Presidencialismo Común; México y Perú

Viernes, 09 Diciembre 2022 10:00 Escrito por Antonio TENORIO ADAME

Columna | Diputado 501

Para Jorge Vílchez

Nuestra América vive momentos de prueba, la caída del presidente de Perú, Pedro Castillo, la condena de prisión de Cristina Kirchner,  senadora de Argentina y expresidenta, y la frágil ventaja electoral del triunfo de Lula da Silva en Brasil,  hacen sonar las señales de alarma de la fragilidad del poder de democracia alterna al mandato dócil a la Casa Blanca.

DEBATE DE LA NEGATIVA

México y Perú son países hermanos en el espacio y en el tiempo, ambos países proceden de civilizaciones originarias: Tenochtitlan y el Alto Perú. Víctimas de la barbarie europea,  ambas poblaciones no fueron vencidas sino avasalladas bajo el genocidio y la exclusión que les impuso el cautiverio; Cuauhtémoc y Túpac Amaru fueron martirizados y ejecutados,  sin pedir clemencia. Desde entonces, a los indígenas se les excluyó y se les impuso el cautiverio.

 A través de tres siglos compartieron una historia de explotación de la monarquía española, y luego que el mercantilismo ibérico de minero exportador se colapsara al devenir  el capitalismo industrial.

Así la América afromestiza entró en la generación de las independencias siendo reemplazadas las instituciones absolutistas por instancias republicanas con una forma de gobierno presidencial con división de poderes.

En el altar de la patria,  México dispone el nicho a Fray Melchor de Talamantes, originario de  Perú,  quien fuera precursor de la independencia del Anáhuac en 1808.

Ese presidencialismo que se implantó fue común en toda nuestra América, excepción de  Brasil y México que tuvieron breves experiencias de imperio;  la figura del  rey fue sustituida por otra de orden republicano y representativa de la ciudadano por medio de la elección, siendo similares en el fondo se bifurcaron siguiendo dos caminos con distintos tonos; mientras México optó por un presidencialismo fuerte consolidados en las intervenciones directas de los Estados Unidos,  con las presidencias de Benito Juárez y de Venustiano Carranza.

Para el secretario de Estado,  Robert Lansing, no significó un obstáculo, porque él consideraba que el sistema era fácil de controlar,  porque bastaba dominar a un solo hombre: el Presidente de la República.
Mientras el Gobierno de Lima desde la Constitución de 1856, se caracterizó con un presidencialismo de gabinete con un primer ministro, éste estuvo sujeto a vaivenes que terminaron por quedar sujeto a la decisión del Congreso.

El presidencialismo mexicano se diseñó con mayores facultades que su similar en tierra de los incas, porque en él se concentran las formas de Jefe de nación y Jefe de gobierno.

Eso no sucede en el gobierno peruano, donde dichas funciones se dividen entre el Presidente y el Jefe de gabinete, aunque éste los nombra el primero quien, a su vez , le propone quiénes forman el gabinete.

El presidente peruano es Jefe de las fuerzas armadas, pero al presidente Castillo lo detuvo su propia escolta. En la práctica las disposiciones del Jefe de gabinete puede acotar el poder presidencial como Jefe de la nación, como también el poder judicial quien determinó la constitucionalidad de la perdida de investidura del presidente Castillo; no obstante, éste disolvió el Congreso antes de ser detenido y destituido por declaración judicial. El nombramiento sustituto recayó en Dina Boluarte Zegarra.

DEBATE POR LA AFIRMATIVA

Lo ocurrido este miércoles 7 de diciembre en la tórrida Lima trae la remembranza a escenas semejantes que se vivieron en el pasado mexicano de época de Juárez, cuando éste fue víctima de amenazas de muerte, o el amago de destitución del Congreso que solo se superó por 4 votos.

Luego en la postrevolución, durante el debate de la Constitución de 1917, el diputado poblano Froylan C Manjarrez presentó una iniciativa suscrita por diputados jóvenes, la que fue cuestionada por el propio Carranza, sin que tuviera mayores consecuencias.

El presidencialismo mexicano se diseñó fuertes poderes, en respuesta a los acontecimientos de la intervención de la embajada de Estados Unidos en México, Henry Lane Wilson quien se confabuló en el crimen del presidente Madero.

A partir de la promulgación de la Constitución de Querétaro,  México ha mantenido casi sin interrupción la estabilidad presidencial aunque a un costo elevado, es equivalente a llamarle “la monarquía presidencial”.   En el Perú en tan solo 6 años se registraron 5 tomas de protestas presidenciales.

El doctor Jorge Carpizo, en su docta obra, le añadió a las atribuciones constitucionales del cargo, otras más que le llamó “facultades metaconstitucionales”, se trató de un eufemismo que oculta ejercicios de poder de orden autoritario, como era el dominio político del sistema a través de ser jefe del partido oficial, así como  también decidir quien sería su sucesor, con lo cual prolongaba su mandato al grado de instituir en el caso de Plutarco Elías Calles un maximato.

Hoy esas extras facultades se encuentran arrumbadas pero no del todo, el “encanto del deseo” es de gran atractivo:
a.  Se exhibe el presidencialismo desorbitado en una declaración de “corcholatas” selectivo y excluyente, sin evaluación ni diagnósticos.
b. Por otra parte, se fortalece una democracia supra electoral, donde se dispone de un “electorado cautivo” que garantiza una “mayoría leal”.
c. Además se pretende reformar el INE encargado de organizar las elecciones con una serie de propuestas, llamado Plan B, donde se favorece la formación del Congreso con fines de demoler el federalismo,  y
d. Asegurar una mayoría electoral sometida al oficialismo de la 4T. Mayores recursos a los partidos aliados.

Las reformas del Plan “B” ya fueron aprobadas por el pleno de la Cámara en favor 269 y en contra 225, ahora  éstas serán discutidas por el Senado de acuerdo con el procedimiento del reglamento, lo que significa que no se aprobarán de inmediato. Es posible pasen al siguiente  Segundo Periodo de Sesiones del Segundo año de la Legislatura LXV cuya fecha de apertura será el próximo 2023.
 
El ex presidente Castillo fue detenido cuando pretendía asilarse en la embajada de México en Perú. Antes había disuelto el Congreso conforme a la Constitución, ese Congreso destituido vuelve a sesionar y declara la destitución del Presidente, decisión que es avalada como legitima por el Tribunal constitucional.

O sea,  se vuelve a repetir lo ocurrido  con Lula y Dilma, 2019, en Brasil, y Cristina en Buenos Aires, 2022, el poder judicial dispone de la última palabra en la lucha contra la corrupción en América Latina.

PROCEDE LA VOTACIÓN  GENERAL

El presidente Andrés Manuel López  pidió respeto a los derechos humanos del presidente Castillo y el pronto restablecimiento de la estabilidad política;  señaló que un ambiente de intereses ajenos particulares de las élites, llevó a la hostilidad y destitución presidencial.

 Durante la “mañanera”,  donde se abordó la posibilidad de correr la misma suerte, hizo alarde de “honestidad valiente”, remató diciendo “ya saben dónde me encuentran”.

¿México y Perú viajan en el mismo barco?, pero ¿la vecindad geopolítica y el sistema político dispone de otros medios de defensa ante el vendaval continental?

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