Hay alarma en todas las regiones del estado

Lunes, 03 Julio 2017 17:31 Escrito por Gabriel Sánchez Andraca

Columna | P U L S O   P O L I T I C O

       Los últimos acontecimientos han alarmado, tal vez con razón, a la sociedad poblana, pues la delincuencia parece estar más activa que nunca no solo en la capital, sino en ciudades y pueblos del interior.

       Se habla de seis muertos en Huehuetlán el Grande, donde una familia se negó a pagar derecho de piso a quienes exigían dicho pago sin tener ninguna autoridad para ello. Era día de plaza y los hechos impactaron a una multitud que regresó a sus pueblos después de los hechos, sin haber concluido sus actividades.

        La madrugada de ayer, un joven de 27 años, falleció al pretender escapar de un grupo de maleantes que pretendió despojarlo de la camioneta en que viajaba. Su cuerpo fue trasladado a Tehuacán para la autopsia de rigor.

         En Molcaxac, hubo otro feminicidio, cuando un matrimonio después de una discusión, llegó a los golpes. El marido dio muerte a su conyugue, al causarle una hemorragia interna y fractura craneoencefálica.

         En Izúcar, un motociclista fue lesionado con arma blanca, para robarle su moto cuando viajaba de Izúcar a Rabozo, una junta auxiliar cercana y para finalizar, en Jolalpan, encuentran a un joven muerto por arma de fuego y en Acatlán de Osorio, investigan la muerte de otro joven, para determinar si fue asesinato o suicidio.

         Ante esta situación que tiene alarmada a la gente, se hace necesaria una acción policiaca efectiva y rápida. Es necesario que la ciudadanía recobre la confianza en la autoridad. El gobernador Antonio Gali Fayad, ha gozado de simpatía y credibilidad, hay que evitar que eso se pierda, pues de lo contrario caeríamos en la ingobernabilidad.

        Las acciones policiacas deben ir acompañadas de labor social en la que deben participar maestros, padres de familia, representantes de todos los sectores sociales incluyendo a las iglesias, pues casos como el que ahora enfrenta Puebla, han sido ya padecidos por otras entidades del país, donde tienen el tejido social completamente destrozado.

        Hay que evitar eso a como dé lugar. Si la delincuencia logra romper el tejido social, tendrán que pasar muchos años, algunos dicen que varias generaciones, para regenerar ese tejido que es el que mantiene a los pueblos en el progreso o en el atraso, en la paz o en la barbarie.

        No hay que perder de vista que prácticamente ya se ha iniciado el proceso que culminará con las elecciones federales, estatales y municipales a mediados del año próximo. Serán las elecciones, ya lo hemos dicho, más complicadas de la historia, no solo porque por primera vez se realizará en un solo día, la renovación de los poderes federal, estatal y municipal, sino porque el país pasa por una situación de violencia, inédita y porque los partidos políticos y quienes integran esos partidos, andan agarrados de la greña, peleando posiciones para su gente.

       Lo bueno es que muy pocos de los partidos con registro, tienen gente y los pocos que la tienen, andan en pleitos placeros, pero la misma falta de fuerza de los partidos políticos, la desconfianza de los ciudadanos en ellos y la poca o nula estructura y organización que exhiben, los hace más peligrosos.

      Los predispone, ante la  falta de programas, planes de gobierno y análisis de la problemática nacional, a la llamada guerra sucia, en la que unos y otros, incluso del mismo partido, se llenarán de lodo. Eso contribuirá a descomponer más el ambiente.

       Eduardo Rivera Pérez, el ex presidente municipal de Puebla de origen panista, ganó el amparo que interpuso, ante la pretendida eliminación, por parte del Congreso local, para poder aspirar a un cargo público de elección popular, acusado de mal manejo de los fondos públicos durante su mandato.

        Se dice que la fracción morenovallista del PAN, pretendió eliminarlo como posible candidato de su partido a la gubernatura, pero el amparo de la justicia federal lo protege y por tanto, podría ser candidato de Acción Nacional, pues lo apoya un sector de ese partido.

         Hay una lucha interna en el PRD, por determinar si apoyan la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, a la presidencia de la república, postulado por Morena, o lanzan candidato propio.

        Lo cierto es que su dirigente nacional (del PRD) Alejandra Barrales y el dirigente panista, Ricardo Anaya, ya no andan negociando una alianza partidista, sino un frente amplio opositor, que así como están los partidos, sin organización, sin estructura, no servirá de gran cosa. Tal vez para hacer escándalo mediático post electoral y nada más.

         Pero mientras son peras o son manzanas, los pleitos internos siguen y el debilitamiento de las organizaciones políticas registradas y reconocidas, también.      

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