Vacaciones en familia

Viernes, 08 Julio 2016 19:10 Escrito por Alex

Las vacaciones son algo que muchos de nosotros esperamos con ansias. Saber cuánto me toca de vacaciones por el primer año trabajado o saber cuántos días de vacaciones me corresponden por ley son algunas de las preguntas más frecuentes que uno escucha en los pasillos de las oficinas. Aquí te explicaremos cómo se manejan los días de vacaciones.

El artículo 76 de la Ley Federal del Trabajonos indica claramente cómo es que se otorgan las vacaciones en el trabajo. Y esto es que aquellos trabajadores con más de un año de servicios disfrutarán de 6 días de vacaciones, a partir de entonces y por cada año laborado se le sumarán 2 días más hasta llegar a 12 días, que básicamente son 4 años. Después del cuarto año, solo se le sumarán 2 días de vacaciones por cada cinco años de servicio.

Viajar con niños es una gran experiencia que tiene un gran impacto para la educación de los peques, a los que les introduce en otras culturas, les enseña cómo viven otras personas en diferentes lugares y les ofrece la posibilidad de probar diferentes comidas y experimentar diversos idiomas, lo que les da una nueva idea del mundo. Les invita a ser flexibles, adaptables y crea recuerdos y experiencias familiares inolvidables. A la hora de viajar con niños debemos tener en cuenta algunos consejos.
 
Disfrutar de los niños

Es importante que todos los miembros de la familia que viajen puedan disfrutar y descansar, pero para que las vacaciones sean un éxito tenemos que ser capaces de cambiar nuestros ritmos habituales y adaptar nuestras apetencias a los niños, disfrutándolos, jugando, hablando, sin prisas ni agobios. Un viaje es una gran experiencia, pero sobre todo es una oportunidad para disfrutar de los niños. Durante el año, entre la escuela y el trabajo las familias suelen tener poco tiempo que disfrutar juntos en el día a día. Las vacaciones servirán para conocernos mejor, hacer actividades todos juntos o simplemente, dejar que el tiempo pase mientras jugamos a divertidos juegos. Profundizar en el conocimiento de nuestros hijos, compartiendo recuerdos imborrables, es quizá lo más bonito que nos vamos a llevar de cualquier viaje con niños.
 
La planificación de un viaje con niños.

La elección del destino debería ser consensuada por todos los miembros de la familia según sus intereses turísticos, aunque será el adulto quien tenga el criterio de más peso. Si éste es tu primer viaje con tus hijos, planifica un ritmo más lento de lo que normalmente podrías intentar si viajaras solo con adultos. Debes ser realista sobre el aprovechamiento del tiempo y planificar un viaje sin demasiado estrés, siendo recomendable dejar días libres para descansar. Si viajáis con otra familia o con otros adultos, debéis acordar los tiempos y la organización del viaje de tal forma que os permita cierta intimidad familiar y un reparto de tareas interesante, especialmente para los niños.

Si tus hijos tienen necesidades médicas especiales, puede ser útil informarse en foros y hablar con otros padres cuyos hijos tengan condiciones similares y que os puedan ofrecer consejos útiles de viaje. Podría ser interesante conseguir una pulsera de identidad que contenga los detalles de la condición médica de vuestro hijo, el tratamiento y el nombre de su médico, útil en caso de emergencias. Si vais al extranjero, consulta a tu médico con bastante antelación, antes incluso de plantearte reservar el viaje. Sería aconsejable obtener una tarjeta con los grupos sanguíneos y registros de vacunación. Debes extremar las precauciones si tu hijo tiene una condición médica que pudiera implicar algún riesgo y sería deseable obtener información de especialistas en el destino que pudieran atender al menor en caso de emergencia. Del mismo modo, si el niño tuviera intolerancias o alergias, es posible que desees viajar con una tarjeta que especifique, en el idioma de vuestro destino, lo que les produce alergia, su alcance
y el tratamiento específico. Deberéis tener especial cuidado en la elección de nuestro destino y las condiciones sanitarias. Consultad las recomendaciones del Ministerio de Asuntos Exteriores

Si habéis elegido disfrutar de vuestras vacaciones en un hotel, comprueba siempre las ofertas especiales de familia, descuentos y gratuidades para los niños que ofrecen la gran mayoría de cadenas hoteleras nacionales e internacionales. Una guardería supervisada, así como un club infantil pueden sonar bien, pero puede significar poco más que un montón de niños agrupados delante de un televisor, mientras que un auxiliar les vigila más o menos atentamente. Pregunta por los detalles concretos del mini-club, programación, edades de los niños y todos los detalles que consideres necesario antes de hacer vuestra reserva.

