Columna | Pulso  Político

Desde que Vicente Fox en el año 2000, rompió  con la ley no escrita de respetar los tiempos  políticos, los partidos y sus aspirantes a alguna candidatura andan como locos a dos años de las elecciones presidenciales.

Ayer estuvo aquí  Margarita Zavala, esposa del presidente panista que inició la era más violenta del país desde la revolución de 1910 y que no se ha podido parar, invitada  por sus fans de Puebla.

A Margarita las encuestas la favorecen ampliamente, pero ¿quién cree en las encuestas después de su rotundo fracaso en las recientes elecciones estadounidenses?

Los enfrentamientos más duros dentro del PAN, han sido entre el dirigente nacional Ricardo Anaya y la ex primera dama Margarita Zavala. El gobernador de Puebla, también aspirante, se ha mostrado más tranquilo y respetuoso.

La aspirante del PAN estuvo ayer  con los viejos miembros de su partido que por cierto no son muchos, los nuevos panistas, los de la llamada tercera ola  son más, más conocidos en Puebla y más ruidosos, pero la vieja guardia del partido  blanquiazul desconfía de ellos.

Ricardo Anaya tiene un problema grave que no es el de aspirar a la candidatura siendo Presidente nacional de su partido, pues no es algo que prohíban sus estatutos.

El verdadero problema a que se enfrenta el “Niño Maravilla” es el de demostrar que su fortuna, que le permite  tener a su familia viviendo en los Estados Unidos, para que sus niños aprendan inglés y conozcan otras culturas y visitarlos semanariamente, viajando en avión hasta la Ciudad de  Atlanta en el vecino país del norte.

Ha dicho, que su abuela le heredó una fortuna con la que pudo construir dos plazas comerciales en Querétaro, que le permiten cubrir esos gastos sin problema.

Pero luego afirmó que una de sus empresas acaba de vender un terreno para bodega, en  53 millones de pesos, y que ese terreno lo adquirió con un préstamo bancario de  cinco millones.

Ni los gastos  familiares que le originan el tener a su familia en el vecino país del norte y a sus niños estudiando en una escuela de élite pueden justificarse en el dirigente de un partido que se dice democrático y cristiano, de un país con más de 50 millones de pobres de los que 20 millones están en pobreza extrema.

¿Qué en México no hay colegios católicos de calidad a donde el señor Anaya pueda mandar a sus hijos, incluso a aprender inglés?

Los manda a los Estados Unidos para que conozcan otra cultura, y por la edad de los niños se supone que  aún no conocen la nuestra.

Los panistas han sido siempre duros críticos del priismo: critican a los políticos del partido tricolor, por corruptos e ineficientes y también por mandar a sus hijos a educarse en el extranjero.

La llegada de los panistas al poder con Vicente  Fox y Felipe Calderón, demostró que no hay mucha diferencia entre priistas y panistas. Hay corruptos e ineficientes en los dos partidos por igual, y una vez con dinero a los panistas también les da educar a sus hijos en el extranjero, para que tengan “mejores oportunidades”.

Lo malo es que esas oportunidades siempre las encuentran dentro del gobierno al que llegan sintiéndose salvadores de un pueblo atrasado al que deben “modernizar”.

Cuando de castigar a gobernadores corruptos priistas se trata como el caso del de Veracruz, piden, así lo ha dicho el señor Anaya, todo el peso de la ley;  si se trata de un gobernador panista, igualmente corrupto, se le llama valiente porque se entregó a la justicia cuando ya estaba acorralado y se pide que los órganos  judiciales actúen sin  prejuicios políticos y con un procedimiento justo.

Hoy estará el Presidente Enrique Peña Nieto en Puebla, para clausurar la Cumbre de Hombres de Negocios de  México, que se llevó a cabo en esta capital en los últimos tres días.

Tal vez esta sea la última visita  presidencial   durante el gobierno de Rafael Moreno Valle que terminará su periodo  el 31 de enero  del próximo año.

La reunión de hombres de negocios presididos por el ex gobernador de Veracruz, Miguel  Alemán Velazco,  fue exitosa. El gobernador poblano dijo que esta cumbre ha sido la oportunidad para debatir la postura de México ante retos tan importantes como  la migración hacia el vecino país y el futuro comercial  de México  con los Estados Unidos que obedecerán a otras reglas después del resultado de la pasada elección en el país vecino.