Columna | P u l s o    P o l i t i c o

        A medida que se acerca el momento de la toma de decisiones respecto a la candidatura presidencial, los rumores políticos surgen por todas partes y dan lugar a discusiones en las mesas de café y en los corrillos políticos y sobre todo en las llamadas “redes sociales”, donde no se miden.

        El rumor que escuchamos ayer, después de leer las declaraciones de la ex gobernadora de Yucatán, que en este proceso electoral se ha colocado como la voz autocrítica del priísmo y que defiende a la militancia de su partido, afirmando que no merecen que se les desprecie y se les imponga un candidato no priísta (se refiere a José Antonio Meade) pues ya no estamos en el siglo XX cuando en el PRI, los dirigentes y la cúpula del gobierno, actuaban no como militantes de un partido, sino como sus propietarios.

        Después de leer dichas declaraciones, repetimos, platicamos con prisitas, no precisamente de la base, sino destacados en la política local y nos dijeron que de buena fuente sabían que el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, que para muchos debería ser el abanderado para la presidencia de la república, sería el presidente nacional del PRI, en sustitución de Enrique Ochoa Reza, que no ha dado una al frente del partido.

       El candidato presidencial será José Antonio Meade y el coordinador de la campaña, será el senador Emilio Gamboa Patrón.

       Al parecer, el objetivo es evitar lo que hizo Carlos Salinas de Gortari, desmantelar a la clase política priísta y acomodar en partido y en el gobierno a puros de tecnócratas. Las consecuencias de ese gravísimo error, todavía las estamos padeciendo.

         Solo dirigentes con oficio político, y Osorio Chong y Gamboa Patrón lo tienen, podrían evitar una desbandada en el Partido Revolucionario Institucional, porque si no se produjo tal cosa en los tiempos del salinismo, fue porque los priístas no estaban preparados para salir del tricolor, pero ahora con la mayor facilidad mandarían al diablo a su partido para ubicarse en cualquier otro, que les permitiera continuar en la política.

          Osorio Chong y Gamboa Patrón, que son priístas de la vieja guardia, aceptarían sus nuevas posiciones, pues están acostumbrados a observar la vieja disciplia del partido.

          Si lo que queda de la vieja clase política priísta, fuera objeto del trato que se les dio cuando arribó la tecnocracia neoliberal al poder, el PRI quedaría hecho añicos y el sexenio que termina, sería último en la ya larga vida del tricolor.

       El PRI, como lo dijo la ex gobernadora yucateca, ya no puede seguir actuando como lo hacía en el siglo pasado.

        Los mexicanos ya no comulgan con ruedas de molino y los prisitas, con todo y su disciplina a prueba de todo, han venido demostrando ya, que saben y pueden rebelarse.

        No hay que olvidar que fueron prisitas destacados, incluso dirigentes nacionales o estatales de su partido: Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Andrés Manuel López Obrador, Manuel Bartlett Díaz,  Diódoro Carrasco y muchos más, que han llegado a ser, en partidos opositores al PRI, dirigentes nacionales y locales de sus nuevos partidos, gobernadores, senadores, diputados federales y locales, presidentes municipales, etc.

         Y hablando de expriístas, en plática que un grupo de columnistas tuvimos con el diputado federal Alejandro Armenta Mier, nos decía, sobre las acusaciones que se le han venido haciendo últimamente, que quienes acusan están obligados a probar y que hasta el momento, no han aportado ninguna prueba de que él haya abusado del presupuesto de Desarrollo Social, en el tiempo que estuvo al frente de la dependencia.

        Dijo que ha solicitado a la empresa televisora y a los medios escritos que han publicitado dichas acusaciones, publicar en el mismo espacio y lugar, como establece la ley, su réplica a tales acusaciones.

         El está tranquilo, “pues el que nada debe, nada teme” afirmó.

         “Se pusieron nerviosos por el resultado de una encuesta en la que aparezco en el primer lugar en la intención de voto y ahora me atacan a dos fuegos: el PRI y el morenovallismo, pero sé defenderme. Yo he estado dentro y sé como se las gastan unos y otros” dijo.

           “He sido el único legislador de la bancada priísta, cuando lo era, que he denunciado los abusos de poder del morenovallismo en Puebla y eso no me lo perdonan ni los del PRI, ni los morenovallistas, por eso es todo este lío”.

           Los políticos deben meditar en lo que hacen y en lo que dicen, pues si no actúan con respeto y consideración a los ciudadanos, tienen el riesgo de meterse en problemas.

           Mire lo que le pasó a Xitlali Ceja, diputada federal poblana, que participó en la “porra femenina priísta” que lanzó el grito que en los partidos de fútbol  le ha costado a los empresarios futbolísticos de nuestro país, varias multas pues está considerado dicho grito, como homofóbico.

            En plena época electoral eso le restará puntos a la diputada poblana, que a la mejor tiene que esperar algún tiempo para pescar otra posición como la que actualmente desempeña.