Algunos destinos requieren visados y si esto es así, será un requisito tanto para adultos como para niños. Si tu país de destino cobrase una tasa de entrada, procura informarte antes del precio de la misma. En cualquier caso es fundamental estar en posesión de documentos de identidad válidos, incluso existe una serie de casos en los que puede que tengas que llevar una documentación adicional cuando se viaja con niños. Si el menor viaja solamente con el padre o la madre, es posible que te soliciten una prueba del consentimiento del otro padre. En cualquier caso, el DNI en vigor o el pasaporte, son los documentos necesarios tanto para adultos como para niños.

En las semanas previas al viaje podríais explorar mapas, investigar la historia, la geografía, la fauna y flora de tu destino. Te recomendamos leer libros o ver una película grabada en ese país. No estaría de más probar la cocina en algún restaurante del destino en tu ciudad.
 
Viajando con bebés

Si, por las necesidades específicas a la hora de viajar con bebés, ves que es probable que vayas con un equipaje muy voluminoso, lo mejor será facturar los carritos o sillas que vayáis a utilizar en destino o, incluso, enviarlos anticipadamente con una empresa de transportes. Hay que consultar las tasas de facturación de la compañía aérea con la que vueles en el primero de los casos. Los capazos son excelentes para los bebés pequeños a la hora de que les sea más cómodo el viaje, tanto si están despiertos como cuando deseen dormir en el hotel. Una cuna de viaje plegable también puede ser una buena idea. Claro que, a la hora de reservar el hotel, lo más cómodo es asegurarse de que pueden instalar una cuna para bebés y que ésta será cómoda y segura para tu hijo. Llevar a los bebés en una mochila, sobre nuestro pecho, es una opción muy común, ya que ambas manos quedan libres y podemos vigilar en todo momento a nuestro hijo. Estas mochilas son la opción perfecta para viajar: son cómodas, prácticas y se pliegan fácilmente. Son adecuadas para bebés de más de una semana, de un mínimo de 53 cm de altura y un peso superior a 3,5 kg, y las mejores tienen tirantes anchos que distribuyen el peso, son lavables a máquina y tienen un apoyo para la espalda o en el cuello del bebé.

La silla de paseo, incluso si el niño ya camina, es muy útil durante las excursiones que hagamos. Debemos optar por una cuyo respaldo se pliegue, para así disponer de una cama improvisada cuando el niño se duerma. Si prevés un destino de tipo rural, con los recorridos abruptos, sería aconsejable invertir en una versión todo terreno. Si tu hijo todavía gatea, una forma de mantenerle razonablemente limpio es llevar una mantita o plástico para que pueda estar a sus anchas mientras hay que esperar en un aeropuerto o comer en un restaurante. Si necesitas, por ser tu hijo aún un bebé, esterilizar biberones, chupetes u otros utensilios, lleva durante tu viaje un esterilizador portátil a vapor. Para esterilizar objetos pequeños - por ejemplo los muñecos o juguetes de dentición - puedes utilizar pastillas purificadoras en un contenedor hermético con tapa de rosca. Si tu hijo aún toma biberón, puedes llevar un par de recambios ya llenos de agua, ya que luego con calentar la misma (en un microondas del aeropuerto o en r
estaurantes) y mezclar con la leche en polvo, tendrás solucionado el tema de la toma del bebé.

La lactancia materna en un destino desconocido puede ser una preocupación, y vale la pena hacer algunas investigaciones sobre las actitudes locales hacia la alimentación en público antes de ir. En los aeropuertos, hay que preguntar por el área de lactancia. En caso de dudas en el lugar de destino, los centros comerciales suelen tener también un área de este tipo.
 
Viajar en avión con niños

Si perteneces al “club de socios” de la compañía aérea con la que viajas, puedes tener derecho a utilizar una sala de espera privada, con cómodas instalaciones para dejar el equipaje de mano, asientos, bebidas y aperitivos gratuitos, televisión y baños con todo tipo de comodidades, todos ellos servicios que se agradecen especialmente cuando se viaja con niños. Si aún no eres miembro, a menudo se pueden utilizar los salones comprando un pase especial para un día.

Consulta las últimas restricciones sobre el equipaje de mano antes de viajar y las regulaciones relacionadas con el transporte de líquidos, geles y cremas, que incluyen los alimentos para bebés, bebidas y crema de pañal. Las instrucciones estándar indican que no se deben llevar más de 100 ml de un artículo unitario, aunque las excepciones se hacen generalmente para los medicamentos esenciales y suministros para los niños menores de dos años. También se pueden llevar líquidos (hasta 400 ml) si hablamos de la leche y las bebidas para el niño, siempre y cuando éstos se envasen en botellas y recipientes herméticos. También hay límites respecto a las comidas para bebés, algo conveniente de averiguar antes de viajar.

