¿Hacia dónde va la Educación?

Martes, 25 Abril 2023 19:01 Escrito por Gabriel Sánchez Andraca

Columna | P U L S O   P O L I T I C O

         Es la pregunta que se hacen los maestros y maestras del sistema nacional de enseñanza, que después de la caída del neoliberalismo, sienten que la educación nacional no ha tenido un objetivo concreto. La confusión es cada día mayor y como la Secretaría del ramo, no aclara las cosas, promovida por el profesor Américo Telésforo Guerrero, de la Jefatura de Enseñanza del Estado de Puebla (secundarias federales, grupo 3) se convocó a una conferencia que dictó el doctor Luis G. Benavides, un gran experto en asuntos educativos, que durante el gobierno del licenciado Manuel Bartlett Díaz, ocupó importantes cargos en la Secretaría de Educación del Estado.

         Una veintena de profesionales de la educación, funcionarios y ex funcionarios de la SEP estatal, directores de importantes centros educativos y de padres de familia, estuvieron presentes en la reunión.

          Don Luis G. Benavides, desde  el inicio de su conferencia, hizo trizas al sistema educativo neoliberal prevaleciente en México desde hace tres décadas. Con su afirmación de que la educación es un Derecho y no una mercancía, inició sus ataques al sistema educativo de los gobiernos de la corriente neoliberal prevaleciente no solo en México, sino en otros países que siguieron los designios de Estados Unidos e Inglaterra en los tiempos del capitalismo salvaje.

          El principio de que la educación es un derecho y  no una mercancía, fue suscrito por 150 países, que empezaron a dejarlo de lado, al reducirla a los sectores económicos privilegiados, por causa del capitalismo bestial, señaló.

           Como resultado de ello tenemos la migración progresiva de grandes contingentes humanos en busca de mejores condiciones de vida.

           En todo el mundo se introducen formas de privatización en sustitución de la educación pública bajo el tema de reforma educativa, dijo el conferenciante. Son reflejo del cada vez más buscado en el mercado competitivo y consumista que caracteriza a nuestras actuales sociedades: reforma educativa o modernización.

          La educación pretende ofrecer la oportunidad de desarrollo de todo su potencial como persona y como miembro de la sociedad; la educación como factor para superar la pobreza, pero es imposible dejarla de considerar como mercancía.

           La educación, afirma el doctor Benavides, constituye un factor importante para transformar la realidad en que vivimos, pero si se atiende no como negocio, sino como un derecho humano.

           Al finalizar su interesante plática explicó a los asistentes, lo debe ser su meta para dar sentido humano a la educación y convertirla en motor social.

            Los niños y jóvenes deben ser educados para gozar plenamente la alegría de vivir y esparcirla a nuestro paso. Para servirse y servir a los demás, para ser ciudadanos ejemplares y solidarios con su comunidad.

            ESTUVIMOS PRESENTES EN LA PLATICA DEL doctor Benavides y pensamos en los partidos políticos.

            ¿Por qué ninguno ha seguido el consejo del fundador del PAN, Manuel Gómez Morín, cuando en 1939 afirmó que los partidos deben ser escuelas de política? Si don Manuel resucitara y viera en lo que se ha convertido el partido que fundó, se volvería a morir, pero dándose un tiro.

            Si los líderes de todos los partidos políticos mexicanos tuvieran la estructura y la organización adecuada, podrían organizar conferencias como la que comentamos, para formar sus cuadros que después aspirarían a cargos públicos de elección popular y sabrían qué hacer para cambiar a la sociedad individualista, materialista y consumista en que vivimos. No serían imitadores de políticos corruptos cuya única meta es enriquecerse a costa de robar el presupuesto destinado a resolver las necesidades de todos los mexicanos; no serían tan terriblemente individualistas como hay sectores en nuestro país, a los que solo interesan las banalidades de las fiestas, las modas, los coches de lujo, egtc.

         Esas actitudes de las clases medias acomodadas y de las clases altas de la sociedad, son las que provocan las revoluciones, las caravanas de migrantes, las mafias de delincuentes organizados, la siembra de estupefacientes, el narcotráfico y todo lo que estamos padeciendo en la actualidad, tanto en las grandes ciudades como en las poblaciones medias y rurales.

           TENEMOS UN SISTEMA POLÍTICO PARTIDISTA y son los partidos políticos los que deberían estar más interesados que nadie en cambiar las cosas. Pero como las van a cambiar, si ellos no cambian la realidad de sus partidos, si ni siquiera hacen un pequeño esfuerzo por superarse como seres humanos y estudiar, informarse sobre lo que requieren los pueblos, sobre las necesidades de los ciudadanos a los que pretenden representar en los gobiernos federal, estatal y municipal.

         El PRI ha sido, antes de que cayera en manos del neoliberalismo, el que mejores políticos tenía. Fue el único que intentó ser escuela de políticos: organizaba cursos sobre historia de México, sobre la Constitución General de la República y sobre problemas sociales. Eran cursos esporádicos, pero que dejaban huella en los que asistían a esos cursos.

         Los dirigentes priistas inventaron el sistema de padrinazgo político. Un político importante tomaba a uno o varios jóvenes estudiantes o interesados en la política y lo iba educando poco a poco en el servicio público hasta que ya podía aspirar a algún cargo medianamente importante y los sosltaba para que siguieran su carrera pos u cuenta. Así lo hicieron el doctor Alfredo Toxqui, el licenciado Guillermo Jiménez Morales, el licenciado Melquiades Morales, que fue producto de ese sistema y otros más.

      Debe haber alguien que inicie una revolución dentro de los partidos. No podemos esperar mucho si nuestros políticos siguen pensando en llegar al poder sin ninguna preparación y solo recomendados para desempeñar algún cargo burocrático y seguir una carrera basada en las influencias y no en la capacidad o en la voluntad de servir a la sociedad, al país o al estado.

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