El miedo de Estados Unidos a México.

Lunes, 06 Marzo 2017 19:08 Escrito por Pablo Enrique Torres Salmerón. Ingeniero Civil egresado de la UNAM

Conferencia dictada en CDMX en el ICAMI (Centro de Formación y Perfeccionamiento Directivo) el pasado 28 de febrero de 2017. El 9 de marzo lo hará en Querétaro, Qro. y a fin de mes en Mérida, Yucatán.

Pablo Enrique Torres Salmerón. Ingeniero Civil egresado de la UNAM. Maestro en Historia del Pensamiento. Miembro del Executive Survey Group para México del World Economic Forum de Laussane en Suiza. Tiene estudios de maestrías en el IPADE, Colegio de la Defensa Nacional y la UCLA.

1.    Introducción
2.    Conceptos
3.    Antecedentes sobre el miedo en Estados Unidos
4.    Algo más de historia como antecedente.
5.    El miedo del Presidente Trump
6.    Las relaciones internacionales entre México y Estados Unidos
7.    Otras formas de hacer la guerra
8.    La antropología de la formación de la identidad de Estados Unidos
9.    La fuerza y el poder de México
10.    La proyección del poder de México
11.    Final

1.    Introducción

Primero debo decir que intento dar un panorama de lo que afirmo que son miedos que Estados Unidos le tiene a México desde hace más de un siglo, y que no hemos usado; y hay que usarlos. Me apoyo, aunque no me hace falta, en versiones contemporáneas vívidas que testifican lo que afirmo.

En segundo lugar, quiero aclarar que también inundaré esta conversación con ustedes -que eso quiero que sea, una conversación- de lo que veo adelante, en el futuro de México -mi queridísima patria- si usamos en beneficio inmediato de México los miedos que Estados Unidos tiene.

Intento persuadirles de que Estados Unidos le tiene miedo a México, ya desde hace tiempo, y de que, si los usamos, podemos construir una nación poderosa difícil de imaginar hoy.

Ruego a ustedes su paciencia, su reflexión y su tolerancia por lo que no les parezca de lo que diré, pues mucho de lo que diré será nuevo o diferente de lo que escuchan y saben y, por ello, lo rechazarán.

2.    Conceptos

Con frecuencia no se tiene idea de a qué se le tiene miedo, dice Marina Abramovic.

Por miedo define  el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española el recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea, la angustia por un riesgo o daño real o imaginario.

Angustia, recelo o aprensión tienen en común el temor, que significa huir de aquello que se considera dañoso, arriesgado o peligroso.

Por lo anterior, cuando me refiera al miedo estaré queriendo expresar temor y angustia; sensación de peligro.

El peligro es el riesgo de que suceda algún mal.

El miedo abarca una amplia gama de estados emocionales: ansiedad, fobia, inseguridad, incertidumbre, amenaza, odio, aversión y trauma .

El miedo se construye en uno de manera increíble, dice Abramovic.  Tan increíble que no se explica fácilmente, pero se entiende. Y se percibe, por supuesto.

3.    Antecedentes sobre el miedo en Estados Unidos

Di Vanna escribe que el miedo es una característica subyacente de la cultura gringa  y que los eventos del 11 de septiembre solo lo hicieron aflorar. El miedo lo usa el gobierno como preludio de la guerra o de un conflicto armado .

Dice Scott Martelle  que la psique o alma gringa tiene el hábito de convulsionarse de miedo en épocas de stress y que en el proceso  subvalora la libertad de expresión, el pensamiento político y las expresiones religiosas; y que su lucha contra sus enemigos tiene una larga historia que empieza desde 1798.

En 1919, J. Edgar Hoover encabezó redadas y encarceló y expulsó a miles por sus creencias y por sus actas de nacimiento. No es nuevo lo que vemos. En 1939, el Presidente Franklin D. Roosevelt detuvo y encerró en campos de concentración a 120 mil ciudadanos gringos solo por tener algún ancestro japonés, su enemigo de siempre. El Acta Patriótica de septiembre de 2011 es una expresión de sus miedos. Y dicen no saber si están más seguros o si solo están más conscientes de ser miedosos .

En la Guerra Fría, la Unión Soviética y el ascenso de Mao al poder en China crearon una histeria general en Estados Unidos . Con frecuencia se preguntan si su economía depende de la periódica estimulación de un conflicto geopolítico .

El uso que el gobierno da a algunas leyes en Estados Unidos criminaliza la creencia política , arruina vidas, destruye amistades, destruye carreras, se convierte en represión política  y alimenta la histeria gringa, decía el Presidente Harry S. Truman.

Los mercaderes del miedo en Estados Unidos son el gobierno, los medios, las empresas y los terroristas .