Sé agradable con los pasajeros de los asientos vecinos; estarán más dispuestos a soportar el llanto de tu niño y tus frecuentes visitas a los servicios.

La baja humedad del aire de la cabina puede provocar deshidratación leve, así como sequedad e irritación en las fosas nasales, por lo que es importante que los niños beban regularmente. Si alguien tiene dificultades para respirar por esta sequedad, es necesario hidratar el interior de sus fosas nasales con un dedo mojado en agua: esto es un remedio infalible. Los niños, debido a la diferencia de presión, pudieran tener molestias también en los oídos. Para evitar esto, conviene masajear los oídos del niño desde atrás y dar a los lóbulos de las orejas unos cuantos tirones suaves de vez en cuando. A los niños pequeños también les resulta útil chupar algo o tomar un vaso de agua durante el despegue y el aterrizaje.
 
Viajar en autobús o en tren

Al reservar los pasajes, conviene siempre pedir las tarifas especiales para familias y para menores. En muchos casos, una tarjeta familiar reduce el coste de los billetes ordinarios de una forma muy ventajosa. Estas ventajas suelen limitarse a viajar fuera de las horas punta.

Si viajas con más de un hijo y necesitas espacio para que jueguen, es una buena idea comprar una “tarifa mesa” (por ejemplo, en el AVE) incluso cuando esto significa adquirir un billete de más. Esto puede parecer elitista, pero que compartan un vagón lleno puede ser una experiencia estresante cuando estás con los niños pequeños y las tarifas de ese tipo salen más baratas que las normales, por lo que la diferencia de precio compensa.
 
Viajar en coche

Ten en cuenta, a la hora de alquilar un coche, que tienes que llevar las sillitas para niños reglamentarias y acordes con la estatura y peso de los pequeños. Si vas a usar el asiento en varios coches diferentes - los taxis, por ejemplo – habría que llevar una silla universal que funcione con todo tipo de cinturones de seguridad. Para obtener directrices generales e información sobre la seguridad a la hora de llevar niños en los coches, puedes consultar en la web de la Dirección General de Tráfico.

Los retrovisores de vigilancia interior te permiten mantener vigilados a los niños sin tener que dar la vuelta, y son particularmente útiles si estás conduciendo sin otro adulto. Son fáciles de conseguir en tiendas de accesorios de coches o por venta on-line. Otro tipo de accesorios que pudieran entretener a los niños, como cargadores de películas DVD para automóviles (a través del encendedor) ayudan a que los niños pasen un viaje distraídos y sin ponerse nerviosos. Si el conductor se pudiera distraer por el sonido del vídeo, existen auriculares para los niños que son muy útiles para evitar molestias al conductor. Si el niño no se marea, un libro adecuado a su edad sería otra opción interesante, así como un juego de mesa de viaje si comparte espacio con más niños.
 
Aspectos referentes a la seguridad y a la salud durante los viajes con niños

Si vuestro destino es una zona calurosa, elige ropa hecha de fibras naturales, ya que sudor irrita las pieles delicadas y puede generar sarpullidos y picores. Habrá que cambiar al bebé hasta tres veces al día, sobre todo si no está acostumbrado al calor y suda mucho. Los niños necesitarán dos juegos de ropa por día, y hay que prever esto a la hora de preparar el equipaje. Del mismo modo, no hay que pasar por alto el hecho de que los ojos de los niños son más vulnerables a la luz solar que los de los adultos, por lo que disponer de gafas homologadas de sol para ellos será de mucha utilidad.

También hay que interesarse por conocer si en el lugar de destino el agua del grifo es potable, ya que en caso contrario habrá que hervirla, filtrarla o esterilizarla, o comprar agua embotellada. Si vas a usar agua embotellada, lo mejor es buscar una marca con el menor contenido mineral posible. Es importantísimo, en caso de agua no potable, asegurarse de que los niños no beben del grifo incluso cuando se cepillen los dientes. Mantener una botella de agua potable a mano, en el baño, es una garantía de que se enjuaguen con agua adecuada.

Cuando salgas a comer en los países con bajos niveles de saneamiento e higiene, siempre conviene hacerlo en lugares concurridos, donde el volumen de ventas de los alimentos será rápido y evitar buffet (se evitará consumir alimentos que estén acumulados durante días). Cuando comas en restaurantes, si la vajilla o cubertería están mojadas, sécalas con un paño limpio. Revisa que las botellas y las latas están sin abrir antes de entregarlas a los niños o, mejor aún, utilizar pajitas para las bebidas. También es preferible no consumir hielo o ensaladas, puesto que el agua de lavado de las hortalizas puede no ser el adecuado.

