La libertad de expresión, derecho humano, constitucional y necesario, cuya celebración anual se conserva en México desde 1951 el día 7 de junio, se ha visto vilipendiada y combatida por algunos gobiernos y hasta por el crimen organizado, al perseguir a periodistas .y darles muerte culpándoles de delitos no cometidos.

Esta celebración -- 7 de junio--, algunos escritores y personajes de la sociedad civil intentaron en 2002  cambiarla al 3 de mayo. Sin embargo ha prevalecido la establecida desde 1951. 

La importancia que en México, como en todo el mundo, ha conservado la labor cotidiana de periodistas a pesar de  los ataques que actualmente  enfrenta, desde el siglo antepasado fue descrita por el periodista orgullosamente poblano, Juan Arias Laforgue, nacido en 1828 y fallecido en 1886.

Emprendió su trabajo periodístico a los 16 años, y en 42 años de actividad profesional fundó 14 periódicos, destacó también como escritor, poeta, historiador, militar,  político,  pintor y músico. Y a pesar de su ideología liberal, en un trabajo que dejó a las generaciones que le han sucedido y que tituló la ´´Oración del periodista´´, escribió: 

´´Hoy Día de la Libertad de Prensa, un día común y corriente, pero un día  grande  en nuestro país, un día especial, es cierto, lo celebramos los periodistas y todos los que tenemos la responsabilidad de comunicar lo que expresan todos los mexicanos.

´La libertad  de expresión  es lo más grande que tenemos los mexicanos. Jóvenes, adultos y ancianos gozan de ese derecho tan preciado; cuidémoslo con gallardía y respeto´´.

En su cultura e ideología liberales, Juan Arias reconocía la benevolencia y poder del Altísimo, y se dirigió a El diciendo: ´´Señor, somos los periodistas. Venimos juntos ante Ti, porque sabemos que todos, sin excepción, nos apedrean. Todos nos necesitan, pero todos nos condenan. Todos nos buscan, y todos nos critican  después.

´´Hoy el mundo se paralizaría sin nosotros, y sin  embargo todos nos echarían de buena gana a la hoguera.

´´No venimos a Ti para excusarnos de nuestras limitaciones ni para disimular nuestros pecados que tenemos, sí, y nos pesa la responsabilidad  de saber que entramos cada día en todas las intimidades, que nos sentamos en todas las mesas del mundo y que una inmensa mayoría de los hombres piensa a través de nosotros. Pero también necesitamos gritar nuestra exigencia de justicia´´.

Juan Arías  clamaba ´´Contigo, Cristo, nos es más fácil hablar, porque no podemos ignorar que Tú fuiste el Primer gran periodista de la historia, del pueblo y de todos los que eran perseguidos por la injusticia o la tiranía.

´´Señor, todos nos buscan y nos necesitan: la política para afianzarse, la religión para propagarse, la industria para venderse, la ciencia para divulgarse, el arte para exhibirse, el pueblo para defenderse. Pero todos nos maldicen y nos tiran piedras,

´´…No es  fácil ser periodista…Porque si gritamos la verguenza del mundo, somos pesimistas; si  cantamos la bondad escondida de los hombres justos, somos evasivos; si hablamos de Dios, somos beatos; si hablamos de los hombres, somos comunistas; si hablamos del futuro somos progresistas; si hablamos del pasado, somos integristas; si hablamos del presente , somos inconscientes´´.

Termina sus múltiples peticiones Juan Arias diciendo ´´Que no perdamos la esperanza, ni nos avergoncemos de ser la voz del que grita en el desierto, porque el desierto podrá ser un día la tierra habitada por los hombres´´.   

Publicado en MUNICIPIOS

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