El miedo ha ido reduciendo continuamente la libertad en Estados Unidos  y ha desplazado al optimismo .

A nivel nacional, dice Neil Foley en 2014 , “lo que nos ha traído al momento presente de Estados Unidos es la historia de nuestro miedo a los inmigrantes, particularmente el miedo a los Mexicanos durante los últimos 50 años; hoy las mayorías blancas en muchos estados se están reduciendo y Estados Unidos está tratando de enfrentarlo, de varias formas, con lo mismo que niega: que no es, y que nunca ha sido, una nación solamente Anglo-Americana.

“Si los demógrafos están en lo correcto en que Estados Unidos llegará a ser una nación minoritaria-mayoritaria a mediados del siglo XXI, como lo han predicho, esta historia será una parte crítica del futuro de Estados Unidos” .

Dice Foley que la etnia mexicana ha jugado un rol en modelar a la sociedad de Estados Unidos . Tanto que hay un miedo que llegó para no irse, dice Samuel Huntington : California se transformará en 2 pueblos, 2 culturas y 2 lenguas, pues ya desde 2013 los latinos sobrepasaron en número a los whites.

4.    Algo más de historia como antecedente

Por otro lado, quiero que tengan ustedes presente que dicen los críticos que el Tratado Guadalupe-Hidalgo de 1848 obligó a México a ceder los territorios de California, Nuevo México, Arizona, Texas, Nevada, Utah y Colorado : 7 estados en los cuales se produce cerca de la mitad del Producto Interno Bruto actual de Estados Unidos.

Pues también pienso que hay algo oculto en el pensamiento gringo sobre la deuda moral o natural que merece, sobre todo en el fuero interno, el despojo de territorios.

Y aún más: si analizamos las intenciones de Estados Unidos para con México, encontramos desde principios del siglo XX un reporte de Robert Lansing , Secretario de Estado de Estados Unidos de 1915 a 1924, a su presidente Woodrow Wilson, quien buscaba dominar a México desde entonces. Dominar…¿para qué? ¿Somos importantes? ¿Poderosos? ¿Fuertes? ¿Peligrosos? Si somos débiles…¿para qué nos quieren dominar?

El tema se remonta a hace 90 años, pues fue en 1924 que Lansing fue enviado por el Presidente Woodrow Wilson  a México para evitar que Alemania se apoderara de México, y su reporte contenía una carta en la que afirmó que “México es un país fácil de dominar, porque basta controlar a un solo hombre: el presidente. “Debemos abrirle a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto del liderazgo de Estados Unidos. “Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la Presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros”.

¿No son suficientes ejemplos Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Jorge Castañeda, Pedro Aspe, Gerardo Ruiz Esparza, Agustín Carstens, Luis Videgaray, José Antonio Meade? Todos ellos –y muchísimos más- han sido educados en universidades gringas; y uno diría que hasta les enorgullece. Algunos consideran que es un regalo divino . Es indudablemente algo que genera prestigio en nuestra actual sociedad. Y me hace recordar la ingenuidad de los sudafricanos negros: tras 300 años de explotación por los europeos aún llaman Padres Fundadores a los portugueses, iniciadores de la esclavitud moderna de los negros.

Pienso yo que el hecho por el cual Estados Unidos busca controlar o dominar a México es porque le teme…¿por qué si no?

Aunque hay que decir también que la versión oficial, de la que siempre hay que desconfiar, decía que el temor incluía el miedo de Estados Unidos a Alemania, pues habría podido apoderarse de México tras la revolución de 1910.

Pero miedo al fin, ¿no?

Para actualizar y entender un poco mejor la posición hipócrita y cínica de Estados Unidos quiero decir que, entre otras muchas cosas ,  profesionaliza y emplea la tortura y la critica cuando la usan sus enemigos; nunca le convino al presidente Obama sancionar a Bush, pues él estaba involucrado; y nos dice públicamente que es moral y éticamente incorrecto .

Habría que explicar aquí cómo está organizado el ejército de Estados Unidos en todo el planeta, con su medio millón de soldados en 395 bases militares con cientos de instalaciones en 120 países y sus 8 mil armas nucleares estratégicas y 22 mil tácticas  a efecto de entender la cooperación civil-militar que dirige la Casa Blanca desde siempre y que hace que los militares gringos influyan más en países como el nuestro en el mundo que los propios embajadores gringos .

El Pentágono declara continuamente que Estados Unidos se involucra en otros países, pero no explica que dicho involucramiento con frecuencia consiste en patrocinar el terrorismo para eliminar movimientos populares en todo el mundo, asesinando líderes y trabajadores, civiles, estudiantes, periodistas, sacerdotes, maestros y a cualquiera que apoye un orden social más igualitario dentro de sus propios países .

