Lic. Pedro Sosa: Villagrande te llora

¿Entonces usted no es maestro?, no, Luisa -llegó sola al zócalo y así sorprendió al hombre barbado con esa pregunta-, es que aquí en Villagrande todos son maestros, es cierto – contestó el barbado-, y yo le tengo mucho cariño a tu institución porque la gran mayoría de mis compañeros de la escuela secundaria pasaron a la Normal por Cooperación “Luis Casarrubias Ibarra”, que así inició y el director, el que fundó ésta escuela, el profesor Manuel González Romero había sido nuestro director. Yo le tengo mucho cariño a esa escuela, marcó los cambios, no solo de Villagrande, cambió la vida de municipios de la mixteca. Y quiero contarte que en esa época en que fue fundada en nuestro pueblo, estudiar no era bien visto, las actividades en la que se ocupaban los jóvenes eran el comercio, campo y la ganadería, así que estudiar, con la escuela primaria era suficiente. No obstante el pueblo tenía gente progresista que fueron los que impulsaron su desarrollo, -Luisa  permanecía muy atenta , de pronto exclamó-, allá vienen
Gabina, Sebastián y Martín -y él contestó-, que bueno, para que les comente de la escuela Normal, que mucho tiene que ver con el desarrollo de Villagrande

¡Hola muchachos! Por favor tomen asiento – ya les hablaba con familiaridad -, permítanme un momento – de su morral de ixtle saco su frasco de plástico que con tenía un preparado de aguardiente con refresco de cola- me tomo un traguito de mi refresco-, disculpen la confianza, para luego, qué bueno que estén aquí. Le comentaba a su compañera Luisa que yo no estudie para profesor, como la inmensa mayoría de los de nuestro pueblo, pero quien si lo fue es mi esposa Dolores, así se llama, ella nació aquí en Villagrande, la conocen como la maestra Lolita y, ella siempre estudio aquí  y realizó sus estudios para ser profesora de primaria en esta noble institución, nuestra escuela Normal. Fue una estudiante entusiasta y su gusto fue por el baile, por el folclor regional mexicano y el flamenco español y el de algunas regiones de Sudamérica, lo explotó como estudiante al conformar un grupo de ballet y, quiero decir que su iniciativa tuvo éxito  con la buena participación de sus compañeros. Aún recuerdo que en esa época  la vi participar y ejecutar bailes tradicionales, eran jóvenes estudiantes que desbordaban mucha alegría; queda en la memoria la participación de ese ballet en la cancha de basquetbol  donde hoy se encuentra el mercado municipal, fueron eventos escolares que se recuerdan a todos esos futuros profesores. Es cierto señor asintió Luisa-, nuestra escuela Normal tiene mucho prestigio, y además no solo en el estado, es conocida por sus maestros diríamos que en casi todo el país – apunto el barbado-.

Y fueron esos años de los finales de los 1970, cuando ella aún era estudiante fue que la conocí, recuerdo que fue en una fiesta de quince años en el barrio de San Miguel, donde por cierto iniciaba el grupo musical que después fue conocido como King Caley que amenizó la fiesta, todos ellos amigos míos y en ese barrio siempre llegué, entable ahí amistades. Con mi noviazgo ahí comenzaba una nueva etapa en mi vida, pero todos éramos todavía jóvenes y por supuesto el consumo de cerveza no disminuía ante cualquier pretexto, pero dejaba esa vida nocturna y de fines de semana en el Distrito Federal. El por qué cambia mi vida, lo fue porque una vez que nos hicimos novios entre otras cosas me empecé a olvidar del ambiente del boxeo y del gimnasio y amistades de farra, para esperar  cada fin de semana y reunirme con mi novia.

Aquí en Villagrande todavía corría mis parrandas con mis amigos ya por el hecho de estar reunidos o asistiendo a fiestas en el pueblo y, recuerdo que en una ocasión en el mes de septiembre  que con motivo de las fiestas patrias y luego por la conmemoración de San Miguel, se levantaba un corral de toros en la plazuela del Palacio viejo, frente a la Normal, donde ahora se encuentran esas palmeras y árboles que rodean el auditorio al aire libre –hizo un paréntesis-, no sé si ustedes sepan pero donde hoy se encuentra este espacio de cultura, fue muy complicado desaparecer  un tianguis que se instaló por años y que dañó la imagen de nuestra Normal, los puestos ya les faltaba poco para instalarse dentro de las aulas y, todo esto distraía las labores de enseñanza. Ahí donde está su institución ese inmueble correspondió al primer consistorio –ayuntamiento- de nuestra mixteca, con una traza de modelo español que incluía una enorme plaza y rodeada de espacios en los puntos cardinales para edificar inmuebles para la gente con poder económico. Pero por circunstancias desconocidas está traza se cambió de lugar. Precisamente  en aquellos tiempos en dicha plaza, ahí se celebraban corridas de toros para conmemorar dichas  fiestas y en una tarde, le ofrecí a mi novia que le dedicaría una canción, la del El Sinaloense con la banda de viento que amenizaba la corrida de toros, se lo prometí, porque conocía a integrantes, esta banda de música que se le conocía como “la de cancanas”, estando la plaza llena en una tarde que amenazaba con las últimas lluvias, antes muchachos – hizo pausa el barbado-, quiero decirles que en estos días las lluvias eran intensas ; bueno entonces con mis amigos, cargando un cartón  de cervezas nos cruzamos el corral y nos fuimos donde estaban los músicos, ahí les ofrecimos las botellas de cerveza y me puse a tocar con ellos y la pieza prometida la entonamos cuando mi novia se encontraba en clases, se lo prometí y se lo cumplí, claro esa tarde ya no me encontré con  ella, con mis amigos una vez terminada la corrida de toros, continuábamos la parranda acompañados de la Banda de viento. Ya una vez concluida ésta a altas horas de la noche, me despedía de mis amigos y caminaba de regreso a casa de la ocho poniente, cruzaba la plazuela y llegaba a la  cruz, para tomar mi calle toda ella de tepetate la que sorteaba y pasaba la barranca del Tecomaxuchitl que, a esas horas de la madrugada se sentía un aire fresco, un aire musical proveniente del canto de los grillos, que  anunciaban la  llegada de un nuevo día y luego un silencio que cubría mi calle, para encumbrarme ahora así, al lugar donde siempre me esperaba mi madre, doña Gabi; metía la llave a la cerradura de la puerta que da a la calle con mucho cuidado y trataba de no hacer ruido para no despertarla , sin embargo, ella siempre atenta me sorprendía con su voz llena de ternura : ¡ ya llegaste hijo, acuéstate!, palaras que nunca olvide…. Continuará

Cholula de Rivadavia, Puebla a 24 de agosto de 2023   

Publicado en CULTURA

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