Columna | P U L S O    P O L I T I C O

            Dos muy buenos amigos, fundadores, siendo estudiantes de la BUAP, del PRD, hace casi 30 años, afirman que su partido, porque fueron de los que se quedaron y no han emigrado a Morena, tiene posibilidades de recobrarse del descalabro que sufrió en las elecciones del 2018.

            De acuerdo con los últimos informes le quedan casi un millón 500 mil militantes. Perdió cuatro millones, pero todavía queda como un partido importante, con una mayor militancia a la del PAN, que después de las elecciones del 2012, cuando su presidente nacional, Pablo Emilio Madero, convocó a una reafiliación para tener un padrón “confiable” dijo él, de casi dos millones de afiliados panistas, le quedaron menos de 300 mil, apenas los necesarios para conservar su registro.

             Rubén Moreno Medina y J. Guadalupe Sánchez Jiménez, más conocido como “El Lupillo”, nos dijeron que la caída del PRD se debió a una serie de errores que cometieron sus dirigentes nacionales y el principal, fue haberse aliado con el PAN, partido representante de la derecha, que no tiene nada en común con el izquierdista PRD.

             El Partido de la Revolución Democrática, fue un partido fuerte, el representante de la izquierda en la política mexicana, que ganó las elecciones de 1988, con Cuauhtémoc Cárdenas como candidato a la Presidencia de la República y volvió a ganar en el 2006, con Andrés Manuel López Obrador, como candidato, triunfos que como se acostumbraba en aquella época, no le fueron reconocidos. El PRD, ganó el gobierno del Distrito Federal y se mantuvo en el poder en la ahora ciudad de México, hasta las elecciones pasadas que perdió a manos de Morena, el partido de izquierda que desplazó al de la Revolución Democrática.

             La descomposición del PRD, dicen, se debe a la descomposición de sus cúpulas, que en muchos casos ha cometido los mismos errores que el priísmo, algo que la gente ya no acepta, como eso de permitir que una familia se adueñe del partido, que un grupo de amigos haga y deshaga a su antojo en la organización.

             “Si no se retoman los principios democráticos que le dieron origen al partido, no vemos como pueda salvarse, aun manteniendo a un número importante de militantes en sus filas”.

             Moreno Medina y Sánchez Jiménez, consideran que los gobiernos federal y estatal, en manos de Morena, están desempeñando un buen papel. Están trabajando por resolver realmente los graves problemas que confronta la población, como el de la inseguridad, el de la desigualdad, la corrupción y el gasto enorme que se empleaba en mantener un aparato burocrático enorme e ineficiente.

            Consideran que Luis Miguel Barbosa, está logrando el asentamiento de su gobierno. Los errores normales en todo gobierno que se inicia, se van corrigiendo y pronto, estamos seguros, dicen, dará sorpresas.

           El PRD, en vez de estar enfrentando al gobierno federal y al gobierno estatal, afirman, debería mostrarse como aliado de esos gobiernos, que por tener una raíz izquierdista, tienen más en común con ellos, que con el PRI o el PAN, que han sido los responsables de la problemática que ahora enfrenta al país.

            Nuestros dos entrevistados, que pese a todo han seguido militando en el PRD, no andan buscando chamba, pues uno es catedrático de la BUAP y otro empleado administrativo de la misma institución. Dicen sin embargo, que si pasa un tiempo razonable y no ven que se impulsen cambios en la organización partidista en la que militan desde que ese partido se fundó, podrían decidir su salida y buscar su incorporación a Morena, que es el partido que responde a la ideología política que han tenido desde su juventud.

           Pero no hay peor lucha que la que no se hace, y ellos están dispuestos a dar la batalla, dentro de su partido, para lograr los cambios que vuelvan a hacer al PRD un partido fuerte, con militancia conciente de la necesidad de hacer cambios en el país, para poder avanzar a un futuro mejor, con un gobierno realmente democrático por sus hechos y no solo por su discurso.

              El espaldarazo que Andrés Manuel López Obrador, le dio, durante su visita a Chignahuapan, el sábado pasado, al gobernador Barbosa Huerta, fue de fábula.

              Quienes conocen a ambos personajes, afirman que el afecto del presidente por el gobernante poblano, es real, sincero y que su ofrecimiento de apoyo a Puebla y a su gobierno se traducirá muy pronto en hechos.

              El compromiso es de allá para acá y de acá para allá, pues el gobernador está comprometido a responder con un trabajo serio, honesto y eficiente a la confianza y afecto del Presidente.

              Barbosa ya tiene un buen proyecto, nos dicen, para devolver al pueblo la confianza en las autoridades, que tienen un plan para combatir la inseguridad y la criminalidad; resolver los problemas que confrontan los hospitales y centros de salud y mejorar los servicios educativos, además de impulsar al campo y la creación de empleos en las ciudades. Si además cuenta con el apoyo federal, pues Puebla tendrá un buen desarrollo en este sexenio.

            Alguien dijo, que México tiene la democracia más imperfecta, con un gasto enorme, es decir, la “democracia” más cara del mundo, que se daba el lujo de pretender invertir más de mil millones de pesos, en un edificio para albergar las oficinas del Instituto Nacional Electoral.

              Por algún problema que hubo en el país, parece que el temblor del 2017, se decidió no construir ese edificio, pero ahora el INE, que tiene un presupuesto multimillonario, pretende que se eleve ese presupuesto en un 47 por ciento.

             Si usted suma lo que reciben los partidos políticos como”prerrogativas” y lo que se gasta el INE, estará de acuerdo en que es una suma enorme, que se pretende justificar, diciendo que si el gobierno no invierte en eso, los recursos que llegarán a partidos y candidatos y claro, a autoridades electorales, serían del crimen organizado y eso convence a quienes deciden estas cosas.