Lira Rugarcía: la Iglesia y su compromiso con migrantes

Lunes, 07 Julio 2025 21:35 Escrito por Raúl Torres Salmerón

Columna | Sin Límites

*México, país peligroso para ser sacerdote, expresa el obispo nacido en Puebla

El Obispo de origen poblano y actual titular de la Diócesis de Matamoros-Reynosa y responsable de la Dimensión Episcopal de la Pastoral de Movilidad Humana en México, Eugenio Lira Rugarcía, en entrevista, habla del compromiso constante de la Iglesia con los migrantes, en particular las víctimas del drama de la “migración en reversa”, provocada por las nuevas políticas migratorias en Estados Unidos. 

En este contexto, reconoce con gratitud la entrega de quienes actúan como verdaderos “apóstoles de los migrantes”. El ex Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Puebla, revela también los detalles de su reciente visita a Roma para participar en el Jubileo del Clero, un evento que vivió como una “gracia muy especial”.

Los conceptos expresados fueron los siguientes:

-Ha sido un tiempo de gracia en el que he comprobado una vez más que el Espíritu Santo armoniza en el amor de Cristo la diversidad de pueblos, de culturas y de personas y nos va llevando adelante. Esto me ha reanimado en la verdadera esperanza, que es Dios, con quien todo acaba bien.

-Conocí al Papa León XIV durante la visita ad limina apostolorum, a los umbrales de los apóstoles, de los obispos de México en 2023. El entonces Cardenal Prevost, Prefecto del Dicasterio para los Obispos, me causó una excelente impresión por su gran bondad. 

-Al verlo convertido en Sucesor de San Pedro y Vicario de Cristo, reflexiono sobre la era en que Dios va llevando las cosas según los proyectos de su corazón, buscando siempre nuestro verdadero bien: que lleguemos a Él, en quien seremos felices por siempre. Y eso me ha fortalecido en la esperanza.

-Aunque la muerte del Papa Francisco nos llenó de dolor, con la elección del Papa León XIV, el Señor nos ha demostrado que siempre nos envía la ayuda que necesitamos en el momento oportuno para llevarnos adelante, hasta la meta: ser uno en Él.

-En el encuentro que el Pontífice mantuvo con los obispos el pasado mes de junio en Roma, en junio pasado, me conmovió profundamente su exhortación a que los obispos seamos conscientes de la llamada que el Señor nos ha hecho a ser principio visible de unidad, algo que el mundo necesita con urgencia.

-El Papa nos recordó que los obispos debemos ser hombres de fe; de esa fe que es fiarse de Dios, adherirse a Él, vivir como enseña y hacer lo que pide, sabiendo que Él nos lleva adelante.

-Esa es la esperanza que la gente necesita frente a las penas, los problemas y las incertidumbres de hoy. La única manera de compartir esta luz que nos permite avanzar en medio de las dificultades es proyectar a todos, con oración, palabras y obras, el esplendor del amor que ha sido derramado en nosotros: el Espíritu Santo. 

DRAMA DE LA MIGRACIÓN FORZADA

-Como encargado de la Dimensión Episcopal de la Pastoral de Movilidad Humana de la Iglesia Católica en México, lamentó el drama de la migración forzada, es terrible, miles de personas obligadas a dejar su hogar, su tierra y sus pertenencias para lanzarse a una aventura peligrosa y a un futuro incierto. Muchos, al llegar a su destino, se enfrentan a la soledad, el rechazo, el racismo, las amenazas y el miedo. 

-Sufren el dolor de los sueños truncados al ser retornados, reviviendo el duelo de dejar a su familia, amigos y una vida de trabajo e integración en la comunidad que los había acogido. Es terrible.

-Algunos migrantes pueden cometer delitos, pero son muchos más los que actúan con rectitud y que con su vida y su trabajo, contribuyen al bien y al progreso material y espiritual del país que los acoge.

-La Iglesia en México, obispos, sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos, con gran generosidad, profesionalismo y amor sirven a los hermanos migrantes en casi 60 casas de acogida, centros de atención y comedores distribuidos por el sur, centro y norte del país.

-Estos servidores son los valientes apóstoles de los migrantes que actualmente están enfrentando una nueva realidad, la migración en reversa. 

-México es uno de los países más peligrosos para ser sacerdote. Hay que animarlos para que no tengan miedo. La vida, como decía San Pablo VI, es estupenda, dramática y temporal. Se pasa rápido. Y sólo se vive una vez en esta tierra.

-No desaprovechen este gran regalo, no lo desperdicien viviendo encerrados y siendo del ‘montón’, imitando conductas que la mayoría sigue sin saber por qué. Descubran lo mucho que valen y ábranse a la llamada de Dios. Él los acompañará siempre y les echará la mano para que vivan plenamente su vocación. ¡Es maravilloso ser sacerdote! ¡Es una llamada de amor para amar! ¡Vale la pena!

La entrevista con el Obispo poblano, la realizó Almudena Martínez-Bordiú de la Agencia Católica de Informaciones (ACI Prensa), el pasado 3 de julio de 2025.

En fin, como dice la canción No me Llames Extranjero, del cantautor argentino Rafael Amor:

No me llames extranjero
porque haya nacido lejos
o porque tenga otro nombre la tierra
de donde vengo.

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