Columna | P U L S O   P O L T I C O

               Guanajuato, Nuevo León y Oaxaca, son tres entidades del país, donde la militancia priísta inconforme por la falta de liderazgo de su actual dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”, han asumido en algunos casos: Oaxaca y Nuevo León actitudes violentas y en otros, como en Guanajuato, protestas pacíficas, como la toma, ayer, de las oficinas de ese partido a nivel estatal.

              Esas protestas tienen como finalidad, exigir a la dirigencia nacional que asuma su responsabilidad de reorganizar al partido que a raíz de las elecciones del 2018, quedó completamente destrozado, con una estructura debilitada, sin organización, con gran éxodo de militantes y prácticamente sin ideología, misma que ya había perdido desde hace años.

              Los guanajuatenses, afiliados a diversas organizaciones priístas, entre ellas: el Frente Democrático Priísta Guanajuatense, el Movimiento de Rescate Priísta de Guanajuato, Mujeres en Pié de Lucha y Movimiento Agrarista de Guanajuato, exigen que se convoque ya, a la elección de su nuevo comité directivo estatal, que ya debería estgar funcionando, pero que se ha dejado en manos de Ruth T. Agoitia, como presidenta y de Alejandro Arias Avila, como secretario general, quienes desde San Luis Potosí, grillan con aspirantes a quedar al frente del partido para imponer, a sus allegados, partidarios del centralismo, el oficialismo y la imposición que tradicionalmente identificó al priísmo.

             Eso, afirman, los decidió a iniciar un movimiento de resistencia civil, para que la dirigencia nacional entienda, que ya no puede seguir actuando como antes, que los priístas han tomado conciencia de su situación actual y que para solucionar los problemas que confronta el partido, requiere de un liderazgo real, de comunicación permanente con las bases, un liderazgo que participe en la vida nacional, protestando por las acciones que atentan contra la democracia y haciendo propuestas al gobierno, para resolver los problemas como la pandemia, la crisis económica y al apoyo a las clases más necesitadas. La dirigencia nacional, señala, sobre todo su actual dirigente, están como pasmados. No hacen nada y permiten que al interior del partido, los dirigentes de mentalidad atrasada, hagan y deshagan a su antojo.

             En Oaxaca, militantes del PRI, en un municipio importante, quemaron las oficinas de su comité municipal y lo mismo hicieron en Nuevo León, donde tuvieron que rescatarse a 30 personas que se encontraban en el edificio del partido, que también fue incendiado.

             LOS RESPONSABLES DEL PRI en Puebla, deben tomar en cuenta lo que está pasando en las entidades mencionadas, para actuar en consecuencia.

             Aquí la militancia priísta aparentemente ha dejado que los “líderes” hagan lo que se les venga en gana. También hay la intención de imponer dirigente de acuerdo a los viejos cánones del partido tricolor. Solo la llamada Corriente Crítica, que no es muy crítica, ofrece alguna resistencia y tiene un candidato propio, pero en general, los priístas de la base, expresan su desaprobación en privado, pero nada hacen para el que dicen es su partido, cambie sus viejos métodos para designar a una dirigencia electa democráticamente por los militantes de a pié.

             Las organizaciones que fueron pilares del priísmo a nivel nacional, como la CNOP, el sector obrero constituido por la CTM, la FROC y la CROM, y el sector campesino, afiliado a la CNC, ya no son garantía de nada para el partido surgido de la Revolución de 1910. La CNOP, prácticamente ha desaparecido y era el sector más movido y mejor preparado para ejercer el gobierno: el sector obrero de hecho, se ha deslindado del partido y el sector campesino, que fue el más numeroso, ahora está dividido en diversas organizaciones agrarias y lo que queda de la Confederación Nacional Campesina, está desorganizado, desalentado y abandonado a su suerte.

               EL INSTITUTO TECNOLÓGICO DE TECOMATLAN, obtuvo un reconocimiento internacional, por el Sistema de Gestión Ambiental, Cultural y de Responsabilidad que instituyó entre sus alumnos, personal docente, personal administrativo y manual, para cuidar y preservar el ambiente que lo rodea. Este año recibió la visita de miembros de la empresa estadounidense ARMS, dedicada a hacer evaluaciones en materia ambiental en instituciones educativas de nivel superior, que expidieron un certificado de resultados positivos y oportunidad de mejorar. Este cerificado ambiental, tiene una duración de dos años. El encargado de la aplicación del programa, en el Instituto Tecnológico de Tecomatlán, es Angel Alberto Ramos Clemente.