Dice Parenti  que Estados Unidos es odiado -no envidiado como creía el Presidente Bush- por la represión y pobreza que su política exterior ha impuesto en nuestros países. Las empresas gringas sacan el petróleo de Irak y privatizan y expropian la economía completa del país, dice . Al igual que en todos los países, dice John Perkins en sus ya varios libros .

Pues con éstos estamos tratando. Hoy con otro nombre y con otro grupo, pero los mismos con la misma historia.

Homero nos reclamaría no entenderlo, pues la historia nos lo enseña.

En lo interno, dice Barbara Ehrenreich  que Estados Unidos está polarizándose entre los pocos super ricos y todos los demás sub ricos: la del 2000 es una de las décadas más crueles…..un país cicatrizado por desigualdades profundas, corroído por la desconfianza y avergonzado por su crueldad oficial…..familias incapaces de obtener cobertura de gastos médicos para sus hijos deben buscar cobertura para animales y usarla para sus hijos…..empleadores que bajan salarios y beneficios a niveles tales que es seguro suponer que a los empleados pronto se les pedirá que le paguen a sus jefes por el privilegio de trabajar.   

Algo muy similar ha dicho siempre Viviane Forrester en París las últimas dos décadas en su famoso libro sobre el horror económico .

Leía yo hace poco en RT que el riesgo de que se rompa la cohesión social en Estados Unidos está muy presente; se refiere a “deflación, desempleo, pérdida de esperanza y empleos menos remunerados; hay una generación de personas que han vuelto de un montón de guerras y no tienen nada que hacer” . Existen 3 millones de jubilados de las fuerzas armadas, de los 5 millones a quienes el Departamento de Defensa le paga algún salario .

5.    El miedo del Presidente Trump

El presidente en turno de Estados Unidos es presa de sus miedos. El miedo modela su conducta individual .

La idea del muro es por el miedo a dañar a su país.

La idea de deportar a los inmigrantes es por los daños y riesgos que cree que provienen por su sola presencia en todo su territorio.

La idea de impedir la visita de los oriundos de países musulmanes refleja el miedo de lo que acusan o ven como terrorismo; que, además, no lo es. Dice estos días un columnista del diario digital Regeneración que el parlamento de Irán afirma que Trump tiene miedo hasta de su sombra .

La idea de “primero Estados Unidos” refleja el miedo o inconformidad de que es segundo. No es primero, nunca lo ha sido.

En la idea de “hacer grande a Estados Unidos” subyace que es chico.

En la idea de renegociar o eliminar el Tratado de Libre Comercio hay un cierto enojo de que los mexicanos hemos abusado de Estados Unidos; los saldos económicos de los últimos años son muy favorables a México, y sí son en contra de Estados Unidos. Tiene razón: lo hemos hecho bien al haber logrado obtener ventajas claras para México en el TLC; pero no lo sabemos, o no lo vemos igual, o nos informamos en falsedades o en temas sin importancia alguna.

La primera semana en el gobierno el nuevo Presidente de Estados Unidos ataca y amenaza a México y a su Presidente. Y firma decretos, por miedo, xenofóbicos e intolerantes.

Está lleno de temores. Es su naturaleza; su vida es así, si uno la analiza con detenimiento.

Tiene sus angustias.

Decía el líder supremo gobernante de Irán, Ayatolla Alí Khamenei, hace pocos días, que agradecía al señor Trump que Estados Unidos mostrara su verdadera cara, y advertía sobre la corrupción política, económica, moral y social del gobierno gringo .

Las ideas que cito reflejan también inseguridad, tanto en la persona del presidente como en la sociedad gringa .

Dice el Papa Francisco que cuando se generalizan las xenofobias y cuando ganan terreno las propuestas intolerantes, detrás de esa crueldad que parece masificarse está el frío aliento del miedo .

Miguel de Cervantes en el Quijote enseñaba que el miedo al poderoso y a nosotros mismos era nuestro enemigo más fuerte .

Lo que digo me permite afirmar que México es poderoso; así nos ve el Presidente Trump.

Nos ve como una amenaza . Y crea una sicología de guerra.

El miedo, su miedo, hay que enfrentarlo con racionalidad . Y hay que tener cuidado, que el miedo hace al lobo más grande de lo que es, dice el proverbio alemán .

6.    Las relaciones internacionales entre México y Estados Unidos

Las tensiones Estados Unidos-México son permanentes . Y se empeoran conforme México se fortalece. Esto pasa hoy.

Platicaba yo hace unos meses en París con el embajador mexicano ante la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que agrupa a 35 países  y que tiene como objetivo encontrar y establecer políticas públicas para el desarrollo en la economía globalizada.

