Columna | P U L S O P O L I T I C O
En Tlaxcalantongo, donde el 21 de mayo de 1920 fue asesinado el presidente Venustiano Carranza y ante el monumento erigido en su memoria, el gobernador dijo al presidente Andrés Manuel López Obrador, ahí presente, que Puebla no le fallará en el apoyo a la Cuarta transformación. “Lo queremos acompañar sin dudas ni titubeos: queremos que se lleve la certeza, que en Puebla no vamos a fallarle”.
Por su parte el presidente de la república, señaló que la Cuarta Transformación se está desarrollando sin violencia, pero con profundidad. Es consistente en acabar con la corrupción y poner en el centro al pueblo.
“Yo tengo principios e ideales, no soy un ambicioso vulgar, no luché por un cargo, luché por una transformación y nunca jamás voy a traicionar al pueblo, no les voy a fallar”, dijo el mandatario nacional.
Los viajes anuales a Tlaxcalantongo, se iniciaron a nivel estatal durante el mandato del ex gobernador Gonzalo Bautista Castillo. Eran a caballo y se hacían en dos etapas: la primera era llegar a Xicotepec de Juárez, cabecera municipal a la que pertenece la junta auxiliar de Tlaxcalantongo, y de ahí, después de almorzar una rica cesina serrana, la caravana cívica se dirigía a Tlaxcalantongo, donde había ocurrido el crimen unos años atrás.
En los años cincuenta se construyó un camino de terracería de Villa Juárez a Tlaxcalantongo, pero el 20 de mayo todos los políticos poblanos de cierta categoría, senadores, diputados federales y locales y funcionarios del gobierno, seguían percnotando en Xicotepec y algunos en Huauhchinango y después a bordo de vehículos de diverso tipo, continuaban a Tlaxcalantongo, en plena sierra norte.
En los años sesenta, el camino de terracería se pavimentó y se facilitaron los traslados. Casi nunca faltaba el gobernador a la ceremonia y en esos años eran invitados todos los diputados constituyentes de 1917. Siempre había un representante del presidente de la república, que generalmente era algún secretario de Estado o subsecretario.
Los constituyentes eran todos de la tercera edad y se iban muriendo o ya no tenían los arrestos para un viaje tan complicado y largo para la mayoría de ellos. El último en asistir fue don Jesús Romero Flores, michoacano que había cumplido un año antes, un siglo de existencia. Fue en los tiempos del gobernador Guillermo Jiménez Morales, quien la víspera de la ceremonia, el 20 de mayo, le ofreció una cena en Xicotepec por sus cien años de edad. Era en realidad el último diputado constituyente de Querétaro con vida y ya tenía débil memoria: al hacer uso de la palabra inició su discurso, que por cierto duró más de una hora, diciendo: “Pueblo de Tlaxcala....” Tal vez por que le decían que íbamos a Tlaxcalantongo. Y al concluir su intervención, todavía con el micrófono abierto preguntó: “¿Estamos en Zacatecas?” . Todos los asistentes comprendieron la situación y entre risas de simpatía y aplausos, lo despidieron.
Acompañaba al presidente Carranza en su viaje a Veracruz, después de que los cadetes del Colegio Militar que lo escoltaban se retiraron y volvieron a la ciudad de México, en la estación que se encuentra cerca la población llamada el Seco, un destacado poblano de la época, que era en ese tiempo secretario de Hacienda, don Luis Cabrera, originario de Zacatlán. Durmieron esa noche en el casco de la hacienda cercana, mismo que ahora es propiedad del ex diputado Jesús Morales, que lo adquirió cuando ya estaba en ruinas y que poco a poco lo ha ido remosando.
Don Luis Cabrera no tuvo ningún problema, como todos los otros acompañantes de Carranza, para salir después del asesinato sano y salvo, pues era de la misma región y conocía los caminos.
Bueno pues esta vez, en Tlaxalantongo, el presidente presidió la Evaluación de Programas para el Bienestar. En esa reunión estuvieron además del gobernador de Puebla: el secretario de Bienestar Javier May Rodríguez; la subsecretaria de Desarrollo Social y Humano Ariadna Montiel Reyes; el subsecretario de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional, Hugo Raúl Paulín Hernández y la presidenta municipal de Xicotepec, Guadalupe Vargas.
EL ARZOBISPO DE PUEBLA SE CONDOLIO DE la muerte de más de cien mil mexicanos a consecuencia de la pandemia del coronavirus y en la misa dominical se unió al dolor de sus familias y pidió orar por todos. Agregó oraciones por los más de 60 mil muertos por asesinato en todo el país y pidió a los católicos orar por la salud y la paz en México.
Don Víctor Sánchez Espinosa, es un pastor de la Iglesia Católica muy comprensivo y solidario con todos pero en especial con los más necesitados. Es originario de un pueblo de la mixteca poblana y sabe de sus carencias y necesidades y también de los problemas que muchas veces terminan en actos violentos y de ahí su preocupación por estos casos.
Los poblanos, no vamos a fallarle presidente: Barbosa Huerta
Domingo, 22 Noviembre 2020 20:09 Escrito por Gabriel Sánchez AndracaDeja un comentario
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