula, busque a mi maestro Manuel González en oficinas de la Secretaria de Educación Pública del Estado de Puebla,  cerca de la 25 poniente en el bulevar Aarón Mérino Fernández, cual sería mi sorpresa cuando lo encontré, arrinconado en un modesto escritorio, pero sonriente y con sus posturas humildes como siempre las tuvo; platicamos a partir de ahí muchas ocasiones , su sencillez y su  siempre cortesía que nunca perdió este admirable y gran hombre que, me regaló su amistad y su aprecio.

Mantener una ideología a costa de todo no es gratis, se paga, tiene su costo, cuando tomamos posturas o pensamos diferente en una alta burocracia, mayormente en el periodo neoliberal en el cual cual nos tocó vivirlo. Sin en cambio, sí algo mantenemos viva es, nuestra formación ideológica  y es lo que nos identifica en este caso con el profesor Manuel y Gilberto Bosques, personajes que admiro.

Fue en la ciudad de Puebla un día de octubre del 2011, junto con mis compañeros de  Alianza Ciudadana Mixteca de Chiautla de Tapia, A. C. nos citamos para platicar con el maestro y uno de  los temas que abordamos les comparto:

Eran los años 1950, el profesor Manuel González Romero ya tenía 10 años ejerciendo el magisterio y se le abrían importantes expectativas para incorporarse al naciente Centro Escolar “Niños Héroes de Chapultepec”. Sin embargo por indicaciones del Secretario de Educación Pública de ese tiempo, le piden que se traslade al municipio de Chiautla  para atender y resolver los problemas que se tenían  en la Escuela Secundaria de esta localidad.

Ya en Chiautla de Tapia, organizó a los jóvenes, alumnos de dicha institución para iniciar los trabajos de construcción que albergaría la Escuela Secundaria “Mariano Antonio Tapia”. El maestro no desmaya y dicho inmueble que antes fue la Escuela Primaria “Mucio P. Martínez”, pronto se convierte en una de las escuelas oficiales de la región, y que a partir del año 1957 albergaría a jóvenes de municipios circunvecinos.

Si bien la empresa que se le había encomendado ya había sido superada, la estancia del profesor Manuel González Romero se prolongó por más de una década. Su retorno a la ciudad de Puebla capital y su incorporación al Subsistema de Centros Escolares había quedado en el olvido.

Su estrecha relación con el profesor Luis Bermúdez Galicia, supervisor de escuelas normales  hizo posible su proyecto de crear una Escuela Normal para la formación de maestros. Su proyecto inicial de crear una escuela  de carácter técnico que formara a especialistas  con carreras propias de la región no se consumó, pero la idea de la formación de jóvenes, que continuara después de la secundaria siempre la mantuvo presente.

Después de tocar puertas se logra por fin el visto bueno del profesor Bermúdez Galicia para el proyecto de la escuela Normal, de manera que una vez conseguido esto, las actividades se inician en el año de 1963. Se creó un comité donde se aprueba que el nombre de la institución llevara el nombre del distinguido profesor Luis Casarrubias Ibarra, que fue una de las propuestas del profesor Luis Bermúdez Galicia, ya que dicho personaje vivió de niño en Chiautla de Tapia y había sido director del Instituto Normalista  del Estado de Puebla; el comité  dio todo su apoyo a esta propuesta.

La Normal inicia labores  contando con la participación  de distinguidos profesores  altruistas que durante el primer año no tienen ninguna compensación y 15 alumnos. La cuota por alumno fue de $2.00 pesos para el pago de los maestros.

La primera generación es apadrinada  por los Rivadavia de Cholula que habían permanecido en Chiautla realizando restauración a la Iglesia de San Agustín. A los alumnos de las primeras generaciones se les entregaba al concluir los cursos, una Carta de Pasante y tres meses más adelante  se les otorgaba su Título  de Profesor de Enseñanza Primaria.