Cuando me preguntaba él mi punto de vista sobre el presidente de Estados Unidos, le comentaba yo que lo que dice el señor Trump es vociferar lo que Estados Unidos ha hecho siempre con México, desde hace 200 años; sólo que hoy se dice abierta y públicamente por el propio presidente de Estados Unidos.

Antes se hacía lo mismo, siempre lo han hecho, pero nadie lo publicaba o vociferaba con ello. Para comprobar que siempre se ha hecho solo basta revisar el libro de Luis Zorrilla  sobre la historia de las relaciones México-Estados Unidos durante 160 años; o el de Gastón García Cantú , que describe 285 intervenciones y actos de agresión contra México.

Yo, en mi tesis para graduarme de la Maestría de Administración Militar para la Seguridad y la Defensa Nacionales que estudié hace pocos años en el Colegio de Defensa Nacional de la Universidad del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos, listé poco más de 150 agresiones, intervenciones y amenazas de Estados Unidos contra México durante los últimos dos siglos.

No hay nada nuevo bajo el sol, dice la Escritura. Todo hemos visto ya, y no hay que sorprenderse mucho. Lo que sí hay que hacer es analizarlo con inteligencia y usarlo para bien de México.

De alguna manera estamos entrando en una etapa de la historia en la que el poder monetario ya no crea las estructuras del poder político y económico .

Sin embargo, México ha estado produciendo dinero. Producir dinero es una manifestación de poder y fuerza. Y genera naturalmente peligro y riesgos para los países vecinos. El dinero es un arma .

Me decía hace poco un General de División mexicano retirado que Estados Unidos ha tenido como fin crear inestabilidad en el mundo, pues es su conveniencia; es parte de su política exterior.

¿No han creado inestabilidad en México las armas que Estados Unidos vende a la delincuencia organizada en territorio mexicano? Afirma la cancillería mexicana que el 90% de sus armas son de Estados Unidos.

Dicen Sergio Aguayo y José Antonio Crespo que México está en guerra…¿no es eso inestabilidad?

También hay que tener presente y analizar con seriedad que los críticos dicen que la política exterior de Estados Unidos ya no ha tenido éxito durante las últimas 2 décadas, pues se propuso la transformación de China, Rusia, Somalia, Haití, Bosnia, Kosovo, Afganistán, Irak y del amplio mundo Árabe sin lograrlo .

Este período de las últimas décadas coincide con el un poco desorden y entropía en México que describiré más adelante.

Friedman añade que los mexicanos no seremos capaces de pelear contra Estados Unidos hasta que no tengamos fuerzas militares similares ; pero que aún cuando Estados Unidos pueda derrotar a México en la guerra, la frontera social estará mil millas adentro del territorio de Estados Unidos, subyaciendo la pregunta de cuál debería ser la capital de Norteamérica: Washington o la ciudad de México. Con más probabilidad, dice, ésta última.

7.    Otras formas de hacer la guerra

Forma parte de las relaciones de México con Estados Unidos un paralelismo -una relación causa-efecto, como dicen los ingenieros- entre lo que cito aquí como fuerza y poder de México con lo que nos ha sucedido estas últimas décadas; lo que hoy escriben en Harvard como “la guerra por otros medios” . Países fuertes usan el poder geopolítico y militar para lograr objetivos económicos a través de 7 instrumentos de coerción económica contra otros países, principalmente Estados Unidos y principalmente contra los países emergentes: tipos de cambio, sanciones, precios de commodities, comercio, bloqueos, venta de armas, ciberespacio. Son otras formas de hacer la guerra.

La guerra y el comercio no son más que dos medios para alcanzar el mismo objetivo, que es poseer lo que se desea, decía alguien en Suiza.

La geoeconomía es el uso sistemático de instrumentos económicos para lograr objetivos geopolíticos . El corazón de la política es el poder; el objetivo de la economía es la riqueza, dice Michael Mandelbaum .

El poder tiene límites, la riqueza no.

La mayor parte de los economistas tienden a ver el mundo con poco aprecio a la realidad de la competencia por el poder entre naciones y hacen poco caso de fortalecer políticas económicas para proyectar el poder . Es decir, creen que el poder no proviene de la economía.

Venezuela sufre hoy, según el presidente Maduro, una guerra económica proveniente de un profesor venezolano en Harvard, en Estados Unidos , y ha ordenado su arresto. Y Cuba la ha sufrido por 50 años. Y suceden también contra Rusia, contra China, contra Irán, contra México. Y contra muchos otros.

Afirmo yo que las devaluaciones del peso mexicano son resultado de coerciones económicas de Estados Unidos contra México durante los últimos 40 años, años en los cuales la moneda mexicana se ha devaluado miles de veces. La devaluación genera pobreza, atraso, pérdida de competitividad y deterioro severo del nivel de vida: afecta claramente a la seguridad nacional, pues impide el desarrollo, que en la doctrina de seguridad nacional es el objetivo natural de las aspiraciones y de los intereses de México.

