Columna | P u l s o P o l i t i c o
En el acto conmemorativo del 88 aniversario del PRI, el dirigente nacional de ese partido, Enrique Ochoa Reza, afirmó que entre las fortalezas del partido Revolucionario Institucional, están la unidad y la cohesión de sus militantes.
Lo dijo ante el Presidente Enrique Peña Nieto y casi todo su gabinete y ante los integrantes del comité nacional y los dirigentes de su partido en los 32 estados del país.
El presidente nacional priista, ¿no estará enterado de lo que ha pasado en Puebla desde el 2010, año en que por primera vez en la historia de la entidad, el PRI perdió la elección de gobernador?
Como el candidato del PAN a la gubernatura, era de extracción priista, partido en el que había militado toda su vida, muchos miembros del partido tricolor, apoyaron su candidatura pues tenía relaciones con la militancia priista desde que ocupó la titularidad de la Secretaría de Finanzas y luego fue diputado local y diputado federal.
Y al cambiar de partido para luchar por una senaduría, muchos priistas lo siguieron y también cuando lanzó, por el PAN, su candidatura a la gubernatura.
Luego entonces, el partido Revolucionario Institucional, tiene ya por lo menos seis años de divisiones internas, que se han venido agravando en cada elección.
Si hubiera unidad y cohesión entre los priistas poblanos, ¿hubieran vuelto a perder la gubernatura?
Pero en las elecciones de ayuntamientos y diputados locales anteriores, el PRI solo logró el triunfo en 85 de los 217 ayuntamientos de la entidad y el PAN y sus aliados, tienen mayoría absoluta en el Congreso, reforzada por la “oposición responsable” que representa el PRI.
Lo más grave en este asunto, es que los priistas ya están divididos y parece que nadie puede hacerlos entrar en razón, de que esa división los llevará al despeñadero de la derrota.
Lo que estamos comentando no es nuevo: en otros estados donde ha gobernado la oposición, el PRI entra en un proceso de descomposición interna, del que tarda algún tiempo en reponerse. El caso más evidente ha sido Baja California.
Desde hace casi 30 años que llegó el PAN al poder, el primer estado gobernado por el partido de la derecha, el PRI no ha levantado cabeza; en Guanajuato, estado conservador del bajío, ha ocurrido algo similar. En Michoacán y Guerrero, donde los triunfos opositores han sido del PRD, el PRI ya no es el mismo. Claro, ambas son entidades que tienen una población liberal con mucho arraigo y consecuentemente las disputas por el poder son entre el PRI y la izquierda y se van turnando, según el desempeño de las autoridades elegidas.
En Puebla el PRI puede recomponerse, pues pese a haber estado ya el PAN seis años en el poder, no ha logrado penetrar en la población, ni el PAN ha crecido como se dice, pues el crecimiento de que se habla es ficticio.
Pero para que el PRI se recomponga en la entidad, se requieren dirigentes nacionales y locales, que estén plenamente conscientes de la situación que se vive aquí; que dialoguen con todos los grupos, con todos los sectores, con los aspirantes a la gubernatura y que les hagan ver qué candidato a gobernador solo será uno y que los demás pueden obtener posiciones para diputaciones locales o federales y para el senado, para presidentes municipales o síndicos y regidores. El pastel en esta elección que viene (la del 18) alcanzará para todos, pues el PAN propuso y el PRI torpemente aceptó que las elecciones para renovar a los poderes federales, estatales y municipales de todo el país, se llevaran a cabo en un solo día.
Los problemas que van a tener los partidos políticos, las autoridades electorales y las autoridades en funciones en la etapa pre y postelectoral, van a ser inéditos, pero bueno, el mal ya está hecho.
Propone el diputado federal priista, Alejandro Armenta, un punto de acuerdo al Congreso, para exhortar a los 217 ayuntamientos de la entidad, a comprometerse a cumplir con la obligación constitucional que tienen, de proveer a sus gobernados de los servicios básicos de agua potable, drenaje, alcantarillado y tratamiento y disposición de sus aguas residuales; que establezcan bandos de coordinación con el gobierno de la entidad poblana, que garanticen el derecho constitucional de acceso, disposición y saneamiento del agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible por las instancias estatales y municipales competentes, sin que esto implique su privatización.
También demanda que la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, exhorte al gobierno del estado de Puebla, para que transparente, las bases y modalidades bajo las cuales, llevó a cabo el proceso de privatización en 25 municipios de la entidad durante 2013 a través de la empresa “Concesiones Integrales”, cediendo los derechos, por 30 años.
¿Hay unidad y cohesión en el PRI?
Lunes, 06 Marzo 2017 20:12 Escrito por Gabriel Sánchez AndracaDeja un comentario
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