Columna | P U L S O P O L I T I C O
Dicen que en las dificultades, durante los problemas que se presentan de improviso, es cuando se conoce a una persona y máxime si esa persona tiene una alta responsabilidad. En el caso de Puebla, el gobernador Antonio Gali Fayad, agobiado ya por problemas de inseguridad, de robo de combustible, de asalto a trenes de carga y de una larga lista de mujeres asesinadas en territorio poblano, tuvo que hacer frente a la tragedia derivada del terremoto ocurrido el pasado 19 de septiembre y a decir verdad, lo ha hecho bastante bien.
Se ha mostrado incansable desde hace un mes en que ocurrió el sismo, que dejó una gran zona del estado, la llamada mixteca y a la misma ciudad de Puebla, devastadas, con edificios públicos, iglesias, escuelas y casas particulares, derruidos o seriamente afectados.
El mismo día del terremoto, el jefe del ejecutivo poblano sacó la casta. Recorrió los lugares más emblemáticos de la capital, donde hubo cuantiosos daños y se lanzó a recorrer los pueblos de la zona mixteca, donde esos daños fueron enormes por pérdidas materiales y de vidas humanas.
No ha parado desde entonces. Diariamente se le ve en pueblos pequeños, medianos y grandes, hablando con la gente, viendo que llegue la ayuda necesaria para que el ánimo no decaiga.
No es un político profesional, es un hombre de buena fe que recientemente ingresó a la actividad política como presidente municipal de Puebla y ahora como gobernador y lo está haciendo bien, porque indudablemente que quiere a su ciudad natal y a su estado; lo está demostrando.
Tiene además un equipo de funcionarios poblanos, que están trabajando solidariamente con él, contagiados de su entusiasmo, de su alto espíritu de responsabilidad y de su cariño por su ciudad y por su estado.
Los funcionarios federales (delegados) están trabajando al mismo ritmo y coordinados por la autoridad estatal.
Mientras en la confusión originada por la tragedia, en varios estados afectados se estorbó la llegada de los apoyos que venían de todas partes, en Puebla todo se hizo abiertamente y quienes pretendieron aprovechar para su beneficio personal o para su corriente política esos apoyos, fueron parados de inmediato por la propia autoridad.
A un mes de la tragedia, Puebla poco a poco ha ido recobrando la calma y ha iniciado la reconstrucción y empiezan a fluir los apoyos económicos para quienes han perdido todo o parte de su patrimonio.
Y si bien es cierto que la atención del gobierno estatal se ha volcado hacia la zona siniestrada, en ningún momento ha descuidado los otros graves problemas que enfrenta Puebla, como es el del robo de combustible en la zona del llamado “triángulo rojo”, que ha bajado ya en forma considerable; ni tampoco se ha desentendido del asalto a trenes de carga en la ruta a Veracruz, que está siendo combatido por fuerzas federales y estatales, ni se ha hecho “guaje” en el problema de los feminicidios.
Los diputados ya tienen un proyecto de ley para reglamentar el servicio privado de taxis, al que se habían colado delincuentes que ya habían participado en hechos delictuosos graves, a fin de poner orden en ese aspecto y también se ha montado un operativo para proteger a estudiantes universitarios, principalmente a mujeres, de las agresiones de que han sido objeto en las últimas semanas por la delincuencia.
Antonio Gali nació en Puebla, todos sus estudios básicos y profesionales, los hizo en Puebla. Es aquí donde ha hecho su vida privada y pública, es aquí donde tiene a sus amigos de la infancia y la juventud y para ejercer el gobierno, se ha rodeado de poblanos que como él han estudiado y trabajado en Puebla. Eso no quiere decir que no pudiera haber personas de otras entidades federativas participando en el gobierno, lo importante es que tengan arraigo y cariño por la ciudad y el estado donde viven. Está demostrado que los estudios realizados en pomposas universidades extranjeras, que los grados académicos elevados que muchos políticos o aspirantes a serlo adquieren con esfuerzos a veces heroicos, no garantizan ni honestidad, ni eficiencia, ni el sentimiento patriótico que todo político debe tener aunque sea en un grado mínimo. Ojalá y en la selección de candidatos próxima a realizarse, se tenga en cuenta eso. Los ejemplos están a la vista.
Norberto Amaya y Humberto Sotelo, hombres que siempre han militado en la izquierda desde sus tiempos de estudiantes y que ahora militan en Morena, encabezaron a un grupo de correligionarios, para manifestar ante la opinión pública, su simpatía por Alejandro Armenta para que sea el candidato de su partido a la gubernatura del estado.
Morena está ya metida en una lucha interna para designar al candidato que encabezará la lucha electoral en Puebla por ese partido. Se ha venido mencionando a los tres que propuso el Consejo Estatal: Rodrigo Abdala, Abelardo Cuellar y Alonso Aco; se ha corrido el rumor de que se pretende imponer al doctor Enrique Cárdenas, ex rector de la UDLA y se han movilizado varias corrientes internas para impedirlo pues lo consideran una persona de derecha y no de izquierda y también está en la palestra el senador de la república recién salido del PRD y ahora representante de Morena y PT, ante la cámara alta, Miguel Barbosa Huerta.
Parece que ya no hay más y de que dentro de los mencionados, deberá salir el abanderado morenista a la gubernatura.
Alejandro Armenta representa a una corriente progresista salida del PRI, que tiene experiencia, oficio político y un buen grupo de seguidores bien estructurados y organizados.
En la tragedia, Gali Fayad, sacó la casta
Miércoles, 18 Octubre 2017 19:16 Escrito por Gabriel Sánchez AndracaDeja un comentario
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