Seguir los caminos del señor

Domingo, 07 Diciembre 2025 21:24 Escrito por Víctor CORCOBA HERRERO / Escritor

Reflexión Poética | Compartiendo Diálogos Conmigo Mismo

PRIMICIA DE ESTA NUEVA HUMANIDAD ES JESÚS: Asociemos pausas, renovemos, removamos y movamos pulsos, bajo la orientación de acogerse y recogerse, para ir del reino del mal al reino de Dios, del dominio del pecado y la muerte a la del amor y su proceder. Ella, la Virgen Madre, es el inmaculado horizonte que Dios mismo se proyectó para revelarse. A su intercesión materna, encomendamos nuestros desvelos y humildes aspiraciones, con la conversión del corazón.

I.- SEDIENTOS DE AGUA VIVA

El Señor, que es el manantial, 
la maravilla que nos estimula, 
vino a habitar entre nosotros, 
para renovarnos internamente, 
y alzarnos de todas las caídas.

Con Jesús no hay desolación, 
ni desiertos que nos arruinen,  
sus contornos son refulgentes, 
tan níveos como sus marchas, 
que nos infunden de regocijos.

Estamos deseosos de abrigar, 
a ese niño que todos llevamos
adentro, con los ojos de la fe, 
para que nos riegue de cariño, 
y nos encandile de esperanza. 

II.- ANSIOSOS DE CONVERSIÓN 

Nunca es tarde para colmarse, 
para enmendarse y calmarse, 
para amonestarse y rehacerse,
como penitente en penitencia,
con el deseo de volver a Dios.  

En el declive de nuestro paso, 
y en la coyuntura de la muerte, 
se nos juzgará según el rastro,
de semejanza o desemejanza,
con el Crío que está por nacer. 

Que la Virgen María nos guie, 
a una cierta mutación del ser, 
a fin de que podamos realizar,
las iniciativas para armonizar, 
nuestra mente con la Palabra.

III.- ARDIENTES DE RENUEVO

La vida es un brote cotidiano, 
un deseo de renuevo y retoño; 
y, los frutos del amor de amar,
son las obras que nos reviven,
al ser la loa eterna que aflora. 

Nada surge porque sí, hemos
de forjarlo con espíritu de fe, 
buscarlo y rebuscar con afán,
el gozo y la alegría del Señor, 
que es el que nos da impulso. 

Postula por nosotros, Madre; 
danos días de apacible hogar, 
vela sobre nuestros caminos, 
haz que advirtamos a tu Hijo,
cuajados de paz en su Belén.

Víctor CORCOBA HERRERO
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