Columna | P U L S O P O L I T I C O
El PRI y el PAN, otra vez junto al PRD, ya tienen candidatos a la gubernatura del Estado y el partido en el poder federal, Morena, aun no ha designado al suyo.
Si bien es cierto que todos los partidos de oposición confrontan graves problemas de unidad, de carencia de líderes para un buen manejo interno, de carencia de infraestructura y organización, también lo es que Morena, sufre de los mismos problemas.
Dijimos hace unos días en este espacio, que la elección extraordinaria para elegir al gobernador que deberá sustituir a Martha Erika Alonso, por el fatal accidente que todos conocemos, se decidiría en Morena, partido que se ve favorecido por la preferencia ciudadana, y que dos precandidatos de esa organización, Alejandro Armenta y Luis Miguel Barbosa, formaban el dueto del que saldría el próximo gobernador del estado.
Sin embargo la designación del candidato del partido fundado por Andrés Manuel López Obrador, se ha complicado mucho más de lo debido, porque la dirigencia nacional cometió un grave error de civilidad política, al anunciar de entrada, la dirigente nacional, que el ex senador Barbosa Huerta, era el bueno, porque él había sufrido las consecuencias del fraude electoral. Eso confundió a la militancia y se empezó a hablar de imposición de la dirigente nacional del partido, señora Yeikol Polenski.
Lo anterior propició una división entre los “morenistas” hasta ahora no resuelta sino ahondada.
Se dice que hay gente interesada en atizar la lucha interna para evitar la llegada de Armenta, pues consideran que la enfermedad (diabetes) y el problema físico que tiene para desplazarse, Barbosa, les permitirá a ellos, ejercer realmente el poder, es decir, serían los reales gobernantes.
Según informó el mismo senador con licencia Alejandro Armenta, la dirigente nacional, señora Polensski, no será la que decida quien será el candidato, sino el Consejo Político Nacional de Movimiento de Renovación Nacional, conformado por numerosos miembros destacados de esa organización, los que tomarán la decisión, una vez que conozcan la situación prevaleciente en Puebla.
Los miembros de ese Consejo, autoridad máxima de Morena, han estado siendo informados por gente completamente imparcial, sobre el desarrollo de las precampañas y sobre la injerencia de personas incluso ajenas del “morenismo”, para que su decisión sea lo más acertada posible.
Interrogado sobre los problemas que se han confrontado en las precampañas, Alejandro Armenta expresó que confía en el gobernador interino Guillermo Pacheco Pulido, pero no en dos de sus secretarios, que han estado interviniendo con aviesos fines.
Mientras el Presidente López Obrador visitaba Puebla, la prensa nacional y extranjera, hablaba de sus logros y fracasos en los primeros cien días de su gobierno.
Las opiniones de los dirigentes nacionales del PRI y del PAN, lógicamente no han sido del todo favorables. La emitida por la dirigente de Morena, fue al más puro estilo priísta. “El señor no ha estado bien, sino muy bien” Puros aciertos y cero errores.
La realidad es que López Obrador está gobernando de cara al pueblo, que ahora se pueden escuchar elogios y críticas a su gobierno, hasta en los noticieros emblemáticos de las empresas televisoras del país. Que la gente puede expresarse libremente e incluso protestar airadamente contra determinaciones gubernamentales apresuradas que lastiman a mucha gente, como la de quitar los albergues infantiles y los refugios para mujeres maltratadas.
La calificación que la ciudadanía le otorga al mandatario mexicano, está entre el 75 y 80 por ciento de aprobación, lo que lo coloca en el tercer lugar con mayor aprobación popular a un gobernante en el mundo, en este momento.
Nunca un presidente de la república había tenido un acercamiento a la población, como López Obrador, que tiene a medio país pendiente de sus mañaneras conferencias de prensa. Está sentando las bases para un cambio de mentalidad en lo mexicanos. Ningún presidente del futuro, en nuestro país, volverá a aislarse y a asumir actitudes de superioridad ante los ciudadanos comunes y corrientes. Ningún presidente mexicano, podrá actuar con la solemnidad y la pompa de antaño. El mismo pueblo lo impediría mediante críticas y protestas, pues está aprendiendo a eso, a criticar y protestar cuando considera que sus gobernantes se pasan, no solo de listos, sino también de cursis.
Gustó la discreta presencia en la visita presidencia, de su esposa Beatriz Gutiérrez Muller, conocida en Puebla, sobre todo entre miembros de la prensa local, pues ella trabajó aquí durante varios años y estudio en la BUAP.
Que bien que se terminó con la costumbre de nombrar a la esposa del presidente, como “primera dama”, como si fuera part de una realeza.
Los panistas que llegaron a la Presidencia, Vicente Fox y Felipe Calderón, tuvieron actitudes diferentes en ese sentido: el primero casi la nombra vice-presidenta, cuando dijo que eran una “pareja presidencial”. Y así era en realidad, ella tomaba muchas de las decisiones y el señor las apoyaba.
Al final quiso dejarla como su sucesora, pero en los altos círculos del gobierno, incluso panistas, se opusieron cerradamente y hoy la tiene casi encerrada en su rancho de Guanajuato.
Felipe Calderón fue más discreto, aunque según se ha observado, la discreta fue ella, que incluso ganó la simpatía de los ciudadanos, por su sencillez y discreción. Además, ella tenia una carrera política antes de casarse y ahora sigue actuando en política, pese al estorbo que representa su esposo.
Beatriz aparece solo cuando debe aparecer como esposa del presidente y ya. Y eso ya es una enorme ganancia para los mexicanos, que tuvieron que soportar tantas extravagancias de varias “primeras damas”.
Ya solo falta Morena
Lunes, 11 Marzo 2019 18:36 Escrito por Gabriel Sánchez AndracaDeja un comentario
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