Columna | P U L S O    P O L I T I C O

            La gran cantidad de feminicidios ocurrida desde hace algunos años, el asesinato de tres estudiantes de medicina, dos colombianos y un mexicano en Huejotzingo, la percepción de que la inseguridad va en aumento, han dado por resultado, que Puebla esté viviendo cosas que no habían ocurrido en su pasado histórico y que sin duda influirán en su futuro.

            La manifestación estudiantil del pasado jueves, sin duda la más numerosa de la historia de esta ciudad, la más ordenada, la mejor organizada, la más respetuosa; el comportamiento de las autoridades que recibieron de inmediato a quienes encabezaban la marcha para dialogar y llegar a acuerdos; el comportamiento de las fuerzas del orden, que no pudo ser más prudente; la celebración ayer del Día Internacional de la Mujer y hoy el paro nacional de mujeres convocado para protestar por los feminicidios, estamos seguros que iniciarán una nueva etapa en la vida de la entidad.

             Cambiar usos y costumbres, no es nada fácil; cambiar la cultura machista que tiene siglos de existencia no se logrará de un día para otro, pero lo que hemos visto en los días recientes, sí influirá para dar inicio a un cambio de mentalidad en hombres y mujeres, que al final logrará una convivencia respetuosa, civilizada, entre seres humanos de diferente sexo, de diferentes ideas políticas y religiosas, de diferentes razas, de diferentes condiciones sociales.

              En todos estos movimientos que no son exclusivos de Puebla ni de México, sino que son mundiales, lo que prevalece o lo que quiere hacerse prevalecer, es el respeto a todos los seres humanos.

              Las revoluciones, las guerras, han sido por cuestiones políticas, religiosas y económicas y han llevado a pueblos enteros a la ruina.

               Los odios y rencores que surgen entre grupos humanos, originan discordancias que si pretenden resolverse por la violencia, acaban en fracaso.

               Se habla de lograr la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Ya en México, y Puebla no es la excepción, han habido algunos avances en el terreno político, al establecerse la paridad de género en candidaturas para todo puesto de elección popular.

              Ha habido avances en educación superior y en puestos administrativos de los tres niveles de gobierno.

               Las movilizaciones, el paro nacional que se llevará a cabo hoy y la lucha diaria en todos los ámbitos sociales que las mujeres realizan, van permeando en la conciencia de hombres y mujeres, que acabarán por derribar todas las barreras que hoy impiden un pleno entendimiento entre ambos sexos que se traducirá en consideración y respeto mutuo.

             Ayer, hubo una conferencia de prensa en la que representantes de los partidos políticos, menos Morena y el Verde, informaron de diez propuestas que hacen a las autoridades federales y locales y que han llamado Decálogo Feminista contra la Violencia de Género.

             En el acto estuvieron priístas como las imprescindibles Blanca Alcalá, Lucero Saldaña, Rocío García Olmedo; la panista Genoveva Huerta; la perredista Luna Porquillo y representantes de partidos menores.

              El decálogo Feminista contra la Violencia de Género dice: 1.- Las mujeres no estamos más seguras con fuerzas armada en las calles. Requerimos de seguridad pública, por eso demandamos que la estrategia de seguridad pública, se diseñe con enfoque de género para superar la violencia contra las mujeres en el espacio privado y público, hacer de las ciudades y comunidades lugares seguros; con servicios públicos adecuados, con sistemas de iluminación que garanticen la circulación sin miedo, con lotes baldíos debidamente cercados, con medios de transporte público eficientes, programas de transporte privado administrado y operado por mujeres para uso exclusivo de mujeres y niñas, instituciones educativas seguras tanto al interior como en el perímetro.

             2.-Nos queremos vivas: formular e implementar políticas públicas de prevención y atención a la violencia de género e impulsar relaciones sociales respetuosas entre géneros, promoviendo programas de cuidados en la comunidad, dentro de nuestros hogares, así como de autocuidado, fortaleciondo una educación de valores.

             3.-Todos los derechos para todas las mujeres y las niñas: Promover la derogación de toda disposición normativa que discrimina a las mujeres y a las niñas, Impulsar la regulación y sanciones a quienes difundan imágenes y re victimicen a las mujeres.

             4.-Acabar con la impunidad en delitos de violencia de género: Suscribir convenios de colaboración con el Poder Judicial para garantizar la creación de una capacitación sistemática y obligatoria para el personal de juzgados, fiscalías, defensorías públicas, agencias de policía federal, estatal y local sobre derechos de las mujeres y las niñas.

            5.- Alerta Nacional de Violencia de Género: Perfeccionar el mecanismo de declaratoria nacional de Defensa de Género para que establezca acciones medibles y se evalúen los resultados de las medidas urgentes que se establezcan para prevenir muertes violentas, homicidios, feminicidios, desapariciones forzadas y trata de mujeres en los estados de la república.

           6.- Homologar tipo penal de feminicidio, garantizando que el feminicidio sea definido penalizado de la misma manera en todos los códigos penales estatales.

          7.- Acceso de las mujeres a la justicia: Designar ya a la mujer que ocupe la Fiscalía Especializada en la investigación de Delitos de Género, experta en la materia y estudios de perspectiva de género, perfiles que deberán tener todas las personas que la conformen.

         8.- Alto a la Victimización por parte de servidores públicos.

          9.-Policías capacitadas y coordinadas: Replantear la actuación de las policías municipales, estatales y federales, para una efectiva coordinación.

          10.- Más acción menos discurso: Adoptar una hoja de ruta que incluya los recursos requeridos, una línea de tiempo y metas mesurables que requieran las autoridades estatales y municipales para aplicar leyes para prevenir y eliminar toda forma de discriminación por el hecho de ser mujeres.