Solo imaginen ustedes el poder que tendría México hoy si no hubiéramos permitido esas devaluaciones todos estos años –miles de veces-, o si más bien hubiéramos hecho que el que se devaluara fuera el dólar, y no el peso mexicano. ¿Piensan ustedes que no se puede? ¿No será que más bien nunca lo imaginaron? ¿No construyeron el euro los europeos hace 20 años para protegerse de devaluaciones versus el dólar y más bien para devaluar al dólar? ¿Se puede? ¿Se quiere? ¿El Secretario de Hacienda del gobierno mexicano lo ha imaginado, intentado, diseñado, logrado? ¿O el Director del Banco de México? ¿O es inimaginable? ¿Alguna ley dice que no debemos aspirar a devaluar el dólar y a fortalecer el peso? ¿Y que el peso sea una moneda dura, de referencia mundial?


8.    La antropología de la formación de la identidad de Estados Unidos

Por otro lado y con otro propósito señalo que la realidad es que el pueblo mexicano ha sido parte de la historia de Estados Unidos desde mucho antes de que existiera Estados Unidos . Visto de otra forma, afirmo que la historia de Estados Unidos es la historia de México, y busco asirme de esta afirmación para asegurar que el territorio de Estados Unidos es mexicano, al menos en la parte en donde los mexicanos hemos vivido y construido la historia de Estados Unidos, que es en los 50 estados de Estados Unidos, aunque de manera diferente y de mayor o menor influencia o participación en cada uno de ellos, de los 50.

Si lo vemos como es, sin juicios pasionales, los latinos mismos manifiestan que “ellos son Estados Unidos”. ¿Sabrán lo que dicen?

Decía el actor español Antonio Banderas recientemente  que llegaba a comprender la dimensión real, el carácter universal, el indudable potencial y la fuerza incontenible de lo latino, y lo que entiende por latino es fundamental y mayoritariamente lo mexicano cuando se trata de analizarlo en Estados Unidos.

La vida cultural cervantina aporta valores culturales a Estados Unidos, decía, y la reflexionaba como proveniente de un crisol de comunidades que hablan la lengua de Cervantes y que enriquecen la vida cultural y aportan valores apoyados en su propia dignidad, en el trabajo duro, en el sacrificio y en el poderoso regusto de sentirse unidos, contra nadie, añadía. Con el corazón abierto y la curiosidad por bandera.

Hay un orgullo de sentirse hispanos en Estados Unidos, y hay que seguir en el camino de consolidar un respeto que permita reivindicar nuestra lengua y hacernos fuertes para competir en igualdad de condiciones en Estados Unidos, afirmaba.

Cita, finalmente, a Cervantes, cuando el Quijote le dice a Sancho que como no está experimentado en las cosas del mundo, todas las cosas que tienen algo de dificultad le parecen imposibles: le aconsejaba que confiara en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.

Los que han ocupado Estados Unidos, dice Rodolfo Acuna, han tenido luchas y tomado decisiones que enmarcan su identidad hoy .

Hemos ocupado Estados Unidos, dice. Hemos insertado ahí la identidad mexicana. Los territorios ocupados mantuvieron algunas características  locales muy fuertemente. En cierto sentido, son nuestros Estados Unidos: más los mexicanos construimos Estados Unidos que los americanos-mexicanos –como le llaman ellos- se integraron a la sociedad de Estados Unidos. Es decir, integramos más la identidad de Estados Unidos que lo que ayudamos a construirlo. Y crecemos rápido allá, señalan , con índices de fertilidad mayores a los de las mujeres mexicanas en México .

Dentro del territorio de Estados Unidos, los mexicanos no están aislados de su tierra. En muchas formas ellos representan una extensión de su tierra en Estados Unidos .

La etnia mexicana ha jugado un rol en modelar a la sociedad de Estados Unidos .

Admitiría yo la lógica de que los whites provienen de las 13 colonias originales que se independizaron de Inglaterra y que lo demás, histórica y antropológicamente, no es gringo, o white; y es, como dirían en Asturias, tierra conquistada. Que así es.

Afirmo que California y Texas son mexicanos; Mandelbaum  las llama posesiones imperiales, de imperio. Son mexicanos y lo seguirán siendo, pues antropológicamente no puede modificarse su origen ni su identidad. Estados Unidos adquirió posesiones imperiales para su programada expansión al Pacífico , afirma.

La posesión que hoy tiene Estados Unidos de los territorios mexicanos es temporal; de 150 años, pero temporal.

