Columna | P u l s o   P o l i t i c o
                        
                          La decisión del Partido Revolucionario Institucional, de no tomar los recursos de las prerrogativas que faltan de entregar correspondientes a este año y demandar que los demás partidos políticos hagan lo propio, ahorraría a la nación mil millones de pesos que se destinarían a la reconstrucción de los pueblos y ciudades afectadas por los sismos de este año.

                          No recibir el financiamiento para las campañas del 2018, representaría una cantidad cercana a los 7 mil millones de pesos, que también se destinarían al apoyo a las víctimas de los terremotos y finalmente, eliminar a los diputados y senadores de representación proporcional a partir de las elecciones próximas, ahorraría a la nación, más de 11 mil millones de pesos.

                          En opinión de Francisco Ramos Montaño, ex diputado local y federal y aspirante a dirigir al PRI en Puebla, su partido tardó mucho para hacer esas propuestas, que una gran parte de la ciudadanía viene demandando desde hace tiempo.

                          Hacerlo en estos momentos, la gente lo ve como oportunista, pero lo bueno es que ya se tomó la decisión y ahora hay que cumplirla.

                          Ramos Montaño, acepta que los comentarios sobre la lenta reacción de los partidos y de muchos políticos ante las catástrofes ocasionadas por los temblores registrados en este mes de septiembre, son negativos en casi todos los sectores del país. Aunque la reacción de los gobiernos federal y estatales en las entidades afectadas, fue mucho más rápida y efectiva que en 1985, en muchas partes fue rebasada por la sociedad civil que surgió de la nada, se organizó rápidamente y está actuando.

                         Para el joven priista esto significa que los políticos y sus partidos, deben estar mejor informados, mejor capacitados para reaccionar con eficiencia ante tragedias como la que vivimos. No hacerlo, es estarnos rezagando, ir a la zaga de una ciudadanía que con los nuevos elementos de comunicación, como el internet, las redes, etc., puede asumir una responsabilidad y organizarse en muy poco tiempo, como ha quedado demostrado.

                         Dice que los terremotos de este mes, encontraron a una sociedad mejor organizada y a autoridades estatales y federales, también mejor capacitadas para enfrentar esta emergencia, sin embargo, los partidos y sus militantes, ni siquiera contaron en los primeros días de la tragedia, como si se hubieran extinguido, no aparecían por ningún lado. Algunos políticos hicieron actos de presencia dando la impresión que iban solo para la foto y no para ayudar a resolver los problemas de los ciudadanos afectados por el fenómeno.

                         Mala impresión causó en el mundo político de Puebla, la aparición de la embajadora de México en Colombia, Blanca Alcalá, acompañando a la brigada enviada por aquel país sudamericano, para ayudar al rescate de las personas atrapadas entre los escombros de los edificios derruidos.         

                        Incluso numerosos priistas, expresaron su extrañeza, dado que apenas acaba de ocupar el puesto diplomático que le fue asignado y lo abandona “para venir a hacernos creer que fue ella la que gestionó la participación del equipo de rescatistas colombianos”.

                        La sensibilidad ciudadana está muy a flor de piel y no se ve lógico que un embajador mexicano, venga con los equipos de expertos en derrumbes, enviados por los gobiernos de los países amigos, porque si así fuera, hubieran aparecido también por estos rumbos, nuestros embajadores en Chile, en Ecuador, en Perú, en Israel y en Estados Unidos, entre otros.

                        Los políticos deben tener sensibilidad para poder interpretar el sentimiento del pueblo mexicano, de por sí tan desconfiado y ahora mucho más, sobre todo desde que hizo su aparición entre nosotros, “la democracia”, aunque todavía no, la justicia social.

                         Hubo un acuerdo entre la dirigencia estatal del PRI y los aspirantes a dirigirlo a nivel estatal y municipal, para esperar unas semanas más, que se normalice la situación general del estado, tan golpeado por el terremoto del 19 de este mes.

                         Mientras tanto los aspirantes desempeñarán trabajos de coordinación política que les sean asignados, a fin de prepararse para las elecciones de dirigentes. Estas serán solo de la dirigencia estatal y la municipal de la capital.

                         Los aspirantes son en general jóvenes con una nueva visión de las cosas. Y es que como se ha visto en estos días, la juventud mexicana está tratando de ocupar un lugar importante en la toma de decisiones. Hasta publicaciones como el diario El País, de España, han expresado su sorpresa de que los jóvenes hayan surgido como los protagonistas de la historia, en estos momentos de tragedia.

                         Ningún partido político mexicano se salva. Todos se han visto mal, faltos de unidad, de coordinación, de proyecto, se sensibilidad social ante el problema que se nos vino encima. Incluso en eso de renunciar a recibir sus prerrogativas, se vieron “tacaños”. Unos querían y otros no. Ofrecían solo un escaso porcentaje de los enormes recursos que anualmente reciben y los mucho más elevados que recibirían en este año electoral.

                          El PRI se decidió, pero fue tarde para tomar esa decisión. Los partidos del frente opositor, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, pretenden ser los autores de esta propuesta, pero en realidad el primero que propuso la entrega de recursos provenientes del gobierno federal para las campañas, fue Andrés Manuel López Obrador, el fundador y dirigente de Morena.

                          El PRI, aunque con un retraso de días (los tiempos políticos son importantes)  decidió hacer la propuesta concreta y ahora hay que estar pendientes para que la cumpla, pues una cosa es prometer y otra cumplir. No hay que olvidar el dicho popular que reza: “El prometer no empobrece, el dar es lo que aniquila”.