Columna | P U L S O P O L I T I C O
Los grupos opositores al actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador, han arreciado sus ataques a la política de la 4-T, e incluso han implementado actos violentos para dar la impresión de que México está viviendo en una situación de inestabilidad política y social, además de una difícil situación económica, que es un fenómeno mundial propiciado por la pandemia y la guerra Rusia-Ucrania.
Esto debe verse desde una perspectiva realista: La situación de México es mejor que la que enfrentan muchos países de Europa, Latinoamérica, Asia y no se diga Africa, pero los opositores quieren que cunda el pánico y que se piense que estamos al borde de un abismo.
Los mensajes enviados por algunas redes a la ciudadanía poblana, amenazando con el estallido de actos violentos y recomendando no salir y encerrarse en sus casas los días Jueves, viernes, sábado y domingo, son para crear un ambiente de temor y boicotear todas las actividades económicas provocando pérdidas en el comercio, la industria y los servicios. Hasta ayer en la tarde, no había pasado nada. Y en el norte y parte del bajío, donde sí hubo acciones violentas, ya todo está en calma y muchos de los instigadores a los actos de terror, ya fueron detenidos.
LO QUE ESTA PASANDO ES QUE EL SECTOR QUE perdió el poder en nuestro país, es el normal enojo de quienes pierden privilegios e ingresos, por el desmantelamiento de un sistema injusto social y económicamente.
El problema es que ese sector no tiene ningún proyecto de país para ofrecer un cambio a la ciudadanía, que en las elecciones pasadas perdió el poder por una aplastante votación enfurecida por los abusos y latrocinios que empobrecieron al pueblo y enriquecieron a unos cuantos grupos.
Desde la época del priismo neoliberal, se decía ya, que los ricos, dueños de este país, cabían cómodamente en el estadio Azteca y los pobres y desamparados, éramos todos los que quedábamos fuera del estadio.
SE PUBLICARON NUMEROSOS TRABAJOS SOBRE el fracaso de los gobiernos neoliberales e incluso de presagiaba la caída del PRI, por el deterioro de ese partido que había tenido el poder en México, desde hacía más de 70 años.
Vicente Fox, en sus tiempos de candidato panista a la presidencia de la república, prometía “sacar al PRI de Los Pinos” y decía que los 71 años del Revolucionario Institucional en el poder, habían sido años perdidos, y la gente creyó en él y lo llevó al poder.
Su gobierno fue un total fracaso, al grado de que en las elecciones intermedias, su partido, el PAN, perdió más de cincuenta curules en la Cámara de Diputados.
Su sucesor, también panista, fue peor: perdió la elección de Presidente y tuvo que llegar a rescatarlo la insaciable líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo, aportando con su “ejército electoral” una candidad de votos que apenas superaban a la que entonces obtuvo López Obrador, con menos de un punto porcentual.
Felipe Calderón, ya en el poder, fue peor que Fox. Declaró la guerra al crimen organizado y provocó una situación de inseguridad y violencia, que todavía estamos padeciendo. Puso al frente de la secretaría de Seguridad Pública, a un cómplice del jefe del cartel delincuencial más poderoso de México y las consecuencias están a la vista.
EL PUEBLO PENSO QUE MAS VALIA MALO POR conocido, que bueno por conocer y volvió a elegir a un priista, Peña Nieto, que es el autor de las reformas estructurales, tendientes a devolver al capital extranjero la explotación del petróleo; la entrega de la industria eléctrica, a una empresa española; la privatización de la educación media y superior y la privatización también, de los servicios médicos.
Los resultados fueron fatales.
Hubo además, en los tiempos de Calderón y luego de Peña Nieto, un retroceso en los avances que se habían tenido en el tema laboral. La ley federal del trabajo, que cumplió ayer 90 años de haber sido promulgada, fue reformada para beneficio de la clase patronal y perjuicio de la clase obrera.
TODO ESO FUE MERMANDO LA FUERZA DEL PRI, que había surgido de la Revolución Mexicana de 1910 y que en sus primeros años, fue el impulsor de la modernización de México: reparto de tierras, educación pública laica y gratuita, servicios de salud para todos, seguridad social, derecho a la vivienda digna, creación de universidades públicas, del Instituto Politécnico, etc.
En la época neoliberal, el partido tricolor, perdió su ideología revolucionaria y nacionalista, abandonó su política social, fue abandonado el campo, dejó de ser el impulsor del derecho de los trabajadores y se olvidó de las clases medias populares.
Los pilares de ese partido, el sector obrero, el campesino y el popular, se derrumbaron y ahora son solo una leve sombra de lo que fueron, y los dirigentes actuales del partido que durante tanto tiempo gobierno al país, están en la deshonrosa medianía intelectual y política. No saben qué hacer.
Desestabilización: arma política
Jueves, 18 Agosto 2022 20:49 Escrito por Gabriel Sánchez AndracaDeja un comentario
Asegúrese de introducir toda la información requerida, indicada por un asterisco (*). No se permite código HTML.