Columna | P U L S O P O L I T I C O
Los políticos en general, pero los panistas en particular, adolecen de “flaca memoria”. Con una facilidad que asombra, se les olvidan sus compromisos de campaña, una vez que logran el puesto al que aspiran. Y luego, cuando pierden el poder, se ponen exigentes con las nuevas autoridades, se vuelven sus más acervos críticos olvidándose por completo de sus pésimos gobiernos.
Hace poco le comentamos que la exigencia de los dirigentes actuales del PAN en Puebla, de poner un alto a la inseguridad y a la violencia, porque la entidad había alcanzado el décimo sitio entre las entidades del país, en el rublo de asesinatos dolosos, era totalmente absurda, toda vez que fue en un gobierno panista, el de Felipe Calderón, el que con el pretexto de combatir el narcotráfico había desatado esa ola de inseguridad y crímenes, al declarar una guerra sin la más mínima estrategia, sin contar con cuerpos de seguridad eficientes, eficaces y sobre todo honestos, para hacerlo. Sacar al Ejército y a la Marina a la calle fue lo más fácil, pero lo más absurdo, porque ni soldados, ni marinos fueron preparados para actividades policíacas, sino para defender a la patria de alguna agresión extranjera y para proteger a las instituciones nacionales de asonadas internas.
Miles de jóvenes enrolados por el crimen organizado y cientos de soldados perdieron la vida en la primera etapa de esa guerra y otras decenas de miles, fueron secuestrados y no se sabe de su suerte.
Esa “guerra” no solo no mermó en el siguiente periodo gubernamental priísta, sino que se incrementó, porque siguió en este caso, la misma estrategia de su antecesor.
Y aún así, los panistas fueron los más fuertes opositores al cambio de estrategia planteado por el gobierno de López Obrador. Se opusieron a la creación de la Guardia Nacional y al mando militar de la misma, porque vieron intenciones del presidente para reelegirse.
Su exigencia de que se parara la inseguridad y la violencia en la entidad, era solo una pose para pretender demostrar que están con el pueblo, cansado, fatigado de soportar ese flagelo, desatado por un gobierno panista.
Se les olvidó que es una herencia del morenovallismo que dejó que creciera el robo de combustible hasta convertir a una zona de la entidad, el llamado “triángulo rojo” por el gran número de tomas clandestinas y por el alto grado de violencia que había entre los grupos que se disputaban el ilegal comercio. Y que los órganos de procuración e impartición de justicia, habían sido debilitados en ese gobierno, cerrando agencias subaleternas y despidiendo personal del Ministerio Público y de los juzgados, personal capacitado para desempeñar con eficiencia su trabajo.
Se les olvidó, que Guanajuato, que tiene varios sexenios con gobiernos panistas, está en primer lugar en crímenes dolosos; que el cuarto lugar lo ocupa Baja California, gobernado por el PAN, desde hace más de 30 años y en quinto lugar Chihuahua, gobernado por uno de los panistas que aspira a la Presidencia de la República.
Ahora lanzan sus críticas al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, por su intención de construir la refinería de Dos Bocas, Tab., y auguran su fracaso, y ya se les olvidó el caso de la que se llamaría “Refinería Bicentenario”, ideada por Calderón Hinojosa, para celebrar con eso el bicentenario de la Independencia e iniciar el rescate de PEMEX, empresa petrolera mexicana que al parecer, los priístas querían regresar a empresas extranjeras, pues la tenían abandonada, al borde de la quiebra, con la última refinería construida treinta años antes.
Se decidió que la nueva refinería se construiría en Hidalgo, entidad que había puesto a disposición del gobierno federal, 700 hectáreas para la nueva construcción industrial, asumiendo el gobierno de ese estado, el costo del terreno de mil quinientos millones.
La decisión se había tomado en el 2008, dos años antes del bicentenario y ese proyecto fue parado en 2014, por el gobierno de Enrique Peña Nieto, porque solo se había construido la barda perimetral del enorme terreno y ya se habían gastado 9 mil millones de pesos.
Ya nadie se acuerda de eso, porque los errores de los gobiernos priístas y panistas, eran cubiertos con el manto de la Virgen..
¿Y quién se acuerda de que Vicente Fox, el primer presidente panista, tenía como objetivo de campaña, cambiar la política económica del país, (neoliberal) y no solo la dejó intacta, sino que agravó la situación por torpes manejos? Y ¿quién se acuerda de que Diego Fernández de Cevallos, el tronante orador panista, dijo que el PRI le había robado al PAN el proyecto neoliberal que implantó Salinas? Diego fue tan importante en el sexenio salinista, que le llamaban los priístas, “el Jefe Diego”, y también le pusieron “la Ardilla”, porque nunca salía de Los Pinos”.
¿Y alguien se acuerda de la promesa de campaña de Calderón Hinojosa, de que sería el “Presidente del Empleo”. Porque recibiría de su antecesor, Fox, un país con una enorme cantidad de desempleados?
Los políticos en general, tienen memoria flaca, cuando de recordar sus promesas de campaña se trata, pero los panistas, se pasan....
El asesintato en Guanajuato, este fin de semana, del líder cetemista Gilberto Muñoz Mosqueda, dirigente del sindicato nacional de la industria química, ex presidente municipal de Salamanca, ex diputado local, ex diputado federal ex senador de la república.
Su muerte ocurrió a las 14 horas cuando fue balaceada la camioneta en que viajaba, en su ciudad natal. Tenía 80 años de edad.
El PRI y la CTM, están pidiendo el esclarecimiento del crimen a los gobiernos federal y estatal.
La flaca memoria de los políticos
Domingo, 12 Mayo 2019 19:49 Escrito por Gabriel Sánchez AndracaDeja un comentario
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