Columna | P U L S O   P O L I T I C O

                   FUE MUY COMENTADO ayer, lo que pasó durante la visita presidencial:

Los manifestantes poblanos, que con ésta ya fue la tercera marcha automovilística anti AMLO, que realizan en el transcurso de quince días y la reacción de la gente del pueblo.

                   Muy seguros de sí, los adversarios del actual gobierno federal, realizaron su desfile automovilístico por las principales calles de la vecina ciudad de Cholula, llevando pegadas en sus ventanillas y en los cofres de sus lujosos autos, leyendas pidiendo al Presidente, que renunciara al cargo, porque le quedaba grande.

                   Lo que no esperaban, era la reacción de la gente de la población de apoyo a López Obrador y su rechazo a la protesta automovilística.

                   Cuando los pobladores, que salieron en gran número, se dieron cuenta de lo que pasaba, empezaron a gritar a coro: “No estás solo”, “no estás solo” y procedieron a quitar al paso de los autos, las cartulinas de rechazo al mandatario y a romperlas enfrente de los sorprendidos adversarios de AMLO, que no hicieron nada para evitarlo. Visiblemente nerviosos, muchos de ellos buscaron la salida más rápida de la milenaria ciudad pre-hispánica, para evitar alguna agresión violenta. No hubo tal, ni de una ni de otra parte.

                  Ya en su discurso en el acto que se desarrolló en uno de los edificios coloniales que ahí existen, el Presidente expresó: “Ahora ya no se permite la corrupción. Pueden estar gritando, pueden, pude haber manifestaciones de automovilistas. Pueden hacer y deshacer, echar a andar campañas de desprestigio, guerras sucias, campañas de calumnias, noticias falsas, pero no vamos a dar ni un paso atrás; se acabó la corrupción, no se permite robar. Ni con gritos ni con sombrerazos, ni con insultos, ni con nada: cero corrupción, cero impunidad”.

                  “Los grupos opositores al gobierno federal actual, son encabezados por el PAN y por algunos grupos empresariales. Tienen mala suerte; preside al PAN, Marko Cortés, el dirigente blanquiazul, menos brillante de su historia.

                  Acción Nacional, desde sus inicios, en 1939, tuvo brillantes intelectuales y políticos de derecha al frente del nuevo partido, empezando por Manuel Gómez Morín, su fundador, que fue rector de la UNAM, secretario de Hacienda en el gobierno de Alvaro Obregón y creador del Banco de México. Su primer candidato a la Presidencia de la República, fue Efraín González Luna, destacado líder católico en Jalisco, catedrático universitario y brillante abogado; José González Torres, ex dirigente nacional de la Acción Católica Mexicana, extraordinario orador, político honesto y congruente y José Angel Conchello, quien fue abogado y economista autodidácta muy brillante, autor de varios libros a los que deberían estar obligados a leer, muchos de los actuales dirigentes panistas, empezando por su actual dirigente nacional, para tener algunas ideas de lo que es o debe ser una oposición de derecha inteligente. Solo por mencionar a algunos.

                   A LOS ACTUALES DIRIGENTES del PAN, ya les anda por entrar en campaña, pero las elecciones se van a realizar, para elegir a una docena de gobernadores, a 500 diputados federales, a 30 Congresos locales y a poco menos de dos mil ayuntamientos en todo el país, en el mes de octubre del 2021. Falta más de un año para eso.

                  El problema es que la debilidad del partido blaquiazul es tal, que no sabe qué hacer para constituirse en una verdadera alternativa, pues su desprestigio deriva de los pésimos gobiernos que ha tenido tanto en la Presidencia de la República (Fox y Calderón, los culpables, además de Peña Nieto, de la situación de desastre en que dejaron al país) además de gobernadores como los de Baja California y Guanajuato, entidades que han gobernado durante varios sexenios. El actual gobierno de Guanajuato, es en gran parte responsable de la violencia que se vive en este estado. Pero también ese gobierno, heredó de sus antecesores panistas, gran parte de los problemas que ahora confronta. No es lo mismo ser oposición que gobierno. Criticar, mostrar enojo ante la situación que se vive en un momento dado lo puede hacer cualquiera, pero gobernar bien, para todos. Enfrentarse a la corrupción generalizada sobre todo en los altos niveles de gobierno; tratar de componer las cosas para que la pobreza en la que está casi la mitad de la población del país, no avance, abatir la desigualdad y cumplir con los mandatos constitucionales de brindar las mismas oportunidades a todos los mexicanos para tender educación, trabajo, vivienda y salud, no es fácil.