Columna| P U L S O P O L I T I C O
Melitón Morales Sánchez, un priísta de la vieja guardia, que fue diputado local, diputado federal, dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias, secretario del comité estatal de su partido y dirigente estatal, además de haber desempeñado cargos administrativos en el gobierno estatal, afirma que su partido, el Revolucionario Institucional, tiene una militancia amplia y leal, para llevar al triunfo a su candidato a la gubernatura, Alberto Jiménez Merino, pero es una militancia dolida, resentida, por los malos tratos que recibió de los dirigentes desde hace varios años.
Por eso los líderes políticos del priísmo en las ciudades y pueblos del interior de la entidad, ya no responden con el mismo entusiasmo de antes. Se sienten utilizados por quienes desde hace tiempo se apoderaron del partido tricolor para sus propios fines, provocando el alejamiento de la militancia de a pié, que ya ni siquiera era escuchada.
Por eso incluso, la campaña parece apagada, como que no levanta, pues incluso en los medios de difusión, ha tenido poca presencia.
Si se hiciera un esfuerzo para lograr no solo la unidad, sino para levantar el ánimo decaído de los militantes de a pié, los que le dan los votos al partido, podríamos ganar. Ojalá y eso ocurra, nos dijo, pues esta es una gran oportunidad para levantar al partido del abismo en que cayó en las elecciones del año pasado.
Tenemos todo para ganar: un buen candidato, una militancia amplia y leal y una dirigencia dispuesta, por lo que se ve, a obtener buenos resultados en esta contienda. Nuestro problema es el tiempo, por lo que hay que acelerar los trabajos con un mayor contacto con la ciudadanía y con buenas propuestas.
Esas declaraciones surgen en momentos en que se da a conocer la noticia de que dos organizaciones priístas, la CTM, pilar tradicional del priísmo clásico y el Consejo Taxista, que también militó en el partido tricolor, se han adherido a la candidatura de Luis Miguel Barbosa Huerta, de Morena.
En el caso de Erika Díaz, la dirigente del Consejo Taxista, organización fundada por su padre don Pedro Díaz, ya se había retirado del priísmo desde hace algunos años, para adherirse al morenovallismo. Fue una leal seguidora de la ex gobernadora Martha Erika Alonso, hasta su muerte en el helicopterazo del 24 de diciembre.
En esta elección decidió apoyar la candidatura de Barbosa Huerta, al que combatió en la pasada elección extraordinaria de gobernador, pero así es la política.
Don Leobardo Soto, dirigente de la CTM en Puebla, nunca había apoyado a candidatos que no fueran priístas, pero en esta ocasión, la base de esa central obrera, se sintió porque su partido, el PRI, se unió a la aprobación de la nueva legislación laboral, que según dicen, afecta los intereses de la clase trabajadora.
Barbosa Huerta, el candidato de Morena a la gubernatura de la entidad, se comprometió con los trabajadores sindicalizados a defender sus derechos. Buscará relaciones obrero patronales, equilibradas y justas.
Además reafirmó su compromiso de reinstalar a los burócratas despedidos por el difunto ex gobernador Rafael Moreno Valle, pues sus despidos fueron contrarios a la ley y sin motivo alguno.
Señaló que desde el 2017, fue elegido por el actual presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, para combatir al mal gobierno morenovallista.
La dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnky, en entrevista televisiva, afirmó que el candidato Barbosa Huerta en Puebla, va de maravilla, que es un candidato que nunca se cansa de recorrer toda la entidad y que su triunfo está asegurado.
Al “morenovallismo” le llovió tupido ayer: El nuevo rector de la Universidad Iberoamericana, una de las instituciones privadas de educación superior en Puebla más prestigiadas, hizo un llamado para frenar el avance del crimen organizado en la entidad, pues consideró que ha habido un alarmante crecimiento de la violencia y de los feminicidios.
“Debemos investigar y vincular nuestros saberes, con los grandes retos a los que nos enfrenta la realidad poblana”, señaló.
Elogió la labor realizada por su antecesor en la rectoría Fernando Fernánez Font, por haber logrado vincular la tensión entre la calidad académica y la pertinencia social.
Por su parte el rector saliente, dijo que hizo frente a presiones y golpeteos de actores externos (el gobierno de Moreno Valle) y que su satisfacción, fue no haberse doblado ante esas presiones originadas por las críticas que se hicieron al desempeño del gobierno de ese entonces.
El candidato del PRI, Alberto Jiménez Merino, por su parte, afirmó que el abandono de la agricultura poblana por parte del gobierno que se inició en el 2010, es la causa de la pobreza y abandono en que está ahora el medio rural.
Ofreció que si el voto le es favorable y llega a la gubernatura, ese abandono se va a revertir a fin de que quienes se dediquen a las actividades agropecuarias, logren una vida digna para ellos y para sus descendientes.
Tal vez por todo lo anterior, es decir, por todas las críticas que se hacen al primer gobierno panista poblano, el PAN está pasado por una crisis existencial no vista antes.
Tiene que traer líderes de fuera, como Santiago Creel y Héctor Larios, que desconocen Puebla y son desconocidos aquí, para apuntalar la candidatura del candidato panista a la gubernatura Enrique Cárdenas, que es un muy buen académico, según nos informan, pero que nunca ha tenido practica política y de administración pública.
Militancia del PRI, dolida, resentida
Martes, 07 Mayo 2019 19:19 Escrito por Gabriel Sánchez AndracaDeja un comentario
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