Dicha posesión es militar, y política, sí, pero la concepción griega del origen del hombre en los dos principios, intrínseco y extrínseco, me permite afirmar, nuevamente, que lo antropológico, por provenir de un ser superior al hombre, el creador, es de grado natural e infinitamente superior al artificio humano del derecho, del cual resulta lo político, y hasta lo militar.

Es decir, antropológicamente los territorios mexicanos lo son por el origen de la identidad nacional mexicana, constructora también de la historia de Estados Unidos, aunque dichos territorios políticamente estén bajo el dominio temporal de Estados Unidos. La identidad y la naturaleza de la mexicanidad no pueden estar bajo el dominio del derecho ni de la política, y menos de lo militar; es al revés, lo antropológico domina y supera al derecho y a cualquier artificio humano, por ser el hombre lo que es, en este caso lo mexicano.

La frontera cultural de México se mueve hacia el norte aún cuando la frontera política se mantiene estática .

Para ser más claro, de ahí el miedo: un antropólogo serio e inteligente, que entienda bien al hombre, no puede afirmar que los territorios construidos por mexicanos sean gringos nunca. Son y serán mexicanos, aunque el dominio militar y político impida su administración y el destino –temporal- de su riqueza física, y económica, y geográfica.

Es fácil encontrar mapas en las redes sociales -elaborados por los mismos migrantes mexicanos en Estados Unidos- que muestran a los dos países como uno solo que identifican como los Estados Unidos de México.

No ayudamos, fuimos actores importantes, siempre, desde el siglo XVIII. Siempre será más importante lo antropológico que lo político, repito. Lo político, lo militar incluido, es pasajero, es humano, es artificial; y cambia. Y lo antropológico no cambia: el hombre sigue siendo mexicano, y México sigue y seguirá siendo México.

Esta lectura mía pondría a pensar a algunos historiadores, tanto de Estados Unidos como de México. Es otra forma de ver a Estados Unidos; es la forma en la que yo quiero verlo, analizarlo, resolverlo.

Y no es un tema numérico, de los 50 millones de mexicanos que viven allá como parte de los 320 que lo integran, al igual que la composición y número de razas indígenas que suman 9 millones en territorio mexicano; pues somos mexicanos por la mezcla de los indígenas con los españoles, aunque los mezclados seamos 110 millones. Seguimos siendo mexicanos, y no españoles, aunque seamos la mayoría más parecidos a los españoles que a los mexicas.

Por eso no es un tema de números, sino de construcción de identidad por la nacionalidad, a la que conforman las razas, las costumbres, los valores y los sitios que habitan y las familias que la componen; que eso significa la nacionalidad.

9.    La fuerza y el poder de México

Henry Kissinger le decía por escrito a Richard Nixon, Presidente de Estados Unidos, que de la lista de países peligrosos para Estados Unidos en los años setenta, el número 1 era México. 

México es considerado por Estados Unidos como un país peligroso para ellos. Diría yo que desde siempre.

A mi juicio, la señal que debemos ver es que, para Estados Unidos, México es mucho más fuerte y poderoso de lo que pensamos los mexicanos.

Atacar a México implica que le teme a México. Como a China, a quien también ataca y critica; o a Rusia, de quien los militares gringos profesionales aseguran que es la única nación cuyo ejército puede destruir a Estados Unidos en 20 minutos .

Compara a México con China y con Rusia; son sus primeros objetivos, discursos, preocupaciones, decretos. Afirmo que implica que tenemos para Estados Unidos la misma importancia que Rusia y que China. Y eso es excelente para México, pues nos hemos posicionado en el mundo tan bien que le generamos miedo a Estados Unidos.

Aún más, México ya es motivo de atención cuidadosa para Estados Unidos en sus elecciones internas, y algunos afirman que México es decisivo para sus elecciones; y yo creo que hoy lo es más que nunca.

El Presidente Obama decía en Iowa a los editores de The Des Moines Register que él había ganado las elecciones gracias al desprecio que el Partido Republicano mostraba hacia los latinos .

En las cuentas de Estados Unidos, los mexicanos son más de dos tercios de los latinos, o hispanics, como nos llaman ellos. México es la mayor minoría, como dicen ellos y los mexicanos.

Para mí, México está construido dentro de Estados Unidos, en su identidad, en su soberanía y en su territorio, como he afirmado.

Para explicar un poco el poder y la fuerza de México que causan miedo en Estados Unidos, debo decir que desde fines de los años setenta me percaté de que, tras el milagro mexicano, la época en la cual México creció durante 40 años a tasas promedio de 5.8% anual, de los 40´s a los 80´s, las diferencias demográficas y económicas entre ambos países se redujeron notablemente : hemos venido alcanzando a Estados Unidos.

