La trinidad gloriosa

Domingo, 12 Junio 2022 19:10 Escrito por Víctor CORCOBA HERRERO / Escritor

Reflexión Poética | Compartiendo Diálogos Conmigo Mismo

(Estamos convocados a unirnos y a reunirnos, para poder  abrirnos a la acción que nos trasciende, la mística trinitaria del don divino. Son tres personas y un único Dios, que es todo amor y sólo amor. Justamente así, podemos florecer, siempre cercanos a la sombra del árbol de la cruz y próximos al prójimo).

I.-  REUNIDOS EN EL NOMBRE DEL PADRE;
CREADOR Y CIMA MISERICORDIOSA

Todo en esta vida es comunión de pulsos,
conexión de lazos y cohesión de fuerzas,
unión de sentimientos y reunión de ideas,
encuentro y rencuentro con la divinidad,
que es lo que nos hace crecer y coexistir.

La misericordia del Creador nos supera,
espera nuestro retorno y no se desespera,
es una surtidor inagotable de confianza,
pues lo que desciende del Padre es eterno,
trasfiere consigo la estela de Dios-Amor.

Porque el amor es esencialmente un don,
hacia el cual han de situarse los corazones,
para recordar y documentar la pertenencia,
conciliadora y reconciliadora de un linaje,
porque si no hay cabeza no hay hermanos.


II.- CONGREGADOS EN EL HIJO;
PERPETUO SABER PERSONIFICADO

Jesús se presentó a sí mismo en la tierra,
como retoño de Dios y vocablo del Padre,
como camino y morada de autenticidad,
en una relación que reconduce y glorifica,
ofreciendo su vida por nuestra salvación.

Bajo la perpetua sapiencia de la palabra,
todo se conjuga en el manantial del ser,
porque vivimos para amar y ser amados,
existimos para entendernos y atendernos,
y coexistimos para darnos y recogernos.

Sólo hay que escuchar al Señor y seguirle,
estar atento a su fiel llamada liberadora,
abandonarse en sus brazos y abrazarle,
con la entereza de que camina al lado,
para plantar ardor y replantar su energía.

III.- FERMENTADOS POR EL ESPÍRITU;
LO ARMÓNICO TOMA PRESENCIA

Sin espíritu nada es, todo se desmorona.
Necesitamos que more en nuestro interior,
que se establezca en nosotros y nos guíe,
que nos enseñe a discernir y a recordar,
lo que vence y convence por su bondad.

Con este brío trinitario se revela la vida,
anidada y anudada por el soplo divino,
que viene en auxilio de nuestra flaqueza,
para distanciarnos de lo cruel y perverso,
y acercarnos al ritmo de las confluencias.

Transformados por el fuego de la mente,
que nos documenta todo lo que sabemos,  
nos llama a entrar en afinidad de latidos,
en conjunción de alientos restauradores,   
que es lo que nos hace proceder en paz.


Víctor Corcoba Herrero
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Valora este artículo

Deja un comentario

Asegúrese de introducir toda la información requerida, indicada por un asterisco (*). No se permite código HTML.

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos