Llamado de Ignacio Mier a diputados, a aprobar reforma eléctrica

Lunes, 14 Marzo 2022 21:31 Escrito por Gabriel Sánchez Andraca

Columna | P U L S O   P O L I T I C O

         El diputado morenista, coordinador de la bancada de su partido, Ignacio Mier Velazco, al hacer un llamado a los diputados de oposición para aprobar la iniciativa de reforma eléctrica, dijo, que se espera de ellos que tengan conciencia de patria y de nación, para acompañar a la coalición “Juntos Haremos Historia”, en la aprobación de la iniciativa, que sobre esta materia se analiza en esta semana, en San Lázaro.

         Les pidió que no imitaran a los legisladores de 2013, que sin conciencia de patria y sin el más elemental sentido nacionalista, aprobaron la reforma eléctrica propuesta en ese año y que resultó una verdadera trampa para saquear al país y apoderarse de la industria eléctrica nacional.

       Rubén Moreira, que es coordinador de los diputados priistas, afirmó que si Morena desea que la iniciativa de reforma eléctrica propuesta por el presidente sea aprobada, debe presentar una nueva propuesta, que tome en cuenta los planteamientos más importantes, que se expusieron en los 26 foros del Parlamento Abierto.

        “Para los representantes de la bancada tricolor, es indispensable que se den varios factores para que otorguen su voto a favor, entre ellos: mantener autónomos los órganos reguladores del sector eléctrico, diversificar la producción de la energía y dejar claro, que no habrá consecuencias internacionales para el país, a raíz de la cancelación de contratos”.

          Dijo que su partido, el PRI, estará atento al tema del abaratamiento de las tarifas eléctricas e impulsará la transición energética.

          Afirmó que los priistas quieren energía barata, más limpia, suficiente y también que el Estado conserve el control de la generación y distribución de la electricidad. Moreira habló como lo hubiera hecho un diputado de los tiempos de Lázaro Cárdenas, de López Mateos o de Ruíz Cortines.

          EL DIPUTADO PANISTA, EDUARDO ALCÁNTARA y el presidente municipal, también panista, EduardoRivera, no tienen ni idea de la organización municipal del Estado de Puebla, al proponer, que se debata sobre las juntas auxiliares, para desaparecer a cinco de las 17 existentes en el municipio capital del Estado y convertir en municipios a las que llenen los requisitos para ello.

          Si conocieran como está la división municipal en toda la entidad y propusieran cambios, armarían una revolución, como la que armó el primer gobernador panista de la historia poblana, que de un plumazo eliminó a los Ministerios Púbicos auxiliares y provocó un enorme rezago en la impartición de justicia de la entidad.

         Eso favoreció la intención del entonces gobernador, de disminuir el índice de inseguridad y de criminalidad en el estado, pero solo porque se dejaron de hacer denuncias. La verdad es que se desató más violencia y más inseguridad, por la impunidad derivada de la falta de agencias auxiliares del  MP, a las que concurrían los habitantes de pueblos de todos los rumbos del Estado.

        Para empezar deben saber que existen en la entidad, siete municipios con menos de mil habitantes; doce, con menos de dos mil y veinte, con menos de tres mil. Esos municipios carecen de recursos para brindar a sus pobladores los mínimos servicios, indispensables para tener una vida digna y nunca o después de muchos años, van a poder resolver sus problemas.

           Cuando este columnista llegó a Puebla, la entidad tenía 222, municipios, que fueron reducidos a 217, al final del gobierno del señor Fausto M. Ortega, a petición del que sería su sucesor, general Antonio Nava Castillo.

           Los municipios que desaparecieron se convirtieron en juntas auxiliares del municipio capital del Estado y hubo necesidad de ofrecerles maravillas para que accedieran a desaparecer como entidades municipales.

         Estaban las negociaciones con Volkswagen y otras grandes empresas para instalarse en Puebla. Era el inicio de la industrialización del Estado y se requerían facilidades para la adquisición de grandes extensiones de terrenos necesarios para su instalación y lógicamente deberían tratar eso con autoridades de mayor categoría que las autoridades de los entonces municipios.

         Voy a relatar una anécdota para que se entienda cual era la situación de los municipios en los años sesenta: El pequeño municipio de Cuautinchan, que tiene un magnifico convento del siglo XVI, que es su único atractivo, esperaba varios meses, para mandar al tesorero municipal a recoger las participaciones del gobierno estatal.

         Llegó el tesorero al medio día, viajando en el autobús que comunicaba a esa población con la capital del Estado, pero por angas o por mangas, no alcanzó la corrida de regreso para su pueblo, y como no había otra, tuvo que quedarse a pernotar en esta capital lo que le provocó gastos inesperados de alimentos y hospedaje en un modesto hotel.

         Al día siguiente, tuvo que desayunar antes de salir de regreso a Cuautinchan. El caso es que como todos esos gastos los tuvo que hacer del dinero de las participaciones estatales, que vino a recoger, cuando llegó de regreso, el ayuntamiento ya le debía diez pesos que había tenido que poner de su bolsa.

        Hoy los ayuntamientos reciben participaciones estatales y federales y varios ya pueden realizar algunas obras importante y costear servicios como el de recolección de basura, el de alumbrado público, etc., y han dejado de ser los limosneros de los gobernadores y de diputados federales y locales para resolver problemas mínimos. Ahora hay que cuidarles las manos, porque pueden abusar.

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