Habrá que llevar un antihistamínico de venta sin receta, por si surge un resfriado o picores de tipo alérgico. Tampoco viene mal una pomada para las posibles alergias o intolerancias en la dermis. Alternativas naturales, como miel, zumo de limón o agua con anís son ideas estupendas para irritaciones de garganta, estornudos o dolor de tripa.

Los niños son particularmente propensos a la deshidratación, sobre todo porque no beben a menos que sientan sed. Si es un bebé y se alimenta exclusivamente con leche materna, es conveniente darle la toma a las horas de más calor, para que la producción de leche esté un poco diluida, pero si las temperaturas son muy altas y no tiene suficiente leche, habrá que darle también un poco de agua para beber. Habrá que vigilar la orina de los pequeños, puesto que si se oscurece o si es más densa de lo habitual, es sintomático de que necesitarán beber más líquidos. El estreñimiento puede ser causado por la deshidratación o cambios en la dieta. Por esta razón hay que insistir en que beban lo suficiente. En caso de estreñimiento, un masaje en la barriguita, con aceites adecuados para la piel de los pequeños, les puede ayudar y aliviar este malestar.

La mayoría de los hoteles no proporcionan mosquiteros para cunas, así que tendrás que llevar el tuyo propio. La forma más fácil de proteger a los bebés de las picaduras de insectos (aparte de mosquiteros), es ponerles cosidos a una manga – en una zona donde no puedan alcanzar con la boca -  una pequeña bolsa con algodón impregnado en repelente de insectos.

Para las distintas excursiones durante vuestras vacaciones con más gente, no olvidéis designar un punto de encuentro, por si alguien se separase eventualmente del grupo porque así lo desee o por si, debido a que sea un sitio muy frecuentado, pueda despistarse en medio de la gente.
 
Estancia en hoteles

La mayoría del alojamiento turístico no está particularmente adaptado a los niños, así que una vez que te hayas registrado es probable que tengas que hacer algunas adaptaciones. Comienza por comprobar las cerraduras en las puertas y ventanas para asegurarse de que la habitación es segura. Comprueba la robustez de los accesorios - balcones y barandillas - y si parecen estar mal anclados, tendrás que pedir el cambio de habitación de inmediato. También hay que asegurarse de que los toalleros, cortinas de ducha, accesorios de baño, etc., estén suficientemente seguros como para que no se caigan al tirar un niño. Utiliza cinta aislante para cubrir los cables expuestos o enchufes. También es una buena idea comprobar la temperatura del agua caliente, ya que muchas veces sale directamente a temperatura muy alta.

Una vez que hayas recapitulado información sobre el destino elegido, prepara una lista de posibles actividades que se desarrollan en la zona en la época en que se viaja, teniendo siempre en cuenta las condiciones climáticas según la fecha que sea. Este tipo de cosas se pueden preparar en familia, con el o los niños, dando sugerencias todos para completar las actividades durante las vacaciones.

Viajando con otros adultos con niños, se pueden dividir las responsabilidades en el cuidado de los hijos de ambos, para poder de este modo tener algún rato de independencia por parte de los padres. A la hora de planificar rutas, a pie o en bicicleta, hay que tener en cuenta que el menor de los niños será el que marque el ritmo del grupo en general. Trata de elegir una ruta donde el paisaje cambie con frecuencia. Ríos, lagos, sendas con arbustos llamativos, así como reservas naturales de aves rapaces, son buenas opciones de paseo agradable con niños. También es una buena idea combinar con caminatas o paseos otras actividades, como visitar alguna piscina o viajar a algún sitio cercano en tren.

Si durante nuestro paseo, a pie o en bici, llevamos niños pequeños en mochilas adaptadas o en asientos especiales para niños en las bicicletas, hay que tener en cuenta que deben ir suficientemente protegidos para el calor o para el frío de la zona, ya que en algunos casos no podremos vigilarles siempre y hemos de asegurarnos de que la ropa y las medidas de seguridad que requieran sean las adecuadas.

Además de tomar fotografías, hay un montón de maneras de ayudar a los niños para preservar los recuerdos de su viaje. Por ejemplo, comprando una tarjeta postal de cada destino y ayudarles a escribir en la parte posterior el lugar, la fecha y la hora de la visita, o comprando algún souvenir que puedan coleccionar (bolas de cristal, pisapapeles, animalitos…) en los distintos lugares que van conociendo a lo largo de su vida.

Si los pequeños ya tienen un diario en su casa, conviene animarles a escribir en él sobre estas experiencias en los viajes, o incluso llevar consigo el mismo para pedir autógrafos o dedicatorias de personas que conozcan durante la estancia vacacional. También les hará mucha ilusión recoger mapas pequeños donde puedan señalar los sitios donde han viajado. Los juguetes típicos del lugar visitado también son parte de la cultura y algo que pudiera ilusionar especialmente a los más pequeños.

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