Columna | P U L S O P O L I T I C O
En la celebración del 80 aniversario del Partido Acción Nacional, los panistas se dedicaron a atacar al Presidente López Obrador; a anunciar que le van a dar “en la madre” a la cuarta transformación y a que le van a arrebatar la mayoría en la Cámara de Diputados federal, a Morena.
Hasta donde sabemos, Acción Nacional nació para contribuir a hacer de México un país democrático, con una población educada dentro del cristianismo, pues consideraban sus fundadores que el 98 por ciento de su población practicaba la religión católica y por tanto, debería tener un gobierno católico, apegado a los principios sociales de la Iglesia Católica, cuya jerarquía participaría abiertamente en las labores de gobierno. Como ayer dijimos, una especie de Falange, el partido español de Francisco Franco, el dictador que dominó a España más de 30 años.
Ese proyecto, para una nación que había tenido ya durante toda la mitad del siglo XIX y casi la mitad del siglo XX, gobiernos liberales y educción liberal, era poco menos que imposible. Además, como dijo en la televisión el pasado lunes Diego Fernández de Cevallos, un panista de muchos años, “el PAN no nació para darle en la madre a nadie”.
En sus desairados festejos de su 80 aniversario, los panistas de ahora exhibieron su pobreza intelectual e ideológica al no referirse a la importancia que el PAN ha tenido en lo largo de ocho décadas en la historia nacional.
No se rindió homenaje a sus fundadores, todos intelectuales de primer nivel, con ideología derechista claro, tampoco se hizo mención a las infanterías que en muchos estados trabajaron para conformar el partido, que entonces no recibía ningún subsidio y que sin recursos económicos, se dedicaron a recorrer pueblos tratando de convencer a la gente para luchar por un México mejor.
Los militantes, a muchos de los cuales conocimos en Puebla en los años sesenta, sufragaban sus propios gastos. Los sábados y domingos se reunían las familias panistas de la capital, para ir a ciudades y pueblos del interior del estado. como catequistas políticos. Nos daban la impresión de ser como activistas de la Acción Católica que vimos cuando niños allá en nuestro natal Guerrero, por cierto con pobres resultados en ambos casos.
Eran como días de campo de los que regresaban satisfechos a prepararse para la siguiente semana.
Los fundadores del PAN en Puebla, fueron el arquitecto Marcos Mastreta y el ingeniero Luis Hinojosa González. Se les agregaron estudiantes universitarios de aquélla época, como los hermanos David y Jesús Cid de León, como el licenciado Miguel López y González Pacheco.
Después llegaron don Teodoro Ortega y su esposa Rosalía Ramírez Moctezuma; doña Tayde Samaniego, la periodista Carmen Morales Blando y su esposo un abogado poblano que llegó a ocupar una diputación federal pese a que se le estaba haciendo un “chanchullo”, gracias al Secretario de Gobernación, de aquél entonces, don Manuel Bartlett, que había sido compañero suyo en la Facultad de Derecho de la UNAM, en fin, fueron panistas destacados los contadores Alejandro Cañedo Benítez y Miguel Fernández del Campo, que llegaron a ser diputados federales de elección directa por los dos distritos de los que era cabecera la ciudad de Puebla, habiendo derrotado a los candidatos priístas líderes de la FROC.CROC y de la CTM.
Casi todos los que mencionamos arriba, ocuparon puestos de regidores, diputados federales y diputados locales. Todo con su solo esfuerzo, pues su partido se sostenía solo por las cuotas mensuales de sus militantes y algunos apoyos que les daban empresarios simpatizantes.
Ni para fundadores, ni para los militantes de a pié que trabajaron tanto por su partido, tuvieron alguna mención en los discursos del brillantísimo ex presidente Vicente Fox, ni del dirigente nacional Marko Cortés, que daba gritos desaforados como tratando de levantar el alicaído entusiasmo de los delegados nacionales de su partido.
El PAN ha perdido el rumbo, no de ahora, desde hace años, cuando se alquiló como franquicia de los grupos empresariales de derecha y cuando llegó a la Presidencia de la República, con el apoyo real de la ciudadanía, apoyo que echó por la borda un presidente, Vicente Fox, dicharachero, chistosito, pero sin oficio político, sin sensibilidad social y que dejó a un sucesor que ganó por menos de un punto conceptual en la votación, gracias al apoyo que recibió de la priísta y dirigente vitalicia del odiado, por los panistas, SNTE, doña Elba Esther Gordillo, quien junto con la “primera dama”, Marta Sahagún de Fox, gobernaron a este país en gran parte del sexenio foxista.
Durante los dos sexenios panistas, el de Fox y el de Calderón, el petróleo alcanzó su más elevado precio y la producción nacional era alta. El país recibió muchos recursos por eso, pero no supieron que hacer con el dinero y como dijo ayer el presidente López Obrador, se desperdició. Una oportunidad de oro para impulsar el progreso productivo de México, perdida por la incapacidad de esos gobiernos panistas que ahora lo critican todo.
El PAN ha perdido el rumbo
Martes, 24 Septiembre 2019 20:48 Escrito por Gabriel Sánchez AndracaDeja un comentario
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