Columna | Desde el portal

 Un sismo de 8.2 en la escala de Ritcher cimbró al sistema político y a la sociedad mexicana y les recordó la existencia de miles de damnificados que quedaron en pie al lado de sus vetustas viviendas –y otros sepultados bajo los escombros-, y de inmediato el gabinete presidencial en pleno se hizo presente y se inició la pasarela de presidenciables, al lado del reparto de víveres y materiales de construcción, en una región tradicionalmente olvidada.

 Pese a los inmensos recursos naturales y ubicación geográfica privilegiada, el Istmo de Tehuantepec tiene comunidades sumidas en la miseria, en el abandono, en la explotación y en el caciquismo, y sólo ven pasar los años con proyectos que llevan ya un siglo que no aterrizan en la realidad, en tanto que las empresas eólicas se sirven con la cuchara grande en la explotación de la energía limpia que, si bien es favorable al desarrollo, no lo es tanto en el lugar donde se generan esos beneficios.

  Los fenómenos naturales que hacen víctima a los pobladores de esta zona –como ha ocurrido en diversos lugares del mundo en las últimas semanas-, lo toma desprotegidos: pierden lo poco que tienen y su rescate es motivo de capitalización política o de ganancias censurables para inmorales que van desde los banqueros que de inmediato abren cuentas para recibir donativos, hasta las autoridades municipales que lucran políticamente con las aportaciones de asociaciones y personas de buena fe.

 Sólo un terremoto de la magnitud de destrucción del pasado 7 de septiembre hizo posible que modestas comunidades del Istmo de Tehuantepec –incluida Chiapas- fueron motivo de la visita de funcionarios federales, más preocupados en la sucesión presidencial y de los reflectores, que en apuntalar la economía de la región. Junto con los víveres y la reconstrucción, deben proyectarse planes de desarrollo integral para que la riqueza natural de la zona sirva para mejorar los niveles de vida de la población. Descansen en paz las víctimas del terremoto.

TURBULENCIAS

Informe de Mancera y Del Mazo

 El jefe de gobierno capitalino Miguel Ángel Mancera rindió su V informe ante la ALDF y aunque se adelanta a las críticas a su administración y las acepta, habrá que señalarle otras: su mensaje de que el informe es de hechos, no de política, es una negación a su vocación. La política es el arte de gobernar y más en una persona como él que busca la candidatura presidencial; o es una propaganda sin contenido o no saben sus asesores lo que es la política…Y Jorge Alberto Pérez Zamudio se estrenó como comunicador del gobernador Alfredo del Mazo con una protesta  generalizada de los periodistas mexiquenses, al negar el acceso a representantes de medios acreditados. O fue un error o es la nueva tónica que se está ya generalizando en los tres niveles de Gobierno en el trato a los comunicadores…El rector de la UAEM, Alfredo Barrera Baca, en plenas fiestas Patrias dio la bienvenida a 24 estudiantes nacionales y 103 extranjeros que realizan estancias académicas en la máxima casa de estudios mexiquenses, y les recordó que la razón, la diplomacia y la organización son los instrumentos para dirimir conflictos y diferencias…

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