Columna | P u l s o    P o l i t i c o

       Lo que está pasando en la política mexicana, no tiene antecedente en toda nuestra revuelta historia patria, desde la Independencia, hasta la época actual, empezando porque en un solo día, se votará por el cambio de los poderes federales, estatales y municipales, excepción de Baja California Sur y Nayarit, que solo tendrán elecciones federales.

      Nueve estados, entre ellos Puebla, tendrán cambio de gobernadores, de congresos locales y ayuntamientos. Otros, solo cambiarán ayuntamientos y congresos locales. Pero no gobernador.

       En total, en el país, según información proporcionada por el doctor Marcos Rodríguez, Consejero Local del INE, en Puebla se votará para elegir 278 cargos estatales y federales, entre gobernador, diputados locales, presidentes municipales y diputados federales y senadores, así como Presidente de la República.

       Los nuevos funcionarios que serán electos en el resto de los estados, serán 3 mil 500.

       En Puebla el padrón electoral tiene inscritas a 4 millones 400 mil personas, lo que requerirá la capacitación, organización y supervisión de un mundo de gente. En el país se requerirán 67 mil 500 funcionarios de casillas. En Puebla se instalarán 7 mil 509 casillas en toda la entidad.  Y cada casilla deberá tener además de los funcionarios (un presidente, un secretario y dos escrutadores) representantes de todos los partidos políticos y candidatos.

       Sabemos por experiencia que los partidos, excepción hecha de PRI, PAN, PRD y ahora de Morena, los demás no tienen capacidad real para nombrar representantes de casilla. Es más, muchas veces ni siquiera los cuatro partidos considerados como los más fuertes, cumplen adecuadamente con ese requisito. Lo hacen solo en forma parcial.

       Nos dice Marcos Rodríguez, que en Puebla serán contratados un mil 877 capacitadores y 323 supervisores, que ganarán mensualmente de febrero a julio, mes de la elección, 7 mil 500 pesos los capacitadores y 12 mil 500, los supervisores. Esa es hasta el momento, la única ventaja que encontramos a este proceso electoral. Habrá empleo temporal para un buen número de personas, principalmente jóvenes, con un salario justo. Por lo demás, los partidos y los candidatos, están convirtiendo todo esto en un espectáculo del que muchos hablan y nadie entiende.

         La Coalición por México al Frente, que encabeza Ricardo Anaya, como candidato a la Presidencia de la República, se asume como la opción válida para sacar al PRI de los Pinos y así lo pregona su candidato, olvidándose que el PAN, con Vicente Fox como su abanderado, logró hacerlo en el año 2000 y que la estancia de Acción Nacional en Los Pinos, se prolongó seis años más con Felipe Calderón y las cosas en México, no solo no mejoraron, sino que empeoraron. Ahora ni Fox, ni Calderón, están dentro del PAN.

         El Partido de la Revolución Democrática, fundado por ex priístas como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Andrés Manuel López Obrador y otros, que abandonaron las filas tricolores porque, dijeron, ese partido olvidó sus principios y programa, surgidos de la Revolución Mexicana, y se cargó a la derecha.

         Ahora, abandonado ya por Cárdenas, Muñoz Ledo y López Obrador y muchísimos más, es aliado del PAN, el partido tradicionalmente representante de la derecha clerical mexicana y feroz enemigo de la izquierda y todo lo que se le parezca.

         Morena, el partido fundado por Andrés Manuel, después de su segunda derrota como candidato del PRD para la Presidencia, ha abierto sus puertas a todos los que quieran ir, sin ningún tipo de requisitos y ha designado ya algunos candidatos, que no solo nada tienen que ver con la izquierda, sino todo lo contrario.

         En las encuestas siempre sale triunfante, pero la realidad que cuentan los mismos militantes de Morena, nos retrata un partido que recibe a todos sin ningún tipo de selección y que ese desorden se refleja en la vida interna del partido: no tiene estructura, no tiene organización y están revueltos de chile, de dulce y de manteca y todos quieren ser candidatos. Hasta en pueblos pequeños de la mixteca, los morenistas se han dividido por la pelea interna por las candidaturas.

         En otro tiempo el PRI era ejemplo de disciplina, de unidad, de congruencia, pero sobre todo, de sentido común. Los priístas sabían de dónde venían y a donde querían llegar.

         Ahora, ni ellos mismos se entienden: Don José Chedraui, actual dirigente del PRI en el municipio de Puebla, se rumora que ha aceptado ser el candidato suplente a senador, de don Antonio Gali López, hijo del gobernador del estado, quien es actualmente diputado y ha sido postulado para senador de la república, es decir, si el rumor es cierto, ya debió haber renunciado a la dirigencia priísta municipal y la razón, según esos rumores es que no ha sido tomado en cuenta, por las dirigencias nacional y local, como candidato a presidente municipal de esta capital, puesto al que ha aspirado desde que entró a la política.

         Otro problema tendrá el PRI, cuando, como se rumora, se designe a la hija de la embajadora de México en Colombia, doña Blanca Alcalá, para sustituir a Budib, pues los priístas distinguidos, tal parece que consideran que ese reconocimiento es como un título de realeza y por tanto hereditario.

          Otro priísta que se  va, o ya se fue, es el industrial Ricardo Menéndez Haces, quien fue síndico municipal en el ayuntamiento presidido por el ya fallecido Rafael Cañedo Benitez, durante el gobierno de don Manuel Bartlett.

           Este martes a las 12 horas, en las oficinas del PRD, en la 13 oriente, el partido Movimiento Ciudadano, parte de la Coalición por México al Frente, anunciará que don Ricardo Menéndez, será su candidato a una senaduría plurinominal.

          El miércoles a las 11 horas, Menéndez Haces dará una conferencia de prensa en un céntrico restaurant.

           Como candidato plurinominal de la mencionada coalición partidista, es casi seguro su ingreso al Senado de la República.

           No salió ayer la convocatoria para designar al candidato a gobernador de Puebla y presidentes municipales de los municipios poblanos, la razón es que los priístas de cúpula, nos dicen, están agarrados del chongo y no se sueltan.

           De la encerrona que tienen en sus oficinas, solo salen algunos rumores: que Lastiri es el bueno y que Doger va a la Presidencia Municipal. Que el bueno es Chidiac y al municipio regresa a un segundo mandato, Enrique Doger. Total, nada firme, nada serio y sigue los chismes y los rumores.