Desde la llegada del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin a México, con motivo de su extradición de España para responder a las acusaciones que pesan en su contra por la comisión de diversos delitos cometidos en el Gobierno de Enrique Peña Nieto, los mexicanos todos los días hemos sido testigos de la forma en que el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, ha borrado de la agenda pública la grave crisis que enfrenta el país por la creciente ola de violencia e inseguridad que no se ha detenido desde antes de su llegada a la Presidencia, la pandemia del Covid 19 y el derrumbe de la economía de las familias, que de la clase media han pasado a la pobreza y de quienes estando en pobreza antes de la pandemia, hoy ya se ubican en una situación de pobreza extrema, lo que hace prever, que en los próximos meses, el estado de necesidad y hambre que ya se deja ver en diversas zonas del país, motivará un desmesurado aumento de la delincuencia y la inseguridad, por la falta de empleos, cierre de empresas y falta de oportunidades para los trabajadores que carecen de los medios para llevar comida a sus hogares.

Pero este triste escenario, no está entre las prioridades del Presidente, quién en plena pandemia, como en los viejos tiempos decidió iniciar su campaña política para buscar por todos los medios, que MORENA no pierda la mayoría en la Cámara de Diputados en las elecciones de mediados de 2021, lo que pondría en grave riesgo su proyecto de gobierno y el plan para dejar a un sucesor que provenga de su partido en 2024.

Sin embargo, a pesar de los diez puntos porcentuales que le reditúo en popularidad el caso Lozoya al Presidente López Obrador, quién a esta fecha, tiene un nivel de aceptación del 55% en la preferencia de los mexicanos, quienes de llevarse a cabo hoy las elecciones federales seguramente volvería a votar por MORENA, las cosas pueden tomar un giro inesperado, si en poco tiempo no vemos desfilar para dar declaración ante la Fiscalía General de la República a los tres expresidentes que señala, tres exsecretarios de Hacienda, tres exdirectores de PEMEX, dos excandidatos presidenciales, dos gobernadores actuales, ex y actuales legisladores, secretarios privados por sobornos y tráfico de influencias cometidos entre el período de 2010 a 2016

Las declaraciones y señalamientos de Lozoya, han destapado una cloaca dando a conocer la forma y mecanismos mediante los cuales se llevaron a cabo actos de corrupción, afectando los recursos públicos y abusando del poder que ostentaron en su beneficio y de sus familiares más cercanos.

Nadie puede estar en contra de que se investiguen y sancionen los actos de corrupción y en ese aspecto, seguramente saldrán involucrados personajes que hoy forman parte del Gobierno de la 4T cuyo historial delictivo, no podrá borrarse simplemente porque apoyaron al grupo ganador y ahora gozan de la protección de quien detenta el poder, en ese sentido será interesante analizar el desarrollo de las investigaciones y ver hasta donde realmente el Presidente quiere llegar para que se castigue a quienes dañaron al país, o simplemente todo terminará en una negociación política para que los partidos supuestamente de “oposición” doblen las manos y tengan una participación de ornato en las elecciones de 2021, negociando perdón e impunidad.

Hoy es el momento histórico en que este gobierno debe demostrar a los ciudadanos de que está hecho y si verdaderamente está en contra de la corrupción o si en aras de conservar la mayoría en la Cámara de Diputados federal, no sucederá nada y las cosas quedarán como estaban antes de todos estos escándalos.

Por ello la pregunta que me hago es: ¿alcanzará el caso Lozoya hasta las elecciones de 2021, para que los ciudadanos descarten votar por el PRIAN y sigan apoyando a los candidatos de MORENA? O bien,  al ver que no fueron puestos en prisión los involucrados en esta trama de corrupción, votarán por otras opciones políticas cansados de que las cosas sigan igual en el país.

Mientras todo esto sucede querido lector, usted y yo seguiremos lidiando con la inseguridad y violencia cotidianas, la crisis económica y la pandemia del Covid 19 que según parece llegó para quedarse.

                                                               *Director general del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla.