Dicen que Barbosa busca la candidatura a gobernador

Jueves, 02 Marzo 2017 18:41 Escrito por Gabriel Sánchez Andraca

Columna | P u l s o    P o l i t i c o
 
      En los mentideros políticos de Puebla, se ha interpretado la postura adoptada por el senador perredista Miguel Ángel Barbosa Huerta, de apoyar abiertamente a Andrés Manuel López Obrador, para candidato a la Presidencia de la República, como parte de una estrategia para ser postulado como candidato de la izquierda para la gubernatura de Puebla.

     Y todos lo ven bien, menos algunos morenistas y muy escasos perredistas, que ven al senador originario de Tehuacán, como un oportunista.

     Lo cierto es que Barbosa ha sido, como le comentamos ayer, el perredista poblano que más ha destacado a nivel nacional.

     Sobrino político del ex dirigente nacional de la CNC Amador Hernández, hombre fuerte de Tehuacán, Miguel Ángel Barbosa tuvo sus inicios modestos en las filas del PRI.

      Formó parte de un grupo de jóvenes muy entusiastas y activos que colaboraron en el plan religioso, con el actual cardenal y arzobispo primado de México, don Norberto Carrera, entonces obispo de Tehuacán.

      El dirigente de la corriente perredista Izquierda Democrática Nacional, lo trajo a Puebla y ya aquí, el ahora senador de la república, aprendió a moverse entre las fieras izquierdistas, pero presintió que su futuro estaba en México y se fue a la capital donde fue arropado por la corriente de Los Chuchos, “Nueva Izquierda”, donde tuvo un gran desempeño habiendo llegado a escalar posiciones partidistas y de elección popular, como diputado federal y ahora senador.

      Improvisado en la política de izquierda, no es. Su militancia en esa corriente desde muy joven, está probada.

      Ha sido un opositor tenaz, a las alianzas entre su partido y el derechista PAN y lo ha dicho abiertamente.

      No es pues, ninguna traición que haya decidido anunciar su apoyo a Andrés Manuel López Obrador, como no puede verse como traición, que el creador y dirigente de Morena, haya abandonado el PRD y formado su propio partido.

       El senador denunció ayer que había pláticas entre la dirigencia perredista y la dirigencia panista, para una alianza, lo que sí puede considerarse como traición, porque son formaciones con ideología antagónica.

     Barbosa afirma que no renunciará a la coordinación de la fracción perredista, mientras los integrantes de esa fracción, lo sigan apoyando.

      No la tiene muy segura el PAN, en el estado de México. Se sabe que doña Josefina Vázquez Mota, la candidata panista, está siendo boicoteada por gentes de su propio partido o por lo menos afiliadas a él, que están objetando la forma en que fue designada para abanderar a Acción Nacional en la lucha por la gubernatura.

      Culpan de ello a Luis Maldonado Venegas, que fue secretario general de Gobierno en Puebla y ahora es diputado federal del PRD, quien mueve a varias logias masónicas socialdemócratas, que ya están dentro del PAN y que obedecen a líderes que nada tienen que ver con la dirigencia panista de aquél estado.

      Los candidatos fuertes en la entidad mexiquense para la gubernatura que será electa este año, son el del PRI, la candidata de Morena y la del PAN, que según las muy desprestigiadas encuestas, están en empate técnico, cuando apenas se inician las campañas.

      Ya le habíamos comentado en este espacio, que los muy desprestigiados partidos políticos mexicanos, reciben un subsidio millonario de parte del gobierno, mismo que no justifican, pues en su totalidad, no contribuyen a mejorar nuestro sistema democrático, sino todo lo contrario.

      Desde que el gobierno subsidia a los partidos, éstos no hacen nada para crecer, pero sí para decrecer. Confrontan problemas internos, el PRI, el PAN y el PRD. Los demás o sea, “la chiquillería”, sigue siendo eso precisamente, la chiquillería.

      Ahora que México entró en una etapa de austeridad, se está hablando ya seriamente en reducir esos subsidios que prácticamente es dinero tirado a la basura.

       Los partidos no crecen, no son escuelas de política, no tienen medios de difusión internos y solo funcionan sus oficinas en época electoral. Cuando se avecinan épocas electorales, tienen graves problemas para nombrar candidatos a los puestos de elección popular, pues carecen de militancia real y por eso se les va el tiempo en buscar alianza con los tres, ahora cuatro partidos principales, que tampoco son la gran cosa.

       PRI, PAN, PRD y Morena, tienen una  organización y una estructura que va de pobre a mediana. El Revolucionario Institucional, ha perdido mucho de lo que tuvo en sus épocas de gloria y de triunfos, pero es el que mejor se defiende todavía.  Ha perdido mucho prestigio por el comportamiento de sus dirigencias que no toman en cuenta el trabajo de sus bases para asignar las candidaturas y se van por el camino fácil de lanzar a familiares y amigos. El resultado es lo que estamos viendo, que los priistas, que están mejor preparados para el desempeño de la actividad política, buscan formaciones políticas, donde los comprendan y les reconozcan sus méritos.

      El PAN era un partido cerrado, como toda organización derechista. Se podía llegar a ser militante de ese partido, después de cuatro o cinco años de noviciado, como si fueran a entrar a un convento. Pero cuando en los años ochenta llegó la segunda oleada de “neopanistas”, cuando los empresarios invadieron al partido azul y blanco con Maquío a la cabeza, se perdió ese partido. Ya lo había dicho un dirigente nacional panista, Manuel Espino: “Debemos tener cuidado. No por ganar el poder, vayamos a perder al partido”.

      No tuvieron cuidado y han perdido a su partido y ahora que pretenden rescatarlo, ya no pueden. Están llenos de neopanistas que ignoran totalmente lo que ese partido fue y significó para México, cuando fue fundado por uno de los siete sabios del siglo XX mexicano, don Manuel Gómez Morín. Ah pero su dirigente nacional, Ricardo Anaya, se ha vanagloriado de haber derrotado al PRI en las elecciones del 16, en siete estados, sin percatarse  de que de los triunfadores que ya gobiernan, cinco salieron de las filas priistas, y algunos, solo unos meses antes de las elecciones.

      Los partidos de izquierda, PRD y Morena, se han conformado con líderes del viejo Partido Comunista Mexicano y con priistas progresistas, que desde su militancia en el PRI, dieron muestras de tender a la izquierda, como Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Camacho Solís y muchos más. Por eso se decía que el PRI y el PRD, eran primos hermanos.

       Los demás, son lo de menos.

       Si como ya se plantea seriamente, se reducen las prerrogativas millonarias a los partidos políticos, surgirá un nuevo problema: ¿Cómo van a pagar las multas millonarias que la autoridad electoral les cobra por violaciones a las leyes que los rigen? Porque no servirán para formar políticos profesionales y bien intencionados, pero para violar las leyes, nadie los iguala.

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