El Chinelo: Herencia cultural del estado de Morelos. VI

Martes, 21 Febrero 2017 16:29 Escrito por Agustín Fiz Abarca.

¡Extraordinario! ¡Majestuoso! ¡Espectacular! Estos son apenas 3 de los maravillosos epítetos que el tradicional carnaval de Yautepec de Zaragoza, Morelos, México se ha ganado a pulso a través de siglos y siglos de  trabajo arduo y tesonero. Orgullo ancestral que queremos compartirlo contigo. Invitándote a que vengas del 2 al 6 de marzo del año en curso, a disfrutar con nosotros el famoso “brinco” (danza) del chinelo. (Tlayacapan y Tepoztlan lo empiezan, simultáneamente, el domingo anterior, 26 de febrero y culminando el martes 28.) Jornadas carnavalescas que culminarán en la postrimería del día siguiente con un carnet musical de lujo: La Sonora Santanera, Espinoza Paz, Gloria Trevi, Los pasteles verdes, Los ángeles negros  y muchos más que se escapan a la memoria. Mis hermanos me dicen que aproveche este escaparate para hacerle la más atenta  invitación a Donald Trump, presidente de Estados Unidos, para que venga desde el primer día. Seguro, “las viudas” (jóvenes bien caracterizados como mujeres que entran en acción al tercer día después del miércoles de ceniza)  lo colocarán en un estuche hecho a la medida primero, como en un trono. Lo rodearán con carteles alusivos a su persona enseguida y, posteriormente, lo traerán en hombros por las principales calles de la ciudad, dándole  el trato distinguido que se merece, baño ritual en el río incluido. Si ya hablamos de disfraces, justo es referirnos a las comparsas: Cada una se compone, primero, de avanzada. Misma que, como todo contingente que se precie de serlo, trae a la cabeza una gran cantidad de banderas de terciopelo (mientras más, mejor). Bordadas profusamente con figuras alegóricas, totalmente confeccionadas a mano y siempre anunciando el nombre de las principales comparsas, como: “La nueva Aurora”, “El capricho”, “La competidora”, “Unión y paz”, etc., correspondientes a los barrios de San Juan, Buena vista, Ixtlahuacan y Rancho nuevo. Le sigue el grupo danzante, compacto y deslumbrante de chinelos. Mismo que, antaño, era fácilmente identificable el grado que se ostentaba dentro de él por el número de plumas de avestruz que mostraba en lo alto el engalanado sombrero y que anunciaba, si se portaba una pluma, que el portador era un niño; si 2, entonces se trataba de un joven y ya 3, se trataba de un chinelo adulto. Posteriormente, aparece la banda de viento que interpretará en su recorrido los sones del chinelo y atrás, cerrando, los organizadores perdidos entre la gente que sigue, como en fiel procesión tumultuosa, a los reverenciados chinelos. Aquí se ofrece al visitante, en los descansos para comer y beber, a toda la banda por parte de los mayordomos, “autores” u organizadores; una enorme variedad de distracciones, comida típica regional incluida y bebidas espirituosas.  Con esta sencilla entrega, cerramos los primeros 6 años, ¿ojalá fueran otra clase de sexenios, verdad? Trabajo que hemos confeccionado golpe a golpe de teclado y precisamente como se elabora  un traje de chinelo: Lentejuela a lentejuela, chaquira a chaquira, puntada a puntada de la aguja de hilar que, por ser cada uno como un prototipo y hecho completamente a mano, obliga a darle el título de trabajo artesanal. Para terminar, permíteme contarte una anécdota: Hace apenas unos días, nos encontrábamos reunidos los miembros del jurado calificador del concurso de trajes de chinelo con algunos de  los artesanos que participarían cuando se me ocurrió que, como corolario del concurso, se  podrían exponer los trajes ganadores y los lauros ganados en el certamen por los siguientes 3 días, en la plaza del arte, en el centro de la ciudad y siendo custodiados, por supuesto, por el mando Morelos del estado. Me aclararon que era buena la idea. Sin embargo, que ya estaban comprometidos para la venta, no importando el lugar que obtuvieran, a coleccionistas extranjeros y que estas obras de arte se irían fuera del país no bien acabara el jolgorio. Eso me trajo a la memoria el documental  japonés que vi  hace tiempo en el que se apreciaba, claramente, en toda su esplendorosa belleza a un traje de chinelo entre una armadura medieval y un traje samurai ¡Así reconocen, fuera de esta tierra bendita, el trabajo de los artistas mexicanos! ¡No faltes, te esperamos!

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