Otro padrino de generación  lo fue el líder de la CROM, Antonio J. Hernández  quien tenía como esposa a una chiauteca, éste líder, se hizo acompañar de 120 gentes, las cuales fueron atendidas por los padres de familia que no escatimaron recursos para su atención alimenticia, la hospitalidad y buen trató fue reconocido siempre  por los visitantes.

Dato que señala el profesor Manuel González Romero es que en los festejos realizados en la ceremonia de graduación de la primera generación de la Escuela Normal, se contó con la asistencia del profesor Gilberto Bosques Saldívar que dio realce al evento, no sólo por su personalidad, sino por las cartas de presentación que tenía una importante figura del movimiento revolucionario  de 1910 y distinguido diplomático, que había puesto en alto el nombre de México durante la Segunda Guerra Mundial , por su humanismo al ayudar a miles de exiliados que encontraron en él su salvación ya que pudieron llegar a un nuevo país para vivir, como lo fue México.

La labor del maestro Manuel González Romero se acrecienta con resultados que no pueden ignorarse por ejemplo, para el año 2011, la hoy Escuela Normal Oficial “Luis Casarrubias Ibarra” había formado  alrededor de 4,500 profesores de los cuales, 507 ya gozaban de jubilación.

De mi artículo “ La educación en Chiautla”, publicado en la Revista “Momento en el  vértice de Puebla” de día 13 de noviembre de 2014, rescato comentarios del profesor Manuel que, de una serie de pláticas sobre el tema de la escuela Normal, su obra y me los comentó: “ En México hice gestiones en el Politécnico para una Vocacional,  también en Agricultura; en la Secretaría de Educación, una Normal primaria, nada se logró; en Educación en Puebla me dieron visos de probabilidad de una Normal primaria, y con la ayuda del profesor Luis Bermúdez Galicia, y de otros amigos de educación, inicié esta gestión.…”A la visita del supervisor de Normales, hizo el reconocimiento y aceptó la probable aceptación de la institución. En lapso de 3 meses quedaron 22 asistentes, candidatos normalistas; la planta de maestros recibía solamente una gratificación. A los 38 días llegó la incorporación  de la escuela  al estado, por cooperación y, finalmente asumí la dirección. Los profesores que impartían clases por invitación, eran unos de las primarias, de la secundaria, profesionistas y hasta sacerdotes. Corrió la versión de que no estaban al nivel normalista de Puebla, lo que ocasionó que alumnos inscritos desertaran”.
 
Bueno, dicen que se ve mal que uno se alague. Seguramente el maestro Manuel desvió la conversación que sosteníamos y, era entendible  lo que él sentía pero no quiso expresarlo; un hombre sencillo, humilde, fue fácil intuir el orgullo y la satisfacción por sus “muchachos “ - así lo externaba de sus alumnos- . Por eso me di a la terea de platicar con alguno de esos jóvenes  de esa época que, sin saberlo iban a cumplir un compromiso y ponerse una vestidura que permeaba aun como como herencia de la naciente tarea de la educación, sí, el apostolado como primera premisa, una exigencia del pueblo mexicano para recibir una educación para una niñez en ciernes.

Huelga citar todo ese periplito que tuvieron que pasar los muchachos del maestro Manuel González Romero, para presentarse al lugar donde se ubicaba la escuela que les había asignado la  Secretaría de Educación Pública, federal o estatal, donde los funcionarios les entregaban las órdenes de adscripción y les designaba como profesores para ejercer su labor, señalando el nombre de la escuela. Ellos llenos de ilusión acudían con muchos sueños para poner en práctica lo aprendido. Citaré el caso de dos de esos jóvenes profesores de no más de 20 años de edad: Gerardo Hernando Alconedo y Salvador Vergara Andrade, el primero, se trasladó al estado de Oaxaca a la región de Sóla de Vega que, para llegar a su centro de trabajo, representantes de la comunidad lo esperaron en el lugar señalado donde se le dispuso de un caballo; transitó durante un día y medio – 36 horas- y cruzar el Rio Sóla en tres ocasiones. Mientras que el segundo, el profesor Salvador le asignaron su plaza en la Sierra Norte del estado de Puebla y, para llegar a su escuela recorrió varias horas por carreteras accidentadas, cruzar a caballo el Rio Pantepec, para por fin instalarse en la Escuela Primaria Oficial “5 de Mayo” de Progreso de Allende,  Pantepec, Puebla. En ambos casos se enfrentaron además a otro clima y a otras lenguas, Todo no solo diferente, sino, opuesto a las condiciones de la Mixteca baja.

Pero bien dicen que nunca es tarde, porque después de muchos años aquellos muchachos del profesor Manuel, ya habiendo concluido su vida laboral o magisterial ya jubilados, recordaron que había una deuda que pagar hacia su maestro; un maestro orgulloso de saber que muchos de sus muchachos habían alcanzado en su profesión puestos importantes y seguramente vivir, una vida más holgada a la que él vivía.

Se formó una comisión  de exalumnos – de Secundaria y Normal-, misma que fue recibida el día 5 de julio de 2014 por el Alcalde de Chiautla, se le entregó documento que era una solicitud para que el maestro Manuel González Romero fuera designado “ Hijo predilecto de Chiautla” y, que lo expuesto en dicho escrito fuera analizado en sesión de Cabido por el Ayuntamiento del municipio, transcribo partes del documento que fue leído, por el que esto escribe, en sesión de Cabildo del día 13 de julio de mismo año:

“Como exalumno de la Escuela Secundaria “Mariano Antonio Tapia”, generación 1968-1970,…” Al profesor Manuel González Romero, lo distingue su honorabilidad y se ganó el respeto de los chiautecos. Las generaciones de egresados…. , al maestro le guardamos mucho cariño y agradecimiento y vemos en él, al Adalid de la educación que transformó al pueblo de Chiautla y encumbró a miles de jóvenes chiautecos. Nos enseñó a superar adversidades y cristalizar sueños.  Que eran méritos suficientes para ser declarado “Hijo Predilecto de Chiautla”. Nuestra solicitud fue aprobada y el día domingo 16 de noviembre de 2014, al maestro Manuel se le declara “ Hijo Predilecto de Chiautla”, ante una plaza repleta de exalumnos, sí, llena de sus muchachos que transformaron no un municipio, transformaron nada más y nada menos que una parte de la Mixteca baja.

Chiautla, la Villa que tiene historia, que mucho la honra; sus hombres que libran batallas que son páginas de gloria de los mexicanos: el cura Mariano Antonio Tapia  y los chiautecos que se unen al cura José María Morelos y Pavón; el batallón Chiautla y Zeferino Zaldívar con el general Porfirio Díaz Morí ante los ejércitos imperiales; los chiautecos desafiando al dictador Porfirio Díaz Morí en Chiautla de Tapia, con don Abrahán Ramírez a la cabeza; los chiautecos anónimos en la revolución mexicana de 1910 siguiendo los ideales de Emiliano Zapata y; el joven chiauteco revolucionario, profesor Gilberto Bosques Saldívar, que abanderó los postulados de Francisco I. Madero y que en el año de 1914 organizó y dirigió el Cuerpo de Voluntarios de San Carlos, para oponerse a la invasión norteamericana, que ocupaba el puerto de Veracruz.

Y nuestra historia se nutre, porque en la Escuela Normal por Cooperación “Luis Casarrubias Ibarra”, se formó un batallón de Jóvenes profesores que salieron empuñando el arma más poderosa que pueda existir, fueron dotados de conocimientos  y con un libro bajo el brazo, salieron a cumplir una apremiante empresa: derrotar a un enemigo dañino para la niñez mexicana, el analfabetismo existente. Donde cada uno de sus egresados asumió su profesión, convirtiéndola en un verdadero apostolado. Que también honra a nuestro pueblo. Salud!!

*Miembro fundador de Alianza Ciudadana Mixteca de Chiautla de Tapia. A.C.

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