1.- Tomamos Los 12 meses completitos, los limpiamos de toda amargura, odio, violencia o envidias.

2.- Los cortamos en 28, 30 ó 31 pedacitos y no olvidando, ni desperdiciando, ninguno.

3.- Mézclalos bien, cada instante de la vida. Parte a parte, con mucha fe y esperanza. Todo ello, con minutos de paciencia, valor, trabajo arduo y tesonero.

4.- Agrega a cada día: lealtad, generosidad y, sobre todo, una pizca de bondad.

5.- Combínalos con mucha creatividad, disciplina y siempre con un rica plática con el Altísimo.

6.- Sazona todo perfectamente con una buena dosis de oración y meditación.

7.- Ve agregando, a cada instante, una buena dosis de ánimo, buen humor y una taza de sana diversión.

8.- Vierte todo en un recipiente de entrega, amor desinteresado y mucho cariño.

9.- Cuece todo a fuego lento, sin prisas, muy despacio.

10.- Adereza con una gran sonrisa de satisfacción, radiante, sin nada de culpa y en paz.

11.- Sirvase con entusiasmo, desprendimiento, alegría y gratitud a la vida.

12.- No permitas que nada, ni nadie, robe esa armonía que Nuestro Señor nos da día a día. Salud.