Me refiero específicamente a la población total, a la población económicamente activa, al producto interno bruto y al ingreso per cápita; variables todas que relacionan a la población con el dinero que cada país produce en bienes y servicios. Que así se mide la economía ya por un par de siglos.

Cito algunas cifras para su atención: en 1950, el producto interno bruto de México era 252 veces menor que el de Estados Unidos; en 1960 era 32 veces menor: había crecido 8 veces más rápido que el de Estados Unidos durante una década. Pues bien, este producto interno bruto de México, en 1981, era solamente 9 veces más pequeño que el de Estados Unidos: seguíamos creciendo mucho más rápido que ellos, por 40 años.

A la fecha, la diferencia entre los dos productos internos brutos se ha mantenido ahí: en 9 veces; por ya casi 40 años, los últimos.

De los últimos 80 años, los primeros 40 crecimos muy rápido; los últimos 40 hemos crecido muy lento. No hemos seguido creciendo más rápido que Estados Unidos; nos tomaron la medida, nos controlaron, nos emproblemaron, o como Ustedes lo quieran ver o entender.

Si México hubiera continuado con el esquema que empleó el gobierno mexicano durante el período del milagro mexicano, habríamos alcanzado al Japón en el año 2000, calculaba yo en los años setenta durante mis clases sobre México que he dado en la Facultad de Ingeniería de la UNAM por más de 40 años.

Japón es el 40% de los Estados Unidos, medido en producto interno bruto, y el 40% de su población. Junto con Alemania, es el enemigo tradicional de Estados Unidos por ya un par de siglos. No sólo son enemigos comerciales, sino también económicos, financieros, políticos, militares y hasta culturales.

Seríamos, México, desde hace 20 años, el país número 2 del mundo en producción de dinero.

No hacíamos entonces mucho caso de China, un poco de Rusia en la posguerra, poco de la India, y Brasil siempre fue un poco adelante de nosotros. Y quiero aclarar que visto bien, la segunda guerra mundial no la ganó Estados Unidos, sino Rusia, que fue quien acabó con el ejército alemán de entonces. Aunque en Occidente toda la propaganda ha dicho que la guerra la ganó Estados Unidos, y nosotros así fuimos aleccionados.

Afirmo que no hemos actualizado ni mejorado nuestro pensamiento respecto al crecimiento y desarrollo del propio México durante el siglo XX. Y no lo mejoramos porque nos hemos habituado a denostarnos permanentemente ya desde hace un par de décadas. Por influencia gringa, también, que puedo comentar. Denostarnos nos impide percatarnos de nuestra propia fuerza y poder.

Pues es a esta fuerza y poder de México, construido desde hace 70 años, a lo que se deben los miedos de Estados Unidos.

Sin embargo, ¿qué sucedió en México en los años ochenta? ¿y en las 2 décadas subsiguientes, hasta hoy?

Múltiples devaluaciones –permanentes y respecto al dólar-, la escisión del PRI –debilitándolo brutalmente y rompiendo el entonces crecimiento ejemplar de México-, los gobiernos del PAN –primerizos e inexpertos-, el nacimiento del PRD –que concentra a las izquierdas-, la desestabilización del país –México está en guerra, dice Sergio Aguayo-, la inseguridad –más la sensación que la verdad-, la volatilidad de los mercados bursátiles –permanente-, la aparición de la doctrina de la competitividad –que cualquier devaluación elimina por completo-, la proliferación de la globalización – en Francia dicen que la globalización es la guerra del capitalismo contra los pueblos del mundo-, la propaganda permanente acerca del sueño americano –por Steven Spielberg-, la aparición de los derechos humanos –desde la Constitución de Estados Unidos-, las dos o tres crisis económicas más grandes del siglo XX –del 87 y del 94-, la reducción drástica de la tasa de natalidad y la consecuente reducción del crecimiento de la población mexicana –propósito gringo desde el presidente Nixon-, el incremento brutal del contrabando de armas de Estados Unidos a México –con la anuencia descarada del gobierno gringo-, la proliferación interna de armas cortas y largas y hasta de misiles –casi todo gringo-, la proliferación de medios de comunicación sin control alguno –con el pretexto de la libertad-, la aparición y proliferación de las ONG’s –financiadas por el gobierno gringo y por las empresas globales gringas-, el denuesto de México y de los mexicanos por los mismos mexicanos –denuesto en el diccionario significa injuria grave de palabra o por escrito-, la crítica permanente del sistema mexicano de justicia –acicateada por los gringos y las ONG’s-, la inserción de costumbres gringas por doquier –en la comida, en el vestido, en el lenguaje, en las costumbres, en los viajes, en la educación, en el cine, en la televisión, en los espectáculos-, los juicios orales –gringos-, el aborto –gringo-, el divorcio –gringo-, la destrucción de la familia –Juan Pablo II le llama la cultura de la muerte-, la crítica permanente a la educación –cuando más mexicanos van a la escuela aquí que gringos en Estados Unidos-, el hacer a Dios a un lado en familias y escuelas –con la aprobación de la Iglesia-, el ejército a las calles –estrategia del ejército gringo-, la policía incapacitada –quienes iniciaron la corrupción mundial en la globalización fueron los gringos-, y varios otros fenómenos más.

Todo esto rompió la paz y el desarrollo.

En resumen: desorden, falta de ideas claras, rebeldías por doquier, poca eficiencia de gobierno, dirección imprecisa, división de la población, y dinero, mucho dinero.

Y ha estado afectando todo el tiempo a la seguridad nacional porque hace inejercible la soberanía, hace irreal la independencia nacional y amenaza permanentemente la integridad del territorio mexicano. Hoy y por Estados Unidos y contra Estados Unidos.

¿No ya hablan hasta de tropas los presidentes? ¿Alguien necesita datos más frescos que estos?

10.     La proyección del poder de México

Para los que estén preocupados porque ha pasado mucho tiempo y no sepan de historia, de la cual Homero decía  que es la maestra de los pueblos, debo decirles que cuento con muchos ejemplos de naciones que han recuperado territorios.

Lo que sucedió en España por 700 años: el dominio militar y político árabe se fue tras 7 siglos de presencia, y nadie duda hoy de que España sea España.

Lo que sucedió en la Yugoslavia moderna por cien años: los pueblos todos volvieron a lo suyo -lenguas, religiones, política y ejércitos propios- tras la desaparición del régimen comunista, político y militar.

Lo que sigue sucediendo en la Alsacia hoy francesa, que ha sido alemana el 70% de los últimos 1,700 años –en la toponimia se marca su origen, al igual que en California y Texas- y de la cual los franceses tienen la posesión –política y militar- durante los últimos casi cien años, tras la primera guerra mundial; es interesante citar aquí que los franceses que querían recuperarla hace 250 años eran calificados de tontos soñadores: pues hoy es francesa, repito.

El caso de Israel y Palestina, que puedo explicar.

El de Sudáfrica entre los negros africanos y los blancos europeos y los criollos.

El de la mal llamada Nueva España, que yo disfruto en identificar como el nuevo México, que nunca ha dejado de ser Mexica; y menos ahora, sin españoles, o con menos. La Nueva España no es Nueva España, es un México Modificado, y no fue prehispánico el anterior, sino que más bien es un México posthispánico el posterior; y hoy somos más México que nunca: más grande, más fuerte y mejor definido e integrado. ¿Alguien duda hoy del sentimiento mexicano de origen Mexica?

Afirmo que Estados Unidos tendrá que pagar con un precio muy caro, finalmente, su característica básica de ser una nación que no es nación, pues es resultado de migraciones, no de naciones; y que, en cierta forma, puede pensarse que no existe la nación, pero sí el dominio político y militar white en sus territorios actuales.

No hay un dominio antropológico en Estados Unidos en el sentido de su origen y su identidad no comunes, los cuales son elementos básicos de las naciones, según dice Federico Chabod  en la Universidad de Roma.

Cito además al embajador japonés en México, Akira Yamada, quien se preguntaba hace pocos días en una entrevista en la televisión que por qué los mexicanos no creemos en nosotros si ellos sí creen en nosotros: ¿por qué no creen los mexicanos mismos, decía, en el futuro de México?”.

Y a Thomas L. Friedman , del The New York Times, quien afirma que México será la potencia económica más dominante en el siglo XXI.

O a George Friedman , quien afirma que México será en 2040 una potencia regional mayor, que le ganará la guerra a Estados Unidos a la mitad del siglo, que ya está ranqueado con Estados Unidos y Europa en el Índice de Desarrollo Humano  y que ello significa que ya no puede ser visto como un país en desarrollo. A China la ven como una emerging power, por ejemplo, y así quiero yo que México sea visto.

O a la proyección reciente que Price WaterHouse  ha hecho sobre las economías más poderosas del mundo en 2030, en donde México está en el lugar 9 y es solo 6 veces más chico que Estados Unidos.

11.    Final

El desafío de China  a Estados Unidos emerge de una combinación de crecimiento económico y un sentimiento nacionalista de raíces profundas; ambos los tiene México.

Solo necesitamos la reorientación de la política exterior, en la cual la fuerza militar es un componente central .

Necesitamos no más de 40 años para rebasar en poder y fuerza a Estados Unidos; no es mucho: poco más de una generación.

Tenemos la fuerza y el poder, solo nos falta la determinación del Presidente.

Si nos dejamos intimidar perdemos liderazgos .

Gracias.

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