Columna | P u l s o   P o l i t i c o

Después de su derrota el pasado 5 de junio, el Partido Revolucionario Institucional en Puebla, en vez de buscar la unidad en sus filas muy divididas, ha entrado en una etapa de autodestrucción, que parece que nadie puede parar.

Priistas amigos nuestros, nos dicen que las “venganzas” no han terminado y que amenazan con acabar con lo poco que ya le queda al partido tricolor, por esa guerra de grupos que se ha iniciado y que parece no tener fin.

Doce de sus mejores operadores, buenos entre los mejor capacitados que ese partido tiene; que han participado en numerosas campañas y han obtenido, ya en la etapa “democrática” del país, numerosos triunfos, han sido despedidos, aunque ese despido se quiera ocultar con la figura de “renuncia voluntaria”.

Al parecer su error fue el de trabajar en la pre campaña para la candidatura a mini gobernador, con el doctor Enrique Doger Guerrero, ahora delegado del IMSS en Puebla.

Los “despedidos” a quienes se les exige la “renuncia por escrito”, fueron notificados esta semana de su salida del PRI. Ellos fueron ayer a las oficinas del PRI estatal a preguntar sobre la causa o las causas de su “despido”, pero no encontraron al presidente del partido, Jorge Charbel Estefan Chidiac, que al parecer había ido a la ciudad de México.

Ya lo habíamos dicho hace tiempo, el PRI parece haber entrado en una etapa de “perredización” es decir, el surgimiento de grupos, corrientes o tribus en su interior, que luchan entre sí con mayor pasión y coraje que con el adversario real, que es en este caso el PAN.

El PRD, no realizó en sus 25 años y un poco más de existencia, trabajos de afiliación, no creó estructura partidista y desde luego que su organización es mínima. Sus pleitos internos se lo impedían. Andrés Manuel López Obrador, que dos veces fue su candidato a la Presidencia de la República, renunció al partido que representaba a la izquierda nacional y fundó el suyo propio, Morena, y a él se fueron miles de perredistas descontentos con el manejo que hacían los llamados “Chuchos” desde la dirigencia nacional. Ahora Morena ocupa el tercer sitio como fuerza política en el Estado, y el PRD ha bajado al cuarto lugar.

¿Qué va a pasar con un PRI perredizado, dividido en pequeños grupos que se odian y que su odio los lleva a venganzas idiotas e inútiles? Lo mismo que con el PRD, que irá al despeñadero para acabar siendo una sombra de lo que alguna vez fue.

Los doce operadores despedidos, que estuvieron con el Revolucionario Institucional desde hace años en las buenas y en las malas épocas, que como pocos, conocen de operación político-electoral, conocen al estado como la palma de su mano y a la mayor parte de los líderes sociales y políticos de las ciudades y pueblos de la entidad, pueden encontrar acomodo para trabajar en lo que saben hacer y lo hacen muy bien, en cualquier organización política, pero sobre todo, dentro del morenovallismo que en casos como éste, sabe actuar con la rapidez e inteligencia que les falta a los priistas.

Los priistas de la base, y varios de nuestros informantes lo son, creen que hay un plan para entregar a Puebla a la oposición panista y señalan que el libro de Alvaro Delgado, “El Amasiato” editado por Proceso, habla de la forma en que se ponen de acuerdo políticos que ante el gran público se presentan como adversarios, pero que son capaces de traicionar a su propio partido y a su gente, para lograr sus propios fines.

Hay que esperar, es cuestión de semanas, el desenlace de esta sensacional historia.

El pasado 20 de junio el maestro, escritor y periodista Pedro Angel Palou, recibió un emotivo homenaje en el Colegio Oriente de Puebla, de donde fue alumno y posteriormente maestro.

El reconocimiento que se le hizo a don Pedro (padre) fue por una vida dedicada a la educación y al fortalecimiento de la cultura poblana.

Es autor del primer relato escrito que se hizo de la epopeya del 5 de Mayo de 1862; fue el primer director de la Casa de la Cultura y el primer Secretario de Cultura del Estado y es el presidente del Consejo de Cronistas de la entidad.

Su trabajo en pro de la cultura poblana, ha sido constante e intenso.

Nacido en el estado de Veracruz, concretamente en Orizaba, vive en Puebla desde su niñez. En el Instituto Oriente hizo sus estudios secundarios y de bachillerato y en esta ocasión se reunieron para homenajearlo, sus ex compañeros de escuela, sus ex compañeros de trabajo, representantes del gobierno del Estado y muchas personas que lo estiman, así como familiares, en total, más de 400 personas. Nos unimos a ese reconocimiento